PODEMOS

Podemos da por muerta la comisión sobre el impuesto a las energéticas y rechaza ahora acudir tras exigirla como condición

El partido asume el fracaso de la reunión después del plantón de PNV y Junts, necesarios para que pudiera aprobarse este impuesto

La líder de Podemos, Ione Belarra, en el Congreso de los Diputados este martes en Madrid. / FERNANDO VILLAR

Podemos asume el fracaso de la comisión sobre el impuesto a las energéticas que él mismo impulsó, como condición para apoyar la reforma fiscal del Gobierno. El partido morado ha anunciado que no acudirá este miércoles a la segunda reunión de Hacienda con los socios de investidura para intentar diseñar una nueva figura fiscal que tuviera mayoría para aprobarse. Lo hace después de que la semana pasada Junts y PNV, que rechazan este impuesto, se ausentaran a la primera reunión, una circunstancia que Podemos interpretó como un incumplimiento por parte del Gobierno, que no había logrado sentar en la mesa a dos de sus aliados parlamentarios.

A unas horas de que se celebrase la reunión prevista para la tarde del miércoles, a la que acuden Hacienda, ERC, Bildu, PSOE y Sumar, Podemos, Podemos ha admitido que la mesa de negociación "no tiene razón de ser" si no participan PNV y Junts, al ser sus diputados necesarios para que se aprobase cualquier medida. Desde la formación defienden que a partir de ahora se abre una etapa de "negociación bilateral" con el PSOE, insistiendo en que ellos "fueron quienes se comprometieron a aprobar el impuesto a las energéticas a cambio del voto favorable a su reforma fiscal".

En este sentido, los morados trasladan que "acudirán a todas las reuniones que sean útiles para acordar un impuesto permanente a las energéticas", pero precisan que "la reunión de hoy no tiene razón de ser" debido a la ausencia de PNV y Junts, a quienes califican de "representantes de las energéticas en el Congreso". En este punto, afirman que es "necesario" que acudan a esta reunión para que tenga alguna utilidad, destacando que es algo a lo que se "había comprometido el PSOE". Tras el fracaso de la reunión la semana pasada, en Podemos han amenazado con no negociar los Presupuestos para 2025 y con tumbar el impuesto al diésel que prepara el Ministerio de Hacienda.

La continuidad del gravamen extraordinario sobre las grandes energéticas fue el gran escollo de la negociación del paquete fiscal: el Gobierno pactó inicialmente con el PNV y Junts dejarlo caer a final de año, pero después acordó con ERC, Bildu y BNG prorrogarlo un año y con Podemos, negociar su conversión en un impuesto permanente.

Después del plantón de PNV y Junts la semana pasada, el Ministerio de Hacienda asumió que debería aprobar un decreto de prórroga del impuesto, tal como había acordado con ERC y Bildu, aunque el decreto podría decaer en el Congreso, donde no tiene los números para ser ratificado. Sin embargo, los planes de prórroga del Gobierno también pueden torcerse en las últimas horas, después de que el PP incluyera en el Senado una modificación a la reforma fiscal, la polémica enmienda 54, por la que deroga el impuesto temporal a las energéticas, suprimiendo de facto esta figura fiscal e impidiendo así su prórroga.

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En el Senado este martes, tanto Junts como PNV se abstuvieron en esta enmienda, que podría salir adelante este jueves en la votación definitiva en el Congreso si alguna de estas dos fuerzas decide apoyarla.

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