Feijóo extrema su oposición en el inicio del curso político y compara a Sánchez con Franco

Primera sesión de control al Gobierno con la presencia de Pedro Sánchez desde el final de las vacaciones de verano. Alberto Núñez Feijóo arranca fuerte. El líder del PP ha empleado este miércoles el plan de regeneración aprobado el día anterior por el Consejo de Ministros, que incluye la propuesta de un registro de medios y la derogación de delitos como el de ofensa a los sentimientos religiosos, para comparar al jefe del Ejecutivo con el dictador Francisco Franco. 

Cualquier atisbo de cambio en la relación entre los dos principales partidos, tras el pacto para la renovación del Poder Judicial, ha quedado despejado. Para Feijóo, las medidas propuestas por el Gobierno para “fortalecer” la democracia pueden resumirse en dos palabras: “censura” y “persecución”, algo que demuestra que la “concepción bananera del poder” por parte de Sánchez “parece no tener fin”. 

“No se veía una cosa así desde Franco”, ha insistido Feijóo, citando también los equilibrios del Gobierno sobre Venezuela, la nueva financiación catalana pactada con ERC y la designación del exministro José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España. 

Sánchez, que lleva semanas insistiendo en la idea de que el discurso “agónico” del PP se encuentra completamente alejado de la realidad que vive España, ha encontrado en la intervención de su principal adversario un buen ejemplo para intentar justificar su tesis. “Miremos donde miremos, los datos invitan a la confianza y el optimismo frente a su oposición avinagrada”, ha señalado el presidente, deteniéndose en el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea y la reciente elevación de las previsiones de crecimiento por parte del Banco de España.

Rufián carga contra Junts

“¿Le queda algo a usted más que su proyecto personal?”, le ha preguntado Feijóo a Sánchez, agarrándose a la escasa producción normativa durante esta legislatura, con solo 11 leyes aprobadas desde que fue investido Sánchez en noviembre. Aquí, de forma paradójica, el líder del PP ha compartido visión con otro diputado que forma parte de los socios del presidente y se encuentra en sus antípodas ideológicas: Gabriel Rufián. 

El portavoz de ERC, al igual que el líder del PP, ha hecho gala de su pesimismo sobre el actual mandato de Sánchez. Pero Rufián se ha centrado en Junts, un día después de que los posconvergentes cambiaran en el último momento de actitud y tumbasen la proposición de Sumar, apoyada por los socialistas, para regular los contratos de alquiler de habitaciones y viviendas por temporada. 

“Fue un voto miserable”, ha señalado el dirigente republicano, recordando que, de momento, el bloque de la “derecha y la ultraderecha”, que a su juicio está formado por el PP, Vox y Junts, ya se ha aliado “en 37 ocasiones” para que el Ejecutivo perdiese votaciones. 

Si ese entendimiento se fortaleciera hasta alcanzar una moción de censura encabezada por Feijóo, Sánchez tendría que abandonar la Moncloa. Los tres partidos suman en total 177 diputados, uno por encima de la mayoría absoluta. Pero los colaboradores del presidente están convencidos de que eso no ocurrirá en ningún caso, porque el partido de Carles Puigdemont no se va a ir con Feijóo y Abascal, que están radicalmente en contra de medidas como la amnistía del proceso independentista. Rufián no lo tiene tan claro. “Ustedes desconocen la capacidad mediática de blanqueamiento de esta gente”, le ha dicho al jefe del Ejecutivo. 

Pero Sánchez no ha querido entrar. El Gobierno continúa necesitando a Junts para todo, y en estos momentos los socialistas negocian con el partido de Puigdemont la transferencia de las competencias de inmigración a Catalunya como paso previo a los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. “Este es el Gobierno del diálogo y del acuerdo”, se ha limitado a señalar el jefe del Ejecutivo.