CONGRESO

El revés de Junts al Gobierno envenena la relación parlamentaria con Sumar

En el ala minoritaria del Gobierno afirman de que la nueva estrategia de Junts "pone más difícil" las negociaciones

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en un acto este lunes,

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en un acto este lunes, / Jesus Hellin

La demostración de fuerza que escenificó Junts este martes en el Congreso tiene consecuencias más allá de lo político y enturbia la relación parlamentaria que hasta ahora mantenían los posconvergentes con Sumar. El socio minoritario del Gobierno no oculta su enfado mayúsculo con el partido de Carles Puigdemont por tumbar este martes en el último momento la tramitación de su ley sobre alquiler temporal. Los independentistas habían anunciado su abstención, llevando a una votación ajustadísima que obligó a ir a votar al presidente de Gobierno, y finalmente tumbaron la norma, avisando apenas unos minutos antes del cambio de posición.

En el ala minoritaria del Gobierno cuestionan ahora la credibilidad de los independentistas, cuya estrategia "pone más difícil" las negociaciones futuras. El cruce de reproches entre unos y otros ha sido total tras el episodio de este martes. En Junts trataron de justificar su posición asegurando que no habían contactado ni Gobierno ni Junts para confirmar su posición. A raíz de esto fue el propio Íñigo Errejón, portavoz parlamentario de Sumar quien este miércoles les acusó de "mentir".

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, este miércoles durante la sesión de control al Gobierno.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, este miércoles durante la sesión de control al Gobierno. / Alberto Ortega

"Junts ha mentido, lo llevamos hablando muchos días, acordamos una propuesta sobre el papel", dijo en declaraciones a periodistas en el Congreso, poniendo en duda por qué "cálculos inconfesables decidieron cambiar su voto tres minutos antes". "Hay una cuestión de forma, es importante tener palabra, cuando un grupo acuerda algo es importante mantenerse fiel a la palabra dada porque si no se pierde la credibilidad. Eso no es de una formación política seria".

Errejón apuntó también a la repercusión de este movimiento en el resto de futuros acuerdos, asegurando que Junts cambió el voto de "una manera absolutamente desleal que pone en entredicho su palabra para el resto de acuerdos", según aseguró en declaraciones en los pasillos del Congreso. "Es una indecencia por las formas y por el contenido", criticó después el dirigente de Sumar en declaraciones a La Sexta, donde volvió a cargar de haber "faltado a la palabra dada".

Sumar, gran damnificado

El movimiento de Junts certifica una ruptura de la confianza, al menos con Sumar, quien fue el gran damnificado de la votación. El espacio de Yolanda Díaz había abanderado la vivienda como la prioridad política de esta legislatura, y con su proposición de ley, que llevó al Congreso de la mano del Sindicato de Inquilinos, aspiraba a recobrar cierto protagonismo en el debate público y situarse en el centro de los acuerdos. Una posibilidad que se ha visto de momento frustrada, al impedir Junts el debate de esta iniciativa.

En el debate parlamentario, Errejón había defendido una propuesta de mínimos para tratar de acabar con el "fraude" del alquiler temporal, por el que algunos arrendadores emplean esta figura para subir los precios de alquiler por encima del IPC. Y ese era, según Sumar, el acuerdo alcanzado con los posconvergentes, que en un primer momento iban a permitir su tramitación para después negociar enmiendas.

A diferencia de Sumar, en el PSOE intentan no darse por aludidos, al considerar que no era una norma del Gobierno sino de los de Yolanda Díaz. Aceptan y parecen asumir el carácter "imprevisible" de Junts, y consideran que estos episodios son "aislados" y no van necesariamente encaminados a encadenar nuevos rechazos, y todavía ven opciones para sacar adelante los presupuestos.

Entre los diputados de Sumar los ánimos siguen caldeados con Junts y dan por rotos ciertos "códigos deontológicos" que suelen aplicarse entre los grupos parlamentarios. "Códigos no escritos", señala otra fuente, por los que más allá de la disputa política "se mantienen ciertas formas" para favorecer la convivencia. Una convivencia que amenaza ahora con enturbiarse.

Viraje de Junts

Algunos diputados llegaban a señalar directamente a Junts como un partido "trumpista" sin principios ni escrúpulos a la hora de hacer política. Hasta ahora, el socio minoritario del Gobierno ha defendido como parte de su discurso la existencia de una "mayoría progresista" en el Congreso. Una mayoría que se ha demostrado inexistente después del giro de Junts, al que acusan ahora de "votar con PP y Vox, partidos que les quieren meter en la cárcel", según defendió el propio Errejón. Otras voces de Sumar apuntan a tres episodios políticos "preocupantes" que se han producido en los últimos días y que evidenciarían una radicalización de los posconvergentes hacia la derecha.

Uno de ellos es que Junts haya descartado una moción de censura en la Alcaldía de Ripoll contra la líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols; la segunda fue, defienden, la ley contra la multirreincidencia, por las vinculaciones que los posconvergentes implican a la inmigración, y la tercera sería la ley del alquiler temporal, donde consideran que se pusieron al lado del sector inmobiliario.

Buscan la "repercusión"

"Si querían mandar un toquecito, un golpe de efecto, en esto se han equivocado, porque en esto han tocado en hueso con el mayor clamor que hay en España, que es frenar el abuso del mercado inmobiliario", defendió Errejón en La Sexta este miércoles. Fuentes parlamentarias de Sumar cuestionan el hecho de que "cada semana tiene que dar una hostia" por buscar una "repercusión simbólica" a la hora escenificar la necesidad de sus votos para el Gobierno, y en más en este caso concreto, donde a su juicio han cometido un "error", ante el problema de vivienda que también atraviesa Cataluña.

Aun así, en el espacio de Yolanda Díaz no creen que se trate de una "estrategia a largo plazo" para tumbar al Gobierno, al considerar que Junts está en un momento de debilidad donde su única palanca para exhibir fuerza son sus siete diputados en el Congreso, al no ser determinantes ni en la Generalitat ni en la Alcaldía de Barcelona. Sí admiten que "esto nos lo pone más difícil" a la hora de negociar y buscar acuerdos que permitan aprobar leyes, pero insisten en la falta de mayorías alternativas y avanzan que continuarán trabajando para intentarlo, porque "las piezas son las que son".