El Gobierno estudia reducir a más de la mitad la tasa máxima de alcohol permitida para los conductores

El Gobierno estudia un plan para reducir los niveles máximos de alcohol permitidos a los conductores. Según ha avanzado el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la reforma del reglamento de circulación para avanzar hacia un modelo de tolerancia cero con el alcohol al volante es una medida que se reclaman de las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico o del propio Consejo Nacional de Seguridad Vial. “Lo estamos trabajando seriamente”, ha asegurado este jueves durante un desayuno informativo.

La tasa máxima de alcoholemia permitida actualmente es de 0,25 mg/l en aire espirado o de 0,5 g/l en sangre. En el caso de los profesionales y noveles es de 0,15 y 03, respectivamente. Fuentes del Ejecutivo aseguran que la intención es llevar la modificación del reglamento a la mayor brevedad posible al Congreso de los Diputados.

Su propuesta, según las mismas fuentes, sería reducir a más de la mitad los niveles máximos permitidos actualmente. Esto es, hasta 0,2 g/l en sangre. Para todos los conductores, sin diferenciar entre profesionales y noveles y el resto de conductores. Esto supondría equiparse a países europeos como Polonia, Suecia y Estonia. Los países de la UE donde no se permite ningún nivel de alcohol al volante Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía, aunque en el caso de los noveles la tasa también es de 0,0 en Alemania, Croacia o Italia.

Tráfico ya promovió durante este verano una campaña de concienciación con el eslogan de que “a la carretera no le importa cuánto has bebido” porque “solo cero tiene cero consecuencias”. El titular de Interior ha argumentado que en “más de la mitad de los siniestros” en las carreteras están asociados al consumo de alcohol o drogas.

La modificación del reglamento de circulación para endurecer las tasas de alcohol es por tanto un “compromiso” del departamento que dirige Grande-Marlaska. La sociedad está “madura” para abordar este debate, según ha incidido, y el Gobierno entiende que es una necesidad abordarlos para reducir las cifras de siniestralidad al volante.

Incremento de los controles

En la hoja de ruta del Ejecutivo para reducir la siniestralidad en las carreteras se encuentra también el aumento de los controles de alcohol y drogas. La pretensión es llegar a los seis millones de controles de alcoholemia en las carreteras y a los 120.000 de drogas.

Otra de las cuestiones novedosas en materia de seguridad vial que ha puesto sobre la mesa el ministro de Interior es el aumento de cursos voluntarios para los conductores. Tanto de conducción eficiente como de seguridad vial y formación “continuada”. Se trataría de una formación que permitirían ganar “puntos complementarios” en el carné de conducir.