INVESTIGADO POR EL SUPREMO

Ábalos será expulsado del PSOE antes de final de mes

La resolución del expediente está en la recta final y quedará resuelto antes del 41 Congreso Federal de Sevilla

El exministro de Transportes José Luis Ábalos a su llegada para comparecer durante la Comisión de Investigación sobre los contratos públicos realizados durante la pandemia del covid-19.

El exministro de Transportes José Luis Ábalos a su llegada para comparecer durante la Comisión de Investigación sobre los contratos públicos realizados durante la pandemia del covid-19. / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

El que fuera secretario de Organización y ministro de Transporte, José Luis Ábalos, será expulsado del PSOE “antes de que acabe este mes”. Será entonces cuando, según confirman a EL PERIÓDICO de ESPAÑA, concluya definitivamente el expediente de expulsión que se le abrió en febrero.

Para la celebración del 41 Congreso Federal del PSOE, que se celebrará entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre en Sevilla, Ábalos ya estará oficialmente fuera del partido en el que ha militado durante 43 años.

El proceso interno contra Ábalos se inició al final de febrero, pocos días después de la detención de su asesor en el Ministerio de Transportes Koldo García, y después de su renuncia a dejar el acta de diputado por Valencia como le requirió la Ejecutiva del PSOE "por unanimidad".

Desde entonces, Ábalos dejó a formar parte del Grupo Parlamentario Socialista y se unió al Grupo Mixto. En línea generales ha estado votando lo mismo que el PSOE en el Congreso aunque en algunos casos ha marcado distancias y emitido un voto distinto. El que fuera uno de las personas más cercanas a Pedro Sánchez en la Ejecutiva socialista ha ido batallando la decisión del PSOE y recurriendo los pasos que el proceso del partido establece para poder expulsar a un militante. Pero este expediente “queda resuelto este mes porque ya terminan los plazos”, sentencian desde la dirección federal del partido. Ahora mismo, el expediente de expulsión está en "proceso de recurso por su parte" antes de que se formalice definitivamente su salida del PSOE.

Ábalos siempre ha defendido su inocencia en toda la trama del denominado caso Koldo. De hecho, se negó a dejar el escaño por la necesidad de defender su "honorabilidad". "No puedo rendirme. Si yo renunciara en este momento, se interpretaría como signo de culpabilidad y solo provocaría mi estigmatización no solo política sino personal. Sé lo que es ser un apestado político", dijo entonces en la rueda de prensa que ofreció en la Cámara Alta.

Pero tras los avances judiciales le fue cercando la investigación y ahora el Tribunal Supremo ha abierto causa contra el diputado. Tras aceptar los tres delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y cohecho que elevó el juez Ismael Moreno, el TS suma ahora una presunta malversación de caudales públicos.

El Supremo hace suya la exposición razonada que remitió Moreno y en la que pedía al Alto Tribunal que asumiera la causa ante los “indicios fundados y serios” del “papel principal” jugado por el exministro en la trama de corrupción a la que hasta ahora al menos ha dado nombre el que era su asesor Koldo García Izaguirre. Previsiblemente, el instructor de la causa, el magistrado Leopoldo Puente, dará la opción al diputado del grupo mixto de declarar voluntariamente antes de reclamar un suplicatorio a las Cortes.

En su exposición razonada, el titular del Juzgado Central de Instrucción 2 atribuía a Ábalos una “imputación clara y concreta” a través de una serie de indicios que evidencian su presunta participación en delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y cohecho-. Ahora, el Supremo suma un posible delito de malversación de caudales públicos. El magistrado subrayaba la imposibilidad de continuar la instrucción sin realizar diligencias de investigación que afecten de manera directa al diputado, y éstas son las que corresponderán ahora al alto tribunal.

En el caso de Ábalos, el PSOE le abrió el expediente por actuar “en contra de los acuerdos adoptados por los órganos de dirección del partido” y “menoscabar la imagen de los cargos públicos o de las instituciones socialistas” cuando se negó a dejar el acta de diputado que le pidió la dirección del partido que preside Pedro Sánchez.

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