Ayuso evita el enfrentamiento interno en el PP pero advierte del riesgo de la bilateralidad: “Empezaremos a destruirnos”

"Todo lo que digo tiene que ser crisis nacional y tiene que tener una importancia absoluta". Con estas palabras, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha lamentado este miércoles por el malestar que ha generado en su partido su llamamiento a evitar las reuniones bilaterales de los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez para hablar de financiación autonómica.

Ha vuelto a insistir en que "simplemente" dijo que "lo de todos, se hable entre todos", y en su equipo reiteran que no ha dicho nada distinto a lo que se ha pactado entre todos los barones del PP con Génova. La presidenta madrileña ha intentado así evitar que la brecha entre ella y sus compañeros de partido se ahonde, una vez que algunos presidentes autonómicos han reconocido que no evitarán el tema si Sánchez lo saca en esas eventuales reuniones bilaterales. Pero al mismo tiempo que elude la confrontación interna, advierte de los riesgos de ruptura que pueden traer consigo los encuentros a dos en los que se habla de las cosas comunes: "O hablamos de lo que es de todos juntos, de nuestros presupuestos y de nuestro futuro en común, o empezaremos a destruirnos".

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Las palabras de la presidenta la semana pasada han molestado a algunos presidentes autonómicos del PP porque entienden que al sugerir públicamente y justo unas horas antes del cónclave en Génova que no deberían reunirse con Sánchez para hablar de financiación estaba llamando al boicot institucional y marcando el paso a sus compañeros. "Estaremos a la altura en este debate", ha insistido ella esta mañana en una entrevista en EsRadio, confirmando que sí acudirá a Moncloa si le convocan pero a hablar de asuntos territoriales como las Cercanías, por ejemplo: "Ya aviso, no voy a hablar del dinero de la gente". Y ha aprovechado para arremeter contra Sánchez y defender que no solo son las demás comunidades las que tienen algo que reclamar en Moncloa: "No me va a venir a comprar, primero porque no puede, porque el dineral que me deben a mí como Comunidad de Madrid es ingente (...). Estamos hablando de la ruptura de España".

A preguntas expresas, la presidenta ha intentado así evitar la confrontación pero poniendo al mismo tiempo el foco en los riesgos de esos encuentros bilaterales. Ante el malestar que se ha generado en otros presidentes regionales y la posibilidad de que algunos decidan abordar la financiación autonómica con Sánchez, el portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, ha sido muy explícito defendiendo la postura de su jefa, aseverando que la decisión común del pasado viernes fue "extremadamente claro" y que ella misma también lo ha sido: "Lo que afecta a todos se debe hablar en los foros donde estamos todos y no caer en trampa de bilateralidad. La Comunidad de Madrid se va a mantener en eso, que es lo razonable, lo que siempre ha sido". Pero sí, ha apuntado, a hablar de cuestiones que afecten a su región.

En esta línea, Ayuso intentaba esta mañana, igual que hizo en el desayuno informativo del lunes, recomponer su mensaje de la semana pasada lanzando otro a sus compañeros de partido: "Yo no puedo pedirle al presidente de Galicia que no hable de lo suyo propio. Sobre la pesca, qué puedo decir yo desde Madrid; sobre las carreteras en la Comunidad Valenciana, qué puedo decir yo desde Madrid, yo no soy quién para hacer esto, solamente para pedir lo que es de todos". Y acusaba la "presión mediática" que cree que se ejerce sobre ella, reafirmando que está del lado de Feijóo e intentando reducir las reticencias de sus propios compañeros de partido.