Sánchez confirma que presentará los Presupuestos "a principios de año" y confía en un pacto con Junts sobre migración

Pedro Sánchez tiene un calendario en la cabeza y confía en él para llevar la legislatura hasta 2027, pese a las malas noticias que le llegan desde los tribunales y la dificultad a la hora poner de acuerdo a todos sus socios parlamentarios. En una conversación informal con los periodistas durante el acto del Día de la Constitución celebrado en el Congreso, el presidente del Gobierno ha confirmado que “a principios del próximo año” presentará los Presupuestos Generales del Estado, la iniciativa que si se aprueba blindará su mandato y despejará el peligro de adelanto electoral. 

El Ejecutivo no cuenta de momento con los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas públicas, pero cree que tras el complicado pacto fiscal, que reunió a grupos tan distintos en el terreno de la política tributaria como Junts y Podemos, todo resultará más sencillo. Tranquilo, rebajando las consecuencias del “acoso político, mediático y judicial” que sufre porque considera que se volverá en contra del PP cuando haya que volver a votar, el presidente se ha mostrado confiado en la fortaleza de la legislatura. 

Lo primero será la senda de déficit, el paso previo para aprobar las cuentas públicas. El Gobierno quería presentarla cuanto antes, pero las primarias en ERC, que se acabarán resolviendo en una segunda vuelta entre Oriol Junqueras y Xavier Godàs, han provocado que todo se retrase. El jefe del Ejecutivo ha argumentado que no es buen momento para sellar un pacto cuando un partido se encuentra en plena batalla por el liderazgo. 

Pero eso no significa que el Ejecutivo esté de brazos cruzados. Las negociaciones con Junts, ha dicho, “avanzan”. En especial, sobre el prometido traspaso a Catalunya de las competencias de migración, un requisito que el partido de Carles Puigdemont considera imprescindible para dar su visto bueno a los Presupuestos. Las diferencias, al menos en público, siguen siendo claras, con Junts exigiendo para la Generalitat el control de las fronteras y el Ejecutivo respondiendo que algo así sería inconstitucional. 

Pero Sánchez, sin dar ningún detalle, se ha mostrado optimista. “Necesitamos discreción. Cuando lleguemos al acuerdo, se dará a conocer y se explicará”, ha explicado. 

La oposición del PP “no es política”

El líder del PSOE argumenta que el “ruido” en torno a esta endiablada legislatura, su presunta parálisis, no se corresponde con la realidad. “Todos los temas políticos de fondo los hemos ido ganando”, ha dicho. Y frente a eso está el PP. “Su oposición no es política. Pero no van a poder. No nos van a quebrar. No hay política tras el insulto, el ruido y la descalificación”, ha asegurado. Por eso cree que “cuando llegue el momento”, en 2027 (Sánchez ha repetido en varias ocasiones que no habrá elecciones generales antes), “este acoso se volverá contra los acosadores”. Las siglas del PP, ha insistido, “son fuertes”, pero su “líder es débil” y su proyecto político “irrelevante”. Casi al mismo tiempo, en otra conversación informal a unos metros de distancia, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, Alberto Núñez Feijóo ha asegurado que la legislatura "ya no da más de sí".  

Aun así, las críticas por la falta de frutos del actual mandato de Sánchez no solo vienen del campo opositor. También de Sumar, el socio minoritario de la coalición. Justo después del reciente congreso del PSOE en Sevilla, una cita marcada por los mensajes sobre la necesidad de poner pie en pared frente al “acoso” al Ejecutivo, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, advirtió: “Gobernar no es resistir”. 

Sánchez ha dejado claro que fueron unas palabras que no le sentaron bien. “Yo no resisto en el Gobierno -ha zanjado-. Yo estoy avanzando en el Gobierno. Gobernar es avanzar y es lo que estoy haciendo”.