SENDA DE ESTABILIDAD

El Gobierno asume una prórroga técnica de los Presupuestos para dar margen a la negociación con Junts

La prioridad es garantizar los apoyos y los socialistas entienden que Junts no redefinirá su estrategia hasta después de su congreso, fijado para finales de octubre

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este martes durante la sesión de control al Gobierno en el Senado. / Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

La decisión del Gobierno de retirar la senda de estabilidad de la tramitación parlamentaria congela los tiempos para la presentación del Presupuesto de 2025. En el Ejecutivo no quieren ponerse plazos, ni para la presentación de los objetivos de déficit ni tampoco para llevar las cuentas públicas al Congreso. Todo depende, según explican fuentes de Moncloa, de cómo evolucionen las negociaciones que ahora se abrirán con Junts. La prioridad es garantizar los apoyos y los socialistas entienden que Junts no redefinirá su estrategia hasta después de su congreso, fijado para finales de octubre. Es por ello que desde Moncloa asumen incluso una prórroga técnica de las cuentas públicas para dar margen a los posconvergentes. Esto es, que aun habiendo un hipotético acuerdo la aprobación definitiva de los Presupuestos se produzca después del 1 enero del próximo año.

El Ejecutivo ya enfrió los plazos para presentar los Presupuestos después del último revés de Junts al sumar sus votos a PP y Vox en contra de la reforma de los alquileres de temporada. Entonces se desestimó la intención inicial de presentarlos en “tiempo y forma”. La Constitución mandata que deben llevarse al Congreso al menos tres meses antes de que expiren los actuales. Ahora, los tiempos se dejan en manos de Junts y a la espera de su congreso, habida cuenta también de que la reunión el pasado viernes en las afueras de Ginebra (Suiza) entre una delegación del PSOE, encabezada por su secretario de Organización, Santos Cerdán, el ‘expresident’ Carles Puigdemont, acompañado del secretario general de Junts, Jordi Turull, no sirvió para acercar posiciones.

En el Ejecutivo justifican que la prioridad es llegar a un acuerdo, más allá de los tiempos. De ahí que desde el Gobierno calificasen este martes el retraso en la votación de la senda de estabilidad como un "ejercicio de responsabilidad. Para dar una “nueva oportunidad al diálogo y la negociación”, según insistió la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría.

Los socialistas ponen el foco en la importancia del congreso de Junts al considerar que será el momento donde marquen su hoja de ruta. “Están condicionados desde la investidura [de Salvador Illa] hasta su congreso”, reconoce un ministro del círculo más cercano a Pedro Sánchez. “Tienen que redefinir qué papel quieren tener los próximos tres años”, añade respecto a la dicotomía sobre “si votar con la derecha y la ultraderecha” o negociar con el Ejecutivo.

Antes del congreso de Junts no sería el mejor momento para someter la votación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos. En lo que se insisten en que “no hay plazos” porque “lo importante es tenerlos”. "Nos gustaría que se aprobasen cuanto antes, pero no nos ponemos plazos al abrirse ahora la negociación", aseguraban fuentes de Moncloa este martes tras la decisión del Consejo de Ministros de retrasar la votación prevista para este jueves.

Sin acuerdo en la coalición

Desde el Gobierno trasladan que hay "margen" para el acuerdo con Junts y que estirarán las negociaciones todo lo que sea necesario. Para ello se abren tanto a modificar los objetivos de déficit, como ha reclamado esta mañana la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, como a abordar otras carpetas.

"Hay margen para la negociación, que puede llegar a cualquier punto", indican fuentes del Ejecutivo en referencia a reformular la senda de estabilidad, pero sin descartar que se aborden otros asuntos. Los posconvergentes exigen que se modifiquen los objetivos de déficit para que se le otorgue a las comunidades autónomas al menos un tercio de esta capacidad de gasto. Además del propio proyecto de Presupuestos, sobre todo en lo referente a las inversiones para Cataluña y compromisos de ejecución, encima de la mesa están pendientes diferentes carpetas que podrían servir como moneda de cambio: la relativa al impulso de la lengua catalana, la ley de delegación de competencias en inmigración o el "reconocimiento nacional" de Cataluña.

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La congelación de los plazos para la presentación de las cuentas ha retrasado también el acuerdo entre los socios de coalición. Hacienda todavía está cerrando las partidas con los ministerios de Sumar. A partir de ahí se abrirá la negociación para consensuar los Presupuestos en el seno del Gobierno, con diferencias notables en lo que respecta a fiscalidad. Una vez pactado el proyecto, se abrirán la ronda de negociaciones formales con el resto de grupos parlamentarios.

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