El secretario de Estado de Seguridad dice en el Senado haber olvidado detalles esenciales del caso Koldo

En los días críticos de la pandemia de Covid, cuando la cúpula del ministerio del Interior andaba buscando desesperadamente mascarillas para los efectivos policiales y las prisiones, hubo un momento en que alguien en Interior dijo: "Dice Ábalos que Koldo sabe de una empresa con contactos en China". Lo tienen referidas a este diario fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska. Esas fuentes no relatan quién dijo en Interior aquello tan crucial. Y no se sabe tampoco este viernes, tras la comparecencia del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, ante la comisión Koldo del Senado.

Pérez, preguntado una y otra vez por el PP y por Vox, ha insistido en que no recuerda quién le dio a los ejecutivos de Interior -entre ellos el comisario jefe de Coordinación, José Antonio Rodríguez, el contacto con la firma de Víctor de Aldama Soluciones de Gestión; o, en palabras del senador popular Fernando Martínez Maíllo, "quién introdujo a Koldo en el ministerio del Interior".

Incógnita aún sin resolver. Sí ha admitido el número dos de Interior que conocía a Koldo desde antes de la pandemia y que habían hablado alguna vez por su labor institucional como asesor en el ministerio de Transportes y él como jefe de gabinete, pero, y en eso ha sido taxativo Rafael Pérez, no se ha sentado nunca con Koldo para hablar de un contrato de compra de mascarillas.

Duro interrogatorio

Se ha enfrentado Rafael Pérez a su comparecencia pública más dura, en un interrogatorio del PP tan áspero como el que este jueves el mismo grupo parlamentario lanzó al ministro Grande-Marlaska sentado en la sala Campoamor de la Cámara Alta. Y en su turno, Pérez, con la misma rotundidad que empleó su jefe, ha negado conocer al comisionista Aldama, el hombre que, según la investigación de la Guardia Civil. llegó a tener una insólita influencia en el instituto armado.

Rafael Pérez ha matizado que no está en situación de negar que otros ejecutivos de su ministerio sí contactaran con Koldo "como asesor, o con otras partes del Ministerio de Transportes", pues "se tenía conocimiento de esa línea" de avituallamiento de mascarillas en el departamento que dirigía entonces José Luis Ábalos.

"Yo participaba de la declaración de emergencia que dio lugar a esos contratos; incluso llegué a firmar alguno, pero yo nunca he estado sentado con Koldo hablando de contratos", ha referido también el número 2 de Interior al senador de Vox Ángel Pelayo. Y, si en alguna ocasión habló Pérez con Ábalos en aquella época, no fue para la compra de mascarillas. Pérez ha afirmado ante una comisión con numerosas ausencias que los contratos para pertrechar de elementos de protección anticovid a guardias, policías y vigilantes de prisiones "se tramitaron respetándose, en todo caso, todos los procedimientos y la más absoluta legalidad".

"¡Usted viene aquí a cachondearse de nosotros!, le ha espetado, Maíllo en uno de los momentos más agrios de la sesión.

Delcy llegando

Sí habló Rafael Pérez con Koldo sobre una visita que se aproximaba a España en un vuelo de Falcon desde Caracas. "Horas antes" de que la vicepresidenta venezolana Delcy Pérez aterrizara en Madrid, supo que una autoridad extranjera iba a llegar. A partir de ahí, su relato se ha vuelto algo evanescente. "No tengo el recuerdo de si llegó de noche o por la mañana", le ha dicho a Maíllo. No recuerda Pérez si le pasó los datos al comisario Rodríguez, el número 3. Sí que, quizá, se lo contó al ministro Marlaska.

El titular de la cartera ya dijo este jueves que le informó Rafael Pérez de aquella visita que, según lo averiguado por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), contó con la anuencia del presidente Pedro Sánchez. Este viernes, Rafael Pérez ha insistido en que Delcy Rodríguez no tocó, formalmente, territorio español. Y sobre el asunto, que un testigo ha referido ante notario, de la entrada de dos carros de aeropuertos llenos de maletas, ha dicho: "No pasaron un conjunto de maletas a territorio español. No tengo constancia de ello".

Ante la pregunta del senador Maíllo, el secretario de Estado ha asegurado que no le pareció "extraño" que quien le informara de la llegada de una gobernante de otro país fuera Koldo. Su prioridad, ha contado, era que Delcy Rodríguez no infringiera la prohibición europea de pisar territorio Schengen. "¿Cuántas veces le preguntó Koldo por la llegada de una autoridad extranjera?", le ha preguntado, cerrando, el senador Maíllo.

Un mensaje escabroso

Ha trascendido que el director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, el teniente general Manuel Llamas, le ha preguntado al jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la benemérita por unos pendrives del exministro José Luis Ábalos que esa unidad se llevó de casa de Koldo en un interrogatorio y que ahora está analizando. Como quiera que esa pregunta se formuló en un chat con decenas de testigos, ahora el hecho constituye una de las aristas políticas más afiladas del caso Koldo, y por ella le ha preguntado Maíllo a Pérez.

"No tengo que pedirle explicaciones al DAO cuando pide información sobre una operación. Él tiene funciones operativas atribuidas", se ha defendido el secretario de Estado. "No me puse en contacto con el DAO ni entendí que era necesario", ha insistido.

Y en ese momento la sesión ha hecho una de sus transformaciones: de interrogatorio a bronca. "¿Usted cree que es normal que el DAO le pida información al jefe de la UCO, por favor, de datos que están formando parte de un pendrive con información sensible del procedimiento? ¿Esto es normal?"

El número 2 de Interior ha explicado como una propuesta de la Guardia Civil el destino en Venezuela que se le concedió al comandante del Servicio de Información Rubén Villalba, detenido por su supuesta colaboración con la trama de Koldo García y Víctor de Aldama. Pérez ha subrayado que ese destino dado al comandante no se llegó a materializar.

Como hizo Marlaska antes, Pérez ha explicado como una decisión personal de Leonardo Marcos su todavía reciente relevo al frente de la Guardia Civil, según su versión a petición propia para continuar su carrera en la red de embajadas de España.