La gestión de la catástrofe

Equipos de rescate de la DANA se movieron a ciegas por la carencia de datos

Transcurrido un mes del desastre, afloran detalles de la carencia de información de socorro que se sufrió más allá del caos de las primeras horas

Expertos de la Guardia Civil buscan cuerpos sin vida en vehículos en Paiporta el pasado 2 de noviembre.

Expertos de la Guardia Civil buscan cuerpos sin vida en vehículos en Paiporta el pasado 2 de noviembre. / EFE

Juan José Fernández

Juan José Fernández

En la mañana del 31 de octubre, para las fuerzas que se incorporaban al socorro de las víctimas de la dana en Valencia no era posible trazar una cuadrícula, ni virtual ni con bolígrafo, en el mapa, algún esquema que indicara en qué barrios, qué edificios y qué pisos del escenario de devastación había diabéticos a los que se les acababa la insulina, o pacientes cardíacos sin antiarrítmicos, asmáticos sin broncodilatadores, esquizofrénicos sin antipsicóticos...

Un programa de inteligencia artificial como los que ya jerarquizan información para los ejércitos en guerra, o un menos sofisticado cruce de bases de datos haría posible saber, sin teléfono pero a partir de lo grabado en las tarjetas sanitarias, quién en tratamiento crónico fue a la farmacia a recoger su medicación, cuándo por última vez, y si podría habérsele acabado.

En una catástrofe que golpea a puntos de distribución y cadenas de suministro, 36 horas es el plazo a partir del cual comienza a considerarse crítico el aprovisionamiento de ciertos medicamentos, pero en el sur de Valencia, en esos momentos, era un arcano dónde podían faltar qué cosas.

Transcurrido un mes del desastre, afloran detalles de la carencia de información de socorro que se sufrió más allá del caos de las primeras horas. El bien más escaso en la zona de operaciones de bomberos, Cruz Roja, UME, Guardia Civil, Policía y Protección Civil era el dato de situación, que no existió o no circuló ni se compartió con la velocidad que precisaba la situación.

La lista de incógnitas que en los días posteriores se oponían al avance ordenado de la ayuda crece según se consulta a fuentes implicadas en el dispositivo de socorro. Más allá de las primeras 36 horas no había información centralizada y compartida por ayuntamientos, Generalitat y Estado de asuntos como:

  • Un listado actualizable de zonas sin agua potable y zonas que ya la habían recuperado.
  • Áreas sin cobertura persistente de WiFi.
  • Áreas sin energía eléctrica.
  • Distancia y rutas entre farmacias operativas y zonas sin farmacia.
  • Pacientes pediátricos que precisaran seguimiento frecuente.
  • Localización de enfermos de EPOC u otras enfermedades respiratorias necesitados de oxígeno y estado de sus reservas domésticas.
  • Localización de pacientes inmunodeprimidos.
  • Localización de vecinos con discapacidad y problemas de movilidad.
  • Identidad y dirección de ancianos que viven solos.
  • Edificios y estructuras sensibles a la humedad o con otros detalles de interés en una emergencia anotados por compañías de seguros.
Un cartel en un balcón de la zona devastada por la DANA.

Un cartel en un balcón de la zona devastada por la DANA. / Villar López EFE

Los ayuntamientos tuvieron su foto de situación a través de sus policías locales; Protección Civil obtuvo otra, de la que se nutrió la Generalitat Valenciana; el Estado recibía otra de fuentes militares, Guardia Civil y Policía Nacional… y ni el Centro Nacional de Emergencias (CENEM), ni el CECOPI valenciano, el corazón de la dirección de la emergencia, tuvo una imagen nítida de la situación, por los problemas para componer un mosaico, una visión unificada que se pudiera plasmar en un informe periódico, confirman a este diario fuentes gubernamentales directamente implicadas en la gestión de la crisis.

A las 20:00 zulú

“Es fácil hablar a toro pasado, pero ni nosotros ni nadie en España había entrenado antes un desastre que afectara nada menos que a 72 municipios, con 800.000 habitantes y con tanta letalidad”, comenta un oficial de la cúpula militar en Madrid.

La mayoría de las fuentes consultadas dudan de que hubiera sido menor la ceguera en un nivel 3 de emergencia. Las de Protección Civil cuentan que sí se compartió información con el sistema estatal… pero la que había, no toda la necesaria.

Reunión del CECOPI de la dana el 5 de noviembre en L'Eliana (Valencia)

Reunión del CECOPI de la dana el 5 de noviembre en L'Eliana (Valencia) / GVA

Los ministerios de Interior y Defensa contaron con sus propios informes de situación. En el ámbito de la Seguridad del Estado señalan que el suyo fue el flujo más constante, si bien parcial. Según se incorporaban, las unidades militares iban emitiendo SITREP. Se llaman así, en los ejércitos OTAN, a los Situational Report, o Informes de Situación. El SITREP puede ser diario u horario, dependiendo de la situación. En el caso de la dana de Valencia -que es “una operación de emergencia con militares, y no una operación militar”, tiene dicho el teniente general jefe dela UME, Javier Marcos- el SITREP clave de las unidades de Tierra, Armada y Aire se ha estado emitiendo a las 20:00 hora zulú, o sea, las 22:00 hora peninsular española.

Los SITREP de unidades que no fueran la UME -que iniciaron su activación el día 1- empezaron a fluir el 3 de noviembre, después de que, el día 2, la Generalitat Valenciana pasara de haber pedido solo 500 militares a más de 5.000..

La redacción de los SITREP de esta tragedia es lacónica, centrada sobre todo en efectivos y trabajos. También lo era la de los informes previos, de movilización: “Dos autobuses con 100 infantes de Marina y una columna pesada con 10 camiones, cuatro vehículos ligeros y un Vamtac con 31 infantes de Marina de apoyo están llegando a Valencia”, decía un aviso interno del Tercio de Armada en la mañana del día 1.

Los informes de la Guardia Civil carecen también de adjetivos y abundan en efectivos. Cada jornada, la Comandancia de Valencia, bajo mando del coronel José Celdrán, actualizaba un “informe sobre datos operativos” a media tarde. Uno de esos reportes antecede una trágica lista relatando: “Durante la madrugada del 30 de octubre comenzaron a aparecer cuerpos en diferentes lugares de la provincia…”

Sin mando

“En este desastre, en centenares de casos han llegado bomberos de diferentes servicios a un putno determinado y no sabían dónde ubicarlos”, cuenta Israel Naveso, presidente de la Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales, una de las entidades más críticas con la gestión de la dana de cuantas en este momento formulan opiniones.

Al contrario que el resto de fuentes militares y civiles consultadas, este bombero madrileño habla sin pedir el anonimato. Su gremio prepara una manifestación en Madrid este sábado para protestar por la falta de coordinación. “La burocracia y la falta de información han retrasado la ayuda”, dice Naveso, corroborando lo que manifiestan militares miembros del operativo sobre unidades del Ejército que llegaban a una determinada zona y pasaron horas esperando asignación de tarea.

A los bomberos les pasó igual. Hay en toda la Comunitat Valenciana 2.800 bomberos profesionales, pero “después de muchas horas aparecieron los primeros autorizados por el CECOPI: cuatro vehículos con cuatro hombres cada uno”. Naveso se lamenta culpando por igual al CENEM y al CECOPI: “No llegábamos a tiempo por burocracia pura y dura. Con nuestros vehículos y herramientas podríamos haber ido accediendo apartando obstáculos, que eran otros vehículos”.

Pero los permisos no llegaban, ni tampoco las instrucciones. “Al final los bomberos se han activado en esta dana por ellos mismos. Nuestra gente veía el telediario y decía: ‘Tiro para adelante y que salga el sol por donde quiera’”. Él mismo, en Madrid, llevó un listado al gobierno autonómico con 400 voluntarios. Se autorizaron solo 30 en un primer momento. “Nos dijeron que no llegaba permiso del CENEM”, cuenta. En su organización manejan un dato del caos: ha habido un pico de 3.000 bomberos trabajando en la zona devastada sin autorización administrativa.

En otros casos, relata un oficial militar recien reemplazado en Valencia, “llegábamos al puesto de mando avanzado de la emergencia, y había puesto y estaba avanzado, pero no había mando”.

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