COMUNIDAD DE MADRID

El PSOE de Madrid afronta un congreso sin contestación interna al candidato de Ferraz y con Lobato en su escaño

El ex líder de los socialistas madrileños no ha entregado su acta y en su entorno apuntan que no lo hará de forma inmediata

Juan Lobato en la Asamblea de Madrid. / Alba Vigaray

Elena Marín

Juan Lobato lo ha engullido un vendaval esta semana, con una filtración sobre su acta notarial, una citación en el Tribunal Supremo y un calendario de partido envenenado para él. Se ha apartado de la dirección del PSOE de Madrid - dejando su cargo como secretario general- para evitar una guerra interna en la que no tenía opciones de ganar. Los apoyos que tenía Lobato la semana anterior, fueron menguando en cuestión de días cuando se supo que había registrado en el notario una conversación privada con una compañera de partido sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso. Enfrente se encontró a todo el aparato del partido, parte de los alcaldes más relevantes de la región, a varios cuadros intermedios y una militancia incrédula o enfadada ante lo que ha ocurrido esta semana. Tras su dimisión, el candidato de Ferraz tiene vía libre: nadie en el partido prevé una candidatura alternativa.

El PSOE de Madrid está formado por distintas familias y no todas necesariamente bien avenidas entre sí. Quienes estaban enfrente de Lobato tenían eso en común, un secretario general al que abatir, pero durante meses no ha estado claro si encontraban a un candidato alternativo avalado por todos.

Sin oposición

La retirada de Lobato ha evitado "una escabechina interna", según relata un miembro del partido, pero tras lo ocurrido, apunta otro de uno de los sectores críticos con él, no ve posibilidad de empezar el congreso con un susto. No habrá nadie que quiera competir con el ministro Óscar López, el hombre al que Moncloa va a lanzar contra Isabel Díaz Ayuso, señala uno de los que clamaba por un cambio de timón al frente del PSOE madrileño. Y añade: "No está la cosa para posicionarse". Lo dice entre bromas, pero reconociendo que con Pedro Sánchez reelegido al frente del partido en el congreso que se celebra este fin de semana en Sevilla, mejor no hacer ruido. La célebre frase de Alfonso Guerra "el que se mueve no sale en la foto" sigue persiguiendo al PSOE.

La eventual imputación de Pilar Sánchez Acera, mano derecha de López y la persona que envió a Lobato los mensajes reservados del caso del novio de Ayuso por los que ha tenido que declarar en el Tribunal Supremo, no se prevé que vaya a alterar los planes de momento, según fuentes del partido.

El calendario original pactado entre Lobato y Ferraz decía que el próximo jueves 5 de diciembre se convocará el congreso y la fecha para presentar las precandidaturas es el 7. Una vez que tengan los avales el proceso será rápido si no hay oposición interna, si no las primarias se alargarán hasta enero. En principio, la idea de la comisión gestora es seguir adelante con el calendario pactado y hacer una transición tranquila en la Asamblea de Madrid, donde ya ha sido elegido Jesús Celada, hasta ahora número 3 de Lobato en el parlamento autonómico, para asumir las funciones de la portavocía este mes de diciembre.

Situación en la Asamblea

Aunque no se prevén problemas inmediatos en la Asamblea, está por ver cómo evoluciona todo. Dejar la Secretaría General y apartarse de la carrera en unas primarias no significa que Lobato vaya a dejar su escaño de forma inmediata. De hecho, su intención es seguir como diputado, según trasladan en su entorno más cercano.

La duda quedó en el aire ayer cuando envió su comunicado informando sobre su dimisión. No había menciones a dejar por completo la política ni el escaño, solo explicaba por qué se apartaba del camino dejando vía libre a una nueva dirección regional. Solo un día después Ferraz constituyó una comisión gestora para empezar con los trámites y renovar la cúpula de la federación madrileña en las próximas semanas.

Si todo va según lo previsto y es Óscar López asume la Secretaría General del PSOE de Madrid, de momento hará oposición a Díaz Ayuso desde el Gobierno de la nación, fuera de la Asamblea de Madrid donde no es diputado. Por tanto, entienden quienes se mantienen junto al ya ex dirigente madrileño, Lobato podría quedarse porque él y López no serán dos figuras compitiendo en un mismo espacio.

Su intención, apuntan las mismas fuentes, es seguir "sin hacer ruido pero sin necesidad de esconderse" en la Asamblea al menos hasta que finalice este periodo de sesiones. Quedan apenas tres plenos más en diciembre que van a estar centrados en los presupuestos del Gobierno regional, con un debate que comienza el próximo jueves y una tramitación que finalizará con la aprobación del proyecto, previsiblemente, el 19 de diciembre. Después llega un mes inhábil en enero. Luego quién sabe. 

Entre sus colaboradores habituales no todos le han recomendado continuar. Lobato podría pedir su reingreso en la Administración como técnico de Hacienda e incluso buscar una salida en el sector privado, señala uno de los que no ve qué puede ganar si sigue en el parlamento autonómico. Otros, en cambio, se preguntan "dónde está el problema". Si el PP mantiene en la Vicepresidencia de la Asamblea Ana Millán, imputada por presuntos delitos de corrupción, no ven por qué Lobato va a tener que marcharse por diferencias internas, menos aún si tras la declaración en el Tribunal Supremo no se le imputa.

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Junto a su acta como diputado autonómico, Lobato tiene también un escaño en el Senado por designación autonómica. El partido podría pedirle que deje la Cámara Alta para nombrar a otra persona de la confianza de la nueva dirección, pero tendrá que ser él quien decida voluntariamente dejar el acta y entregársela al partido porque no pueden obligarle. Su condición de diputado le concede un aforamiento ante cualquier procedimiento judicial y eso, apuntan fuentes de la formación, puede ser también una de las causas por las que no quiera dejar el acta.

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