Zapatero reconoce su mediación con Maduro: “Facilité la llegada a España de Edmundo González”

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido su mediación para facilitar la entrada en España del opositor y candidato en las elecciones venezolanas, Edmundo González. Un papel por el que ha justificado su voluntad de "discreción" y evitar "valoraciones", después de no haber hecho declaraciones desde las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio, en las que participó como observador. De hecho, ha avanzado que seguirá realizando tareas de mediación. "Participé en una tarea de facilitación para su venida a España y debo decir que cuando alguien facilita, cuando alguien media, debe ser extraordinariamente respetuoso. Es un derecho y un deber de mantener discreción y lealtad a las personas", incidió en declaraciones a la prensa este martes en el Ateneo de Madrid antes de participar en la presentación de un libro.

“Mi forma de ayudar es a través del diálogo”, explicó para acto seguido llamar a las partes a sentarse en una mesa de negociación. Una "convocatoria al diálogo" entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición para buscar una "solución pacífica” a lo que ha calificado como “conflicto”. “Seguiré trabajando discretamente para lo que humildemente pueda ayudar a Venezuela”, reiteró antes de entrar en el acto esta tarde. 

"Estoy plenamente convencido que antes o después tendremos intentos de solución política y diálogo político para Venezuela", dijo tratando en todo momento de mostrar equidistancia. Eso sí, arrancó su valoración sobre la situación en Venezuela mostrando "respeto a su soberanía", como suele reclamar el régimen, aludiendo "a la Carta de Naciones Unidas". Si bien reconoció un "vínculo" con las autoridades venezolanas y el país por las tareas de "facilitación y mediación" que dijo venir desempeñando desde el año 2015, también destacó que "mantengo una buena relación" con sectores de la oposición.  En esta línea, reiteró su intención de no valorar "las posiciones de unos y de otros" para preservar la "confianza" y por un deber de "lealtad".

"Siempre ayudaré a que ese país recobre la esperanza y tenga futuro", manifestó sin salir del marco sobre la existencia de un "conflicto" ni apelar a la democracia. Precisamente, el libro que presentó esta tarde en Madrid, bajo su coordinación, lleva por título ‘La democracia y sus derechos’ (Península). Un pequeño grupo de ciudadanos venezolanos con banderas y carteles contra el régimen recibió a Zapatero a la entrada del acto con insultos y gritos de "libertad" o "Edmundo presidente".

"Lo que hacen los facilitadores es ser discretos u mantener o intentar mantener la confianza de la mayoría de las personas que participan en un conflicto como el que tiene Venezuela y esa ha sido mi actitud y va a ser mi actitud", se escudó para no responder ni a las críticas de la oposición sobre su papel ni tampoco posicionarse sobre cuál debe ser la salida o la situación que atraviesa el país.

Lo que sí valoró Zapatero fueron las decisiones del Ejecutivo, que sigue en la posición de exigir las actas y no reconocer la victoria de Nicolás Maduro, pero tratando de evitar un conflicto diplomático al no confirmar a Edmundo González como presidente electo, tal y como instó el Congreso al Ejecutivo. El Gobierno de España es el que toma libremente las decisiones y hay que respetarlas", defendió tras señalar que se trata del Ejecutivo "que más ha ayudado a los venezolanos". Asimismo, subrayó que se "reconoció a Guaidó", en referencia a la decisión de Pedro Sánchez en 2019 de reconocer como presidente encargado a Juan Guaidó. Los socialistas suelen poner como ejemplo que este reconocimiento no tuvo resultados para justificar que no se haga lo propio por el momento con González Urrutia.

El precedente de Guaidó

El expresidente del Gobierno está en el punto de mira del PP por supuesta connivencia con el chavismo y de parte de la oposición venezolana, que ha presentado una querella al considerar que “trató de influir ante el Grupo de Puebla para que no interesara la publicación de las actas de escrutinio” en los comicios venezolanos del pasado 28 de julio. El expresidente socialista acudió a Caracas para participar como observador electoral junto a otros miembros del denominado Grupo de Puebla, como el expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, o su coordinador Marco Enríquez-Ominami.

Este movimiento internacional, del que es miembro fundador Zapatero, reúne a líderes políticos progresistas de América Latina, el Caribe y Europa. Del PSOE también forma parte de esta suerte de 'think tank' su exvicesecretaria general y ahora delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra. Desde entonces, Zapatero había evitado pronunciarse en público sobre el proceso electoral y responder a las acusaciones de los populares que criticaron su labor por dar “apariencia de normalidad, de legalidad democrática a un proceso que no tiene todas las garantías".

"Coacciones"

Tras la denuncia del líder opositor en Venezuela y candidato a la presidencia de su país Edmundo González Urrutia de haber sido coaccionado por las autoridades de su país, como condición para viajar a España, desde el PP se precipitaron a señalar a Zapatero como el "gran urdidor de la "operación". También acusaron al Ejecutivo de estar implicado "como cooperador necesario" en el "golpe de Estado que se ha producido en Venezuela". Un señalamiento que motivó un segundo comunicado de González Urrutia aclarando que “no he sido coaccionado ni por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela, Ramón Santos".

Desde el Ejecutivo y el PSOE siempre han defendido su labor de mediación con resultados tangibles como la liberación de presos políticos. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, alabó su papel “en diálogos y mediaciones” en Venezuela para responder a las críticas de la oposición durante su última comparecencia en la comisión del Senado. Según reprochó a los populares, Zapatero “ha participado en muchos diálogos, en muchas mediaciones y en muchas liberaciones de presos políticos. Y ustedes lo saben”.