El Centro de Emergencias también barajó confinar a la población de Valencia los días posteriores a la DANA

La posibilidad de confinar a la población en sus casas que se valoró durante la tarde del 29 de octubre fue más allá de aquellas horas de caos e indecisión. La avalancha humana en forma de voluntarios que se lanzó a cruzar el río días después hizo que desde el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) se pusiera sobre la mesa algún mecanismo legal que frenara la marea de gente y permitiera rebajar al máximo la movilidad en las carreteras y autovías. En concreto, se estudió un confinamiento de la población que afectara a toda la provincia, como en la pandemia, para facilitar los trabajos de rescate y asistencia.

Como adelantó este diario este martes, esta medida extrema fue una de las que se barajaron durante las dos horas críticas que se vivieron en el centro de mando del centro de emergencias de la Generalitat, dentro del órgano constituido para gestionar la crisis de la DANA y capitaneado legalmente por la consellera Salomé Pradas, con la ausencia además del president Carlos Mazón.

La reunión comenzó a las cinco de la tarde, pero pronto se realizó un primer receso. Tras su reactivación, a partir de las seis de la tarde, comenzó un intenso debate sobre si lanzar o no la señal EsAlert, el envío masivo a los teléfonos móviles y, sobre todo, el contenido del texto. Pedir a la gente que se confinara en casa o en sus trabajos fue una de las posibilidades. 

La falta de acuerdo entre los técnicos y la indecisión de la consellera Pradas (salió de la reunión en varias ocasiones para hablar con el president, que llegó sobre las 19:30 horas, cuando se le explicó cómo estaba la situación) hizo que la medida no se activara hasta las 20:10 horas de la tarde. El SMS llegó ya con los municipios desbordados pero con un formato mucho más prudente. Preocupaba alertar en exceso y que se produjeran más situaciones de riesgo.

La idea del confinamiento volvió a la palestra del Cecopi días después, como medida para facilitar los trabajos. La inesperada riada de solidaridad se convirtió en un problema para la movilidad de los efectivos y el despliegue de los vehículos. Muchos equipos profesionales se encontraron serios problemas para acceder a zonas por el increíble número de ciudadanos que se volcaron. Por eso se volvió a pensar en medidas de este tipo. 

La idea era despejar las ciudades solo para personal uniformado, algo que contrasta con el hecho de que en muchos municipios tardaran días en ver a efectivos oficiales y los voluntarios fueran los únicos que despejaran las calles de barro e incluso vehículos en zonas inaccesibles.

Se rechazó por motivos legales

En cualquier caso, este confinamiento volvió a descartarse nuevamente por motivos legales. Cabe recordar que el Constitucional declaró ilegal el confinamiento decretado en el primer estado de alarma durante la pandemia, y existen serias dudas sobre los vehículos jurídicos que permiten medidas de este tipo.

Con todo, durante los primeros días tras la DANA del 29 de octubre sí se han aprobado decretos para restringir la movilidad en carreteras de las zonas afectadas. El objetivo: facilitar los trabajos de emergencia de las agencias y cuerpos desplegados. 

Además, en el primer domingo tras el episodio, se aprobó una orden que restringía el acceso a pie en la zona cero, doce de los municipios más afectados, para «proceder a la reparación y limpieza, garantizar la movilidad de todos los servicios esenciales y complementarios de intervención, así como de todas empresas responsables de garantizar el suministro de los servicios básicos de agua, energía y comunicaciones, y de distribución de alimentos». Fue precisamente el día que también llegaba el rey a Paiporta, con el presidente Sánchez y Carlos Mazón, y que terminó en un gran tumulto.