GESTIÓN DE LA DANA

El PP juega 'in extremis' todas sus cartas para paralizar el nombramiento de Teresa Ribera en Bruselas

El partido de Feijóo maniobrará hasta el final para frustrar su designación o, al menos retrasarla, por las competencias de su Ministerio en la DANA

De izquierda a derecha, Manfred Weber, presidente del PP europeo; Alberto Núñez Feijóo y Esteban González Pons en Bruselas / DAVID MUDARRA (PP)

El PP intentará evitar hasta el último momento la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. El partido de Alberto Núñez Feijóo ha intensificado la presión de sus eurodiputados en las últimas horas para frustrar el camino de la todavía ministra de Transición Ecológica, que este martes se somete al examen clave en Bruselas. Impedir ese nombramiento es muy complicado porque el nombre de Ribera forma parte de un juego de equilibrios muy complejo entre las principales familias políticas para repartirse el poder de la nueva Comisión Europea.

Varios dirigentes conservadores consultados por este periódico lo reconocen: “Hacer caer a un candidato es muy complicado. Si cae una pieza, detrás pueden caer otras”, explican, asumiendo también que la política nacional y las claves importadas del escenario español no operan de la misma manera en terreno comunitario. El PP quiere hacer entender a sus colegas del PP europeo que Ribera tiene mucha responsabilidad en la gestión de la catastrófica DANA que ha dejado arrasada buena parte de la provincia de Valencia.

Desde hace días -y especialmente en las últimas horas- los populares han sacado toda la artillería pesada para trasladar al resto del PP europeo que no comparten la posibilidad de que Ribera sea elegida vicepresidenta este martes por la noche, una vez termine su audiencia. “Intentamos trasladar la sensibilidad del momento tan duro que se vive en España. Y que en este momento no merece un premio o un ascenso porque hay un escándalo importante y porque mientras se tenía que gestionar la tragedia, Ribera estaba haciendo lobby en los pasillos de Bruselas”, resumen en el entorno de Feijóo.

Otros eurodiputados aseguran que sí ha calado una cierta crítica por el hecho de que “continuara con su campaña personal” en las instituciones europeas a pesar de que su Ministerio estaba implicado en esa gestión. “Por mucho que atendiera las llamadas, no le deja en buen lugar”, recalcan.

Todos los dirigentes consultados por este diario ponen el foco en la dificultad de hacer caer a un candidato pero, al mismo tiempo, aseguran que hay “daño en la imagen” de la futura vicepresidenta de Ursula von der Leyen. E insisten en que, como mínimo, su arranque en el Ejecutivo ya tendrá “un desgaste”. El PP no pretende rebajar la tensión en las próximas horas. Más bien al contrario.

Ya desde hace días los principales dirigentes ponen el foco en la responsabilidad del Ministerio en aspectos clave para haber prevenido las consecuencias de la catástrofe como el seguimiento que hizo la Confederación Hidrográfica del Júcar en la jornada de la tragedia. Sobre todo en la situación en la que se encontraba el barranco del Poyo y que provocó la destrucción de muchos municipios en los que, en realidad, no llovió tanto. Fue ese caudal de agua desbordado el que los arrasó. En cuestión también están por parte del PP las comunicaciones vía correo electrónico y los tiempos que siguieron en aquel día. 

Los conservadores son conscientes de lo cuestionado que está el ‘president’ Carlos Mazón y todo su Consell, sobre todo por las horas previas a que comenzara el desastre. No fue hasta el viernes pasado cuando el dirigente autonómico fue capaz de dar los detalles sobre la comida que mantuvo ese día, durante casi tres horas en las que estuvo incomunicado. Este sábado hubo una multitudinaria manifestación en Valencia pidiendo su dimisión.

En Génova -donde no hay una muestra de apoyo público hacia Mazón- insisten en señalar a Ribera. Ayer, el portavoz, Borja Sémper, no lo hizo durante su intervención y se ciñó a dejar claro que el resto del PP europeo “conoce perfectamente” la posición de su partido. Pero fuentes de la dirección confirmaban después que hay “un trabajo intenso” en Bruselas para intentar esa paralización y que el Gobierno no termine el martes con un éxito político de esa dimensión.

Si todo va según lo previsto, Ribera saldría designada como vicepresidenta el martes por la noche con apoyos de los tres grandes partidos de la coalición (populares, socialdemócratas y liberales) y otros grupos. Necesita dos tercios de los apoyos totales. Si las gestiones del PP de España fructifican significaría que esa designación no se logra, al menos, tras la audiencia. En ese punto podrían abrirse distintos escenarios como que a Ribera se le exigiera otra prueba con más preguntas, alargando el proceso de su designación.

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Es exactamente lo que el PP persigue. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no mostró preocupación ante los medios en su comparecencia de este lunes, en la que anunció el segundo real decreto ley con ayudas para las víctimas de la DANA. Es más, el jefe del Ejecutivo aseguró que “el mundo, Europa y España necesitan más Teresas Ribera y menos negacionistas del cambio climático”. Los socialistas, como también admiten tantos dirigentes del PP, están convencidos de que la designación saldrá adelante porque frustrarla podría implicar “un efecto dominó” que no tiene sentido tras el gran acuerdo entre las familias políticas.

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