IU prepara el terreno para la reconciliación con Podemos

Izquierda Unida se echa a la espalda la reunificación de la izquierda y da pasos para avanzar en la reconciliación con Podemos. El coordinador del partido, Antonio Maíllo, fijó el reencuentro de las fuerzas progresistas como uno de los objetivos de su mandato, y ha apostado públicamente por que Sumar y el partido morado vuelvan a entenderse. Una manera también de evitar nuevas competiciones electorales en la izquierda como la que tuvo lugar en las elecciones europeas.

El dirigente andaluz fue nombrado oficialmente líder de IU a mediados de mayo, y desde entonces ha trabajado por engrasar las relaciones con el resto de actores de izquierdas. Esta misma semana acudió a Madrid, donde se reunió con la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y donde aprovechó también para reunir a los cuadros y diputados de IU en el Congreso, además de establecer contactos de otros partidos de la mayoría de investidura.

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El discurso de Maíllo siempre ha cargado contra la "hiperventilación" de Madrid y ha abogado por una política de "fuego lento", con movimientos menos efectistas pero de mayor recorrido en el medio y largo plazo. Y en esa clave se está moviendo el nuevo líder de IU, que se ha esforzado en los últimos meses por reactivar los canales de comunicación con Podemos.

Normalización

Las relaciones con la formación morada se deterioraron ya durante la etapa de Alberto Garzón, se enfriaron al máximo tras la ruptura de los morados con el grupo parlamentario de Sumar, del que IU también forma parte, y la campaña de las europeas, donde ambas fuerzas se enfrentaron en las urnas, tampoco dejó excesivo margen para el acercamiento.

Pero nada más superar esta cita, Maíllo ha promovido contactos entre las dos formaciones a distintos niveles, tanto entre miembros de ambas cúpulas como contactos al máximo nivel y el reencuentro con Pablo Iglesias, ex secretario general de Podemos y actual líder espiritual del partido morado.

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El calendario permite preparar ahora el terreno para un posible escenario de reconciliación, una vez superado el intenso ciclo electoral y sin más convocatorias a la vista. IU juega ahora con este elemento a favor, con la idea de que el trabajo de normalizar las relaciones sería imprescindible para un eventual acercamiento, y sin perder de vista que el botón del adelanto electoral sólo lo tiene Pedro Sánchez, y que podría activarlo en caso de tener que prorrogar de nuevo los presupuestos. Aunque en el partido se trabaja pensando en la continuidad del Gobierno pese a que decayeran las cuentas, este escenario también se contempla en la organización.

Acercamiento en Andalucía

La próxima cita electoral será la de Andalucía, que se prevé en poco más de un año y medio, en 2026. Este enclave es especialmente relevante también en la relación que mantienen IU y Podemos. Las últimas andaluzas, en junio de 2022, Yolanda Díaz todavía no había lanzado oficialmente su plataforma, pero apostó por situar al frente de las listas a la candidata de IU, Inma Nieto, frente al candidato de Podemos, el exguardia civil José Antonio Delgado, persona de confianza de Iglesias.

El acuerdo no pudo empezar peor y llegó tan in extremis que Podemos quedó fuera del registro, envenenando la relación entre los morados y el resto de fuerzas. Nada más comenzar aquel curso parlamentario de 2022, hace ahora dos años, IU quitó de la Mesa del Parlamento andaluz a la representante de Podemos. Pero después de aquella primera etapa complicada en cuanto a convivencia, las relaciones entre IU y Podemos se han normalizado.

Prueba de ello es que esta misma semana, cuando van a cumplirse dos años de la exclusión de Podemos en el órgano parlamentario, este movimiento se ha revertido y Alejandra Durán, diputada morada, ha sido nombrada portavoz adjunta del grupo, un cargo que hasta ahora ocupaba Esperanza Gómez, de Más Andalucía. Un movimiento que sin embargo en IU desvinculan de cualquier lógica estatal, y que explican únicamente en clave andaluza.

Este otoño está previsto que Podemos Andalucía celebre la asamblea donde se renovarán los liderazgos y donde deberá tomar una estrategia de acercamiento, como se viene produciendo en los últimos tiempos, o en clave rupturista, con un perfil más duro y apegado a las tesis de la cúpula de Podemos en Madrid, más partidarias a hacer pagar un alto precio por cualquier alianza.

Frialdad Podemos-Sumar

A diferencia de IU, las tensiones persisten entre Sumar y Podemos, donde niegan haber tenido contacto alguno con el partido de la vicepresidenta segunda desde enero, cuando los morados hicieron descarrilar el decreto de los subsidios de la ministra de Trabajo. Desde entonces, explican fuentes moradas, no se ha producido interlocución alguna entre ambas fuerzas.

Aquella votación, que llegó poco después de la ruptura en el Congreso, resultó especialmente traumática para Yolanda Díaz, al tener que encajar su primera gran derrota con el gobierno recién estrenado y precisamente por quienes formaban parte, hasta unas semanas antes, de su mismo grupo parlamentario. Desde aquello, sostienen en Podemos, sólo han negociado con el ala socialista del Gobierno a través del ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

Ruta por los territorios

Además de su trabajo con el resto de partidos, Maíllo ha dado prioridad total a su labor de vertebración territorial, con un doble objetivo. Uno de ellos es el de restañar las heridas internas después de las primarias, donde se evidenció cierta división en el partido tras enfrentarse en las urnas a la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego. En gran parte de las federaciones, salvo excepciones como Andalucía, conviven afines a unos y a otros, y el coordinador federal mantiene abierta una gira por los territorios para acercar posiciones.

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Esta ruta por las distintas comunidades que lleva meses manteniendo, y que le han llevado esta misma semana a Castilla y León -donde también se prevén elecciones autonómicas en 2026-. Allí se ha reunido por ejemplo con una de las voces más independientes dentro de IU, el histórico alcalde de Zamora, Francisco Guarido.

Maíllo trata así de acercarse a todos los sectores de la organización, pero también busca recoger las necesidades de cada una de las federaciones y acercarse a su realidad para fortalecer la organización, en contraste con la dinámica que algunos criticaron durante la época del exministro Alberto Garzón, al que acusaban de haber convertido Madrid en el epicentro de la política. Una dinámica que ahora Maíllo aspira a revertir.