Begoña Gómez rehúye las preguntas del PP de Ayuso en la comisión pero se defiende: "La verdad pondrá las cosas en su sitio"

Begoña Gómez se ha acogido a su derecho a no contestar a las preguntas que se le han formulado en la comisión de investigación que ha comenzado este miércoles en la Asamblea de Madrid. Pero antes de rechazar el interrogatorio, ha explicado brevemente cuál es su relación con la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y se ha defendido escueta pero tajante: "Más pronto que tarde la verdad pondrá las cosas en su sitio".

Así ha arrancado la comisión de investigación impulsada por Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid para investigar si hubo o no irregularidades o algún trato de favor por parte de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) hacia Begoña Gómez, que ha llegado al parlamento autonómico acompañada de su abogado, el ex ministro del Interior Antonio Camacho, y el portavoz socialista Juan Lobato. Tras defender que lleva doce años colaborando con la UCM, la mujer del presidente ha reiterado que es "plenamente consciente de que esta comisión" no busca aclarar nada y que está acompañada de una "colección de denuncias y bulos". "Todo esto tiene un objetivo político evidente, solo hay que fijarse en la lista de denunciantes", ha concluido antes de escuchar las preguntas del PP y el resto de los portavoces parlamentarios sin responder a ninguna de ellas.

La comparecencia de Begoña Gómez en la Asamblea de Madrid, en imágenes

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La expectación era máxima, con cámaras de televisión colocadas frente a la entrada de la Asamblea de Madrid desde las 7.30 horas de la mañana y cerca de 110 periodistas de más de 50 medios de comunicación acreditados para informar sobre la comparecencia. Como se preveía, Begoña Gómez ha entrado por el garaje y ha realizado un breve paseíllo desde el ascensor situado en la misma planta de la Sala Caserón de San Bernardo. Apenas unos 20 metros, suficientes para que las cámaras graben a la mujer del presidente acudir a petición del PP de Ayuso a dar explicaciones sobre las mismas cuestiones por las que está siendo investigada por el juez Juan Carlos Peinado.

Las acusaciones del PP y Vox

El PP ha ejercido de anfitrión del juego, con un control de los espacios, los tiempos y las dinámicas de la comisión que le otorgan su mayoría absoluta en la cámara y la presidencia de la comisión, donde han situado a Susana Pérez Quislant, que ha ejercido de moderadora cortando toda protesta de la oposición. Tras los dos minutos de exposición inicial, la portavoz popular, Mercedes Zarzalejo ha arrancado su particular interrogatorio. Un total de 20 minutos de careo, en formato pregunta respuesta, sin tiempo determinado para cada una de las partes. Justo después ha sido el turno del rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache, y ha cerrado la sesión de hoy la comparecencia de la interventora de la UCM, Elvira Gutiérrez-Vierna.

Begoña Gómez ha escuchado impasible cada una de las preguntas y valoraciones de Zarzalejo. Sin asentir ni negar con la cabeza, ni un gesto, cuando le han recriminado que no tiene formación suficiente para dirigir los másteres y la cátedra que lideraba en la UCM. Tampoco cuando han empezado a vincular su labor docente con la Moncloa. "Podía haber acudido al despacho del rector, como hacemos los docentes, pero usted decide que vaya a su residencia, que es la sede de la Presidencia del Gobierno", ha empezado la portavoz popular. "¿Quién llamó al rector, usted, su secretaria, su marido?", ha añadido antes de recordar que en 2020 el rector Joaquín Goyache "acude a la Moncloa".

La intervención de Zarzalejo ha girado en torno a estas preguntas, con reiteradas menciones al hecho de que Begoña Gómez es la mujer del presidente del Gobierno y esa es la razón por la que obtuvo la codirección de la cátedra: "¿El mérito de ello era suyo, de la universidad, de su marido?" o "Se ha disfrazado de directora de cátedra, de máster, ha utilizado fondos públicos (...), ha hecho valer esa condición de esposa de Sánchez".

La presidenta de la mesa, protagonista

Entonces han llegado las quejas de la oposición, con Marta Bernardo, portavoz del PSOE, y el socialista Jesús Celada, miembro de la mesa, protestando por la falta de respeto de los comentarios realizados por Zarzalejo. Pero solo han encontrado un muro en la presidenta, Quislant, que incluso ha llamado el orden a Bernardo y silenciado los micrófonos de todos diputados de la sala para impedir más interrupciones. Su protagonismo en esta sesión ha sido absoluto, con permanentes peticiones de respeto y reiterando a la oposición que no era momento de alegatos ni valoraciones sino de preguntas.

No han faltado tampoco las menciones al caso Koldo o a los encuentros con Javier Hidalgo, el ex CEO de Globalia, en una comparecencia bronca que Begoña Gómez ha atendido en silencio ante las críticas de PP y Vox por la falta de respuestas. La portavoz de Vox, Ana Cuartero, ha sido la más directa contra Pedro Sánchez, asegurando que es el "autor intelectual de esta trama que ha motivado esta comisión" o lanzando que "ha usado" a su mujer "como testaferro en instituciones públicas y privadas". Cuartero se ha dedicado a hacer una intervención política pero con preguntas derivadas del procedimiento judicial en el que Vox está personado.

Del "disparate" a la "inquisición"

El PSOE, sin embargo, ha pedido la suspensión de la comisión una vez que la compareciente ha dicho que no va a declarar: "Es absurdo seguir con esta comisión". La portavoz socialista ha lanzado algunas preguntas durante su intervención, todas retóricas, tras apuntar que es todo una "disparate para que salga en televisión": "¿Usted cree que con esta comisión quieren saber la verdad sobre este caso inventado o buscan hacer daño al presidente del Gobierno?".

Por parte de Más Madrid ha intervenido la portavoz del grupo, Manuela Bergerot, que no es la responsable en esta comisión, con preguntas lanzadas sobre la financiación de la universidad pública que también han terminado con interrupciones por parte de la presidenta de la mesa, que ha negado que ese fuera el objeto de la investigación y, por tanto, pidiendo que no siguiera con esa línea. "Esto es la inquisición", ha cerrado Bergerot ante las llamadas de atención de Quislant.