GOBIERNO

El PNV rechaza asistir a la reunión de Hacienda sobre el impuesto a las energéticas y dificulta el acuerdo con Podemos

Podemos amenaza con tumbar los Presupuestos si el Gobierno no saca el impuesto, algo imposible sin los nacionalistas

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, este martes durante el Pleno. / Ricardo Rubio

El PNV traslada que no acudirá a la reunión convocada este miércoles por el Ministerio de Hacienda para negociar un nuevo impuesto a las energéticas, poniendo en duda acuerdo alcanzado entre Gobierno y Podemos, por el que los morados salvaron la reforma fiscal a cambio del compromiso de impulsar una figura impositiva que pudiera aprobarse con los socios en el Congreso de los Diputados. El plantón de los nacionalistas vascos, imprescindibles para armar una mayoría, dificulta ahora el cumplimiento de este acuerdo y pone en una frágil situación al Ejecutivo después de que Podemos haya amenazado en las últimas horas con dejar caer los Presupuestos Generales del Estado en caso de no ver cumplido su acuerdo.

La reunión está prevista para la tarde de este miércoles en el Congreso de los Diputados y a ella están convocados los socios de investidura. Tampoco ha confimado su asistencia Junts, el otro partido que junto al PNV pactó con el Gobierno el fin del gravamen a las energéticas en un primer momento. Fuentes de PNV motivan su rechazo a asistir al encuentro a que "nadie habló con el PNV" el pasado 21 de noviembre, cuando PSOE y Podemos pactaron la medida. La negativa del PNV a participar en las negociaciones para acordar un nuevo impuesto dificultan ahora su eventual aprobación, puesto que la única mayoría posible pasa por jeltzales y posconvergentes. Ambas han mostrado su rechazo frontal a la posibilidad de prorrogar el actual gravamen a las energéticas, y enfrían también la negociación para buscar una nueva fórmula.

Unos días después de aquel acuerdo, el propio portavoz parlamentario, Aitor Esteban, advirtió que no se sentía vinculado por ningún pacto que no hubiera suscrito su partido, y advirtió que votaría en contra de cualquier decreto ley que incluyera un gravamen de este tipo. Fuentes jelzales afean a Podemos lo que consideran una sobreactuación para intentar justificar el apoyo que dieron a la reforma fiscal del Gobierno. "El Grupo Vasco no se siente obligado a tomar parte en las urgencias de Podemos de trasladar una imagen para justificar su apoyo irreversible a un paquete fiscal", sostienen.

Podemos amenaza con romper

En los últimos días Podemos ha amenazado a Pedro Sánchez con una "ruptura total" en caso de que no impulsen un impuesto a las energéticas, amenazando con dejar caer los Presupuestos Generales del Estado y poniendo el cumplimiento del acuerdo como condición previa a cualquier otro pacto. "No tenemos especial vinculación con el Gobierno", señalan fuentes moradas, que apuntan a que la negociación sobre el impuesto a las energéticas ha sido "una de las más difíciles de la legislatura", y que la renuncia al impuesto a las energéticas supondría un punto de inflexión en la legislatura, al no contar el PSOE con los cuatro votos de Podemos.

En el partido morado creen que existen otras fórmulas y contrapartidas para atraer los apoyos de estas fuerzas, aunque no estén estrictamente ligadas a este gravamen en concreto, y responsabilizan de desenlace de este impuesto exclusivamente al Gobierno, al que atrbuyen la suficiente capacidad negociadora como para atraer al resto de aliados, vistas las cesiones de calado hechas en otras ocasiones, como fue el concierto catalán, la amnistía, o los distintso traspasos de competencias a País Vasco y Cataluña.

A falta de tres semanas para que expire el actual gravamen, el reloj se ha puesto en marcha para el último intento del Gobierno de buscar una fórmula alternativa que pueda ser aceptada por todos sus socios parlamentarios y que permita seguir contando con Podemos en la ecuación de Gobierno. Pero lo cierto es que la negativa del PNV a participar en las negociaciones añaden aún más dificultad a la hora de que pueda aprobarse una nueva figura impositiva, la única forma posible ante el rechazo frontal de jeltzales y posconvergentes de prorrogar el actual gravamen por la vía del real decreto.

Sin la ministra de Hacienda

El pacto sellado con Podemos el pasado 21 de noviembre incluía el compromiso del Gobierno "de impulsar una nueva proposición de ley que contenga un impuesto a las empresas energéticas", para lo que convocaría "en los próximos días" una "comisión negociadora". Después de fuertes protestas de Podemos por el retraso en la convocatoria, la comisión finalmente echa a andar casi tres semanas después del acuerdo, y lo hace alejada de la institucionalidad de Gobierno.

En lugar de celebrarse en el Ministerio de Hacienda, como se planteó en un primer momento, tendrá lugar en el Congreso de los Diputados a las 17 horas. El nivel del encuentro se ha visto rebajado al plano parlamentario, y tampoco acudirá la ministra María Jesús Montero, sino que será el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, quien se reunirá con el resto de asistentes.

En caso de que el Gobierno no lograse el acuerdo con los socios de investidura antes del 31 de diciembre, el Ejecutivo se comprometía a prorrogar por la vía del real decreto el actual gravamen. Este real decreto debería, en los 30 días siguientes a su aprobación en Consejo de Ministros, convalidarse por mayoría en el Congreso, donde ahora mismo tampoco cuenta con los números necesarios ante el rechazo de Junts y PNV.

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En Podemos deslizan sin embargo que la fórmula de prórroga por al vía del real decreto no era un fin en sí mismo, sino una manera de ganar tiempo para permitir que el nuevo impuesto pactado con todos los socios cumpliera todos sus trámites en el Congreso. Un trámite que a día de hoy no parece siquiera garantizado, cuando faltan veinte días para que concluya el año y ante las dificultades de sentar en una mesa de negociación a los nacionalistas vascos y catalanes.

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