Salud

Marga Prohens, enferma de esclerosis múltiple: "Ahora vivo con pasión"

El Teatro Pereyra acogió este martes 'Mil maneras de luchar: un encuentro inspirador' con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una cita en la que se escucharon los testimonios de personas aquejadas por esta enfermedad. El de la presidenta del Gobierno balear , descarnado y sincero, fue especialmente emotivo

Marga Prohens.

Marga Prohens. / Vicent Martí

José Miguel L. Romero

La periodista Cristina Maró anuncia en el Teatro Pereyra de Ibiza que se va a proyectar un vídeo. Aparece en pantalla la presidenta del Gobierno balear, Marga Prohens, y lo primero que uno piensa es que va a dar un breve discurso institucional en el que prometerá su apoyo a quienes padecen esclerosis múltiple, que es la enfermedad a la que está dedicada 'Mil maneras de luchar: un encuentro inspirador', que se celebra en el escenario con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Pero no. A pecho descubierto, con un nudo en la garganta, Prohens recuerda que ella también padece esclerosis múltiple. No es la primera vez que lo cuenta, no es ningún secreto, pero sí es la primera vez que lo explica de manera tan descarnada, abierta en canal, con tantos detalles, de una manera tan íntima. La sala, testigo de una inusual y estremecedora catarsis, queda muda: "No soy una persona enferma pero tengo una enfermedad". Habla del cansancio, del dolor, del agotamiento, de la torpeza que a veces siente, de esos brotes que la dejan baldada. De que esta enfermedad de ‘las mil caras’ se llama así porque a cada uno le afecta de una manera distinta.

A la presidenta del Govern se lo diagnosticaron cuando tenía 19 años, "empezando la vida". Cuando se lo soltó el médico, no tenía ni idea de en qué consistía. Mielina, enfermedad crónica discapacidad, palabras que resonaban en su cabeza al salir de la consulta. ¿Y esto cómo se cura?, preguntó al doctor. No se cura. Te acompañará siempre, le explicó. Pidió a una amiga que buscara detalles en internet. Mejor no lo leas, le respondió al encontrar la información. Emocionada, cuenta que pasó por un periodo de negación: "Y el cuerpo responde a la negación mal, muy mal". Seis brotes en un año fue su respuesta. Y habla también de la depresión en la que cayó en esos momentos. Se preguntaba lo lógico: ¿podré tener hijos, podré viajar, podré caminar, podré acabar la carrera, podré valerme por mí misma». A sus 19 años pasó "de la pena a los miedos, que son infinitos".

"Un plus de pasión"

Acabó la carrera, tiene dos hijos, es presidenta del Govern. No para de sonreír. La enfermedad, cuenta delante del acongojado patio de butacas, sin inmutarse pero siempre a punto de romperse, la ha cambiado: "Me ha marcado y ha provocado que tenga otra manera de entender la vida. Ahora vivo con pasión. Mis relaciones personales, mi vida política, mi entrega y dedicación a todo". La enfermedad le ha dado "un plus de pasión por la vida", reconoce. Cuando se confirmó que iba a ser la candidata a la presidencia, llegó a un pacto con su doctora: tenía que escuchar a su cuerpo. Porque cuando fuerza la máquina, sabe que luego llegan los días "malos", esos en los que dice a su equipo que ha de bajar el pistón: "Les cuento que no estoy bien". Que tiene que descansar, que necesita un tiempo muerto: "Hago desconexiones para volver a arrancar".

El último brote lo sufrió en 2020: "Fue el más complicado. Llevaba 10 años sin tenerlos. Me había relajado. Y fue el primero que me dio con un hijo que no sabe nada de esto". Porque la vida, recuerda, no es para siempre: "A veces nos olvidamos de que esto no es eterno".

Tracking Pixel Contents