Encuesta: Los españoles rechazan la financiación singular para Cataluña, pero aceptarían que se extendiese a otras autonomías

El acuerdo estival entre el PSC y ERC que permitió la investidura del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha reabierto la caja de los truenos que más resuena periódicamente en el tablero político español: la financiación autonómica. El compromiso de que Cataluña disponga en 2026 de un modelo de financiación "singular", según el Gobierno, que pueda asemejarse al concierto económico vasco y navarro, según Esquerra, ha puesto en pie de guerra al resto de autonomías del régimen común, con independencia de su color político. El propio nombre de la cosa ya es objeto de disputa entre quienes firmaron el pacto, pero todas las comunidades se han apresurado a reclamar para sí mismas que el futuro reparto de los recursos públicos atienda la "singularidad" de cada territorio.

Esta doble realidad (el rechazo a la singularidad catalana y la reivindicación de una especie de 'singularidad para todos') conviven en la Encuesta Política de España elaborada del 23 al 26 de septiembre por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para Prensa Ibérica. Seis de cada 10 españoles se oponen al modelo de financiación singular comprometido para Cataluña y más de la mitad consideran que perjudicaría a las otras comunidades autónomas. Ahora bien, casi la mitad de la ciudadanía estaría de acuerdo con que este sistema de financiación singular pudiera extenderse a las demás autonomías. Entre los detractores del acuerdo hay cerca de la mitad de los votantes del PSOE.

En concreto, el 61,9% de los españoles está en contra del pacto PSC-ERC y solo el 19,8% está a favor, mientras que el 18,3% no sabe o no contesta. En el electorado socialista, el 48% de quienes votaron a Pedro Sánchez en las últimas elecciones rechazan la financiación singular catalana frente al 28,6% que apoya el acuerdo y al 23,4% que no se pronuncia. Solo entre los votantes de Junts, de ERC y de Sumar hay una mayoría favorable al documento suscrito, aunque en el caso del socio de coalición del PSOE se da una fuerte división: el 39,5% está a favor y el 37,5% está en contra. Llama la atención que ocho de cada 10 electores de JxCat (79,9%) respalden un pacto del que la dirección del partido abomina. Entre los votantes de PP y de Vox, la oposición supera el 90%, y tampoco gusta a dos de cada tres indecisos (64%).

Como era previsible, en Cataluña las cosas se ven de manera diferente, aunque tampoco hay un clamor en defensa de la singularidad: el 52,7% de los catalanes avalan el modelo pactado, el 27,9% se muestran en desacuerdo y el 19,4% evita pronunciarse. En el resto de España, la opción mayoritaria es el 'no' a la financiación singular, con porcentajes que superan el 65% en Canarias (66%), Castilla y León (67,3%), Comunitat Valenciana (65,7%) y Galicia (67,7%), y que rebasan el 70% en la Comunidad de Madrid (71,2%), Andalucía (72%) y Castilla-La Mancha (79%). La comunidad que preside Emiliano García-Page, el barón socialista más crítico con Sánchez, consigna la mayor oposición. El dato más curioso es el de Euskadi, donde hay más encuestados que están en contra (40,8%) que a favor (30,7%) pese a que esta autonomía no participa en la negociación por gozar del concierto económico.

Más allá del desacuerdo transversal con el pacto, el 54,3% de los españoles sostienen que una financiación singular para Cataluña perjudicaría a las demás comunidades, algo que no comparten el 29,2% de los ciudadanos. El 16,5% no sabe o no contesta. En este extremo hay mayor división interna en el electorado del PSOE: el 41,4% de los votantes de Sánchez creen que el acuerdo puede dañar al resto de territorios y el 38,5% no ven este peligro. Tampoco creen que exista ese riesgo la mayoría de votantes de ERC (94,5%), de Junts (60%) y de Sumar (49,7%), aunque uno de cada cuatro afines al partido de Yolanda Díaz (27,3%) y dos de cada 10 simpatizantes puigdemontistas (19,9%) sí creen que la singularidad catalana perjudicaría al resto de España.

Por comunidades autónomas, de nuevo se repite el contraste entre Cataluña y las demás autonomías. Algo más de la mitad de los catalanes (53,3%) niegan que una financiación específica para la Generalitat pueda perjudicar al resto de España, aunque uno de cada cuatro (27,2%) sí lo creen. La tesis del perjuicio la suscriben el 62,1% de los andaluces, el 49% de los canarios, el 65,4% de los castellanoleoneses, el 72,1% de los castellanomanchegos, el 59,1% de los valencianos, el 53,9% de los gallegos, el 60,4% de los madrileños, y el 60,6 en el resto de autonomías. En Euskadi se da la mayor división: el 42,9% de los vascos rechazan que la singularidad catalana sea perjudicial para el resto de autonomías, frente al 38,8% que sí lo piensa.

Mayor división de opiniones provoca, en general, la idea de que la financiación pactada para Cataluña pudiera extenderse a otras comunidades autónomas, como defiende el Gobierno. El 48,3% de los españoles están de acuerdo con una 'singularidad para todos' que, por el contrario, rechaza el 37,9%. El 13,8% no sabe o no contesta. Los votantes de los dos socios del Ejecutivo registran porcentajes muy similares: seis de cada 10 electores del PSOE y otros tantos de Sumar aceptarían que otras autonomías se sumasen al modelo pactado con Cataluña, mientras que dos de cada 10 en cada caladero opinan lo contrario. La hipotética extensión de la singularidad la avalan el 93,5% de los votantes de Junts y el 77,9 de los de ERC. Y aunque son mayoría quienes estarían en contra de este 'café para todos', alrededor del 30% de los votantes del PP y otros tantos de Vox sí apoyarían su extensión.

Cabe reseñar que la mayoría de comunidades que deberán negociar la financiación con el Ejecutivo central están gobernadas por el PP. En algunas de ellas, como Andalucía, Castilla y León, Comunitat Valenciana y Galicia, la mayoría de los encuestados respaldan la extensión de la singularidad, aunque en todas ellas por diferencias pequeñas respecto a los detractores de esta idea. En la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Canarias hay más gente en contra que a favor de llevar la singularidad a todos los territorias, pero también por márgenes bastante exiguos.