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La crisis de Errejón pone a prueba el discurso feminista de la izquierda

Expertas señalan que el caso del exdiputado daña especialmente a Sumar, un partido que hace bandera de la igualdad y la salud mental

Íñigo Errejón y Yolanda Díaz. / EFE

María G. San Narciso

"Rocío Carrasco denunció ayer la violencia machista. Un testimonio de maltrato que muchos pondrán en duda. Igual que lo hicieron con Ana Orantes. Igual que lo han hecho con tantas y tantas mujeres. Por eso es tan necesario el feminismo #YoSíTeCreo". Este tuit lo escribió el ahora exdiputado Íñigo Errejón el pasado 22 de marzo de 2021. Sus publicaciones en redes sociales, su discurso político −siempre ondeando la bandera de la salud mental, del 'hermana, yo sí te creo'− chocan con las acusaciones que se llevan dando a conocer desde el pasado martes, cuando la periodista Cristina Fallarás publicó en Instagram un mensaje anónimo de una mujer que le acusaba de "maltratador psicológico".

Desde que este jueves Errejón presentó su dimisión, el 'runrún' de que gran parte de su entorno político conocía las prácticas de acoso y violencia de las que se le acusa, tanto de forma anónima como ante la policía -como ha sido el caso de la actriz y presentadora Elisa Mouliaá- no ha parado de crecer. Y esto, en el seno de un Gobierno progresista, es incómodo, especialmente para Sumar.

"Todo esto les daña mucho como partido, que tiene una fuerza institucional y una estructura orgánica ya de por sí débil. Están sobreviviendo con resultados de las Elecciones Generales, pero en las últimas, las europeas, les ha ido mal. Tenían muchos frentes abiertos y esto añade más misiles", explica Laura Teruel, analista de Agenda Pública y profesora de la Universidad de Málaga.

Sobre todo, opina, porque mientras que otros hasta niegan la violencia de género, como es el caso de Vox, Sumar se considera un partido feminista. Que uno de sus miembros principales sea acusado por distintas mujeres por acoso sexual y otras prácticas que, si bien no están tipificadas en el Código Penal, sí son reprochables para quienes creen en la igualdad de género y reivindican el cuidado de la salud mental, es más que un jarro de agua fría. "Toda la izquierda del PSOE estaba comprometida con el tema. No hay castigo mayor que para el incoherente", añade Teruel.

"Eso también cuenta: si nunca has hablado de feminismo, no te sacarán tuits antiguos hablando del tema y siendo contradictorio", como ha pasado con Errejón", añade Isabel Gimeno, ex directora del Instituto de la Mujer y ex diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, que califica a Errejón como "un machista redomado dentro un partido feminista".

Una oportunidad

Para Carmen Torres Narváez, doctora en Comunicación Política, el caso supone una crisis para Más Madrid, que se enfrenta al desafío de desvincularse de la situación sin ignorar que hay un problema estructural, y para Sumar como partido nuevo, que se encara al dilema de la coherencia entre estos principios feministas y su estructura interna.

"Pero va un poco más allá: en este caso resalta que el feminismo es un eje central para una verdadera democracia, y no una simple herramienta retórica que cualquier partido pueda utilizar. Al final, la violencia machista es un problema estructural y sistémico que necesita ser combatido desde todas las áreas de la política y eso incluye a los partidos progresistas. No puede ser un simple adorno en los discursos", resalta.

Comportamientos machistas dentro del partido

"El problema es que mucha gente que no viene del feminismo no entiende que no basta con decir que todas lo somos. El feminismo es muy exigente, y esa exigencia tiene que permear en todo el partido. Eso es algo que muchas personas todavía no han asumido", indica Gimeno. Asegura que el caso de Errejón no es el único en el partido, sino que "hay bastante gente que tenía comportamientos muy machistas dentro" de él. Ella misma los ha sufrido "en muchas ocasiones".

"El feminismo exige transformaciones, comportamientos en las maneras de relacionarse con todos y todas, en los cuidados... No es fácil. Hay que aprobar protocolos, hacer formación y tener cuidado con cuestiones como la paridad", añade Gimeno. Y eso es algo en lo que, en su opinión, están fallando. O al menos, no se están tomando demasiado en serio. "Asumen discursos feministas sin entender profundidad y exigencia de los mismos. Creo que en Sumar pasa mucho", señala.

Carmen Torres cree esta situación tiene que ir más allá de la simple autocrítica. Puede ser "una oportunidad para que todos los partidos de izquierda demuestren que sus principios no son negociables, y para transformar la crisis en un catalizador de cambio reales hacia una política más igualitaria, respetuosa y comprometida". "Y no solo para Sumar o Más Madrid −añade−, también puede servir para que el PSOE refuerce su identidad y se posicione como un referente feminista en la izquierda española, que era una bandera que, de alguna forma, le había sido arrebatada".

"Demoler las estructuras patriarcales"

Además, añade Torres, demuestra que se necesitan protocolos internos que aborden la posible violencia desde dentro del partido, con mecanismos de protección y prevención como ya se dan en empresas. Dentro del Ejecutivo, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ya ha hecho un llamamiento a "demoler las estructuras patriarcales dentro de las organizaciones políticas de izquierdas".

También la ministra de Sanidad y coportavoz de Más Madrid, Mónica García, ha mostrado en un mensaje su "profundo pesar" por todo lo que se está conociendo sobre su hasta ahora compañero de partido Íñigo Errejón, y ha confiado en que todos los casos salgan a la luz. "Desgraciadamente no hemos sabido hacer lo suficiente", ha lamentado.

El jueves por la tarde, la ministra de Igualdad y socialista, Ana Redondo, también mostró ante la prensa su repulsa. Este viernes ha animado a las víctimas a denunciar y ha señalado que "es un triunfo del feminismo" que cada vez más mujeres lo hagan: "La vergüenza está por fin cambiando de bando".

"Las víctimas, en una cultura machista como la que estamos inmersos, son lo importante, lo que hay que proteger −indicó el jueves−. Estamos inmersos en un machismo estructural. Tenemos que ser conscientes de esta cultura patriarcal que cuesta mucho remover. Todos los avances deben ser firmes desde un gobierno progresista. Tenemos que luchar todas y todos. Confío plenamente en que la investigación interna llegue hasta las últimas consecuencias".

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La Fundación Mujeres también ha urgido a los partidos políticos a poner en marcha los mecanismos necesarios para prevenir, controlar y depurar el machismo en sus organizaciones. "No asumir en primera persona la responsabilidad de la erradicación de la violencia y los comportamientos discriminatorios machistas contra las mujeres dando cobertura a conductas de quienes sabemos que se creen impunes, es un daño contra los derechos de las mujeres", han indicado en un comunicado.

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