CONGRESO FEDERAL

La guerra de los dos votos que divide al PSOE de Cantabria obligará a intervenir a Ferraz

La comisión de garantías cántabra da la vuelta a los resultados de las primarias para encabezar la lista de delegados al congreso federal tras anular una mesa de votación

El secretario general del PSOE de Cantabria, Pablo Zuloaga, y la integrante del sector crítico y alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, durante un acto de campaña. / PSOE

El PSOE de Cantabria está partido en dos y sumido en una batalla de recursos cruzados tras las primarias para encabezar la lista de delegados al congreso federal. La candidatura alternativa al secretario general, Pablo Zuloaga, se impuso por un margen de 30 votos el pasado domingo, pero la comisión de garantías cántabra anuló este miércoles una mesa de votación por “irregularidades” en su constitución que da la vuelta a los resultados. De este modo, el sector que presentó a la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, y que también lidera el diputado nacional y miembro de la ejecutiva federal, Pedro Casares, se queda dos votos por debajo del oficialismo. Provisionalmente, puesto que podrán recurrir la decisión y, en última instancia, será la Comisión de Ética y Garantías de la dirección federal quien determine el resultado.

Cantabria ha sido la única federación en la que han medido fuerzas antes del congreso federal los dos sectores que pugnarán por el liderazgo del partido en el congreso regional. La dirección federal pidió dejar el ruido interno para después del debate de ideológico en el congreso de Sevilla, que se celebrará entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre, pero el PSOE de Cantabria ha sido la excepción a la norma. Lejos de evitarse este ruido interno, ahora la patata caliente se pasará a Ferraz para ratificar la decisión de que Zuloaga encabece la lista de delegados o acepte el hipotético recurso para que lo haga la candidatura alternativa.

Los críticos declinaron acordar una lista pactada y apostaron por ir a primarias con un resultado que anticipa una igualada lucha por el control de la federación. Más centrada en el poder que en el proyecto, puesto que ambas corrientes ahora son afines al 'sanchismo y, como constatan fuentes de esta federación, “defienden lo mismo”.

El dictamen que emitió este jueves la comisión de garantías cántabra se basó en el incumplimiento de varios artículos por haber participado como vocal en una mesa de votación una persona no militante. Según fuentes del partido en esta comunidad autónoma en el momento de la constitución de la mesa ya saltó una “incidencia” por este motivo en el portal telemático de las agrupaciones. Un extremo que se comunicó. La persona no militante, que se habría dado de baja de forma voluntaria el pasado 9 de octubre, firmó también el acta.

“El proceso tiene como requisito que los miembros de las mesas de votación sean militantes activos, por lo que la participación de una persona no militante impide la correcta constitución de la mesa, y vulnera el proceso y sus garantías”, sostiene la resolución. Los resultados provisionales voltean así los resultados por un margen de tan solo dos votos. 970 para Zuloaga y 968 para la encabezada por Herrán.

Llamada a la unidad

Aunque la imagen era de unidad, la federación cántabra lleva tiempo en cuitas internas, como reconocen fuentes de una y otra facción. Y ahora, una vez que se dejó el Ejecutivo regional y se abre el proceso congresual se apuesta por hacer valer la idea de que “la militancia decide”. A ello se aferra la alternativa a Zuloaga, que asegura tener detrás de sí a los históricos del territorio y a dos de las principales agrupaciones: Santander y Castro Urdiales.

El líder de los socialistas cántabros, Pablo Zuloaga, reconocía tras las primarias en declaraciones a los medios que el resultado "evidencia una división en el Partido Socialista de Cantabria" provocada por "quienes tenían intereses personales" para ello y a quienes ha acusado de "hacer el caldo gordo a la derecha. En cualquier caso, ha asegurado sentirse "ampliamente respaldado por la militancia" e insistido en hacer una llamada a la unidad de cara al próximo congreso autonómico.

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Todo este ruido previo al congreso federal no ha sentado bien en Ferraz. No solo que hayan tenido que llegar a las urnas por falta de entendimiento sino que los resultados estén siendo impugnados y obligando a la dirección federal a tener la última palabra.

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