BALANCE DEL AÑO

Sánchez alienta un encuentro con Puigdemont antes de la decisión del TC sobre la amnistía

El presidente del Gobierno responde al expresident que la "amnistía política" ya se aplica: "Incluso por parte del PP, que vuelve a votar conjuntamente con Junts”

Pedro Sánchez durante su comparecencia en Moncloa, después del Consejo de Ministros. / José Luis Roca

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá “evidentemente” tanto con el líder de Junts, Carles Puigdemont, como con el recién reelegido presidente de ERC, Oriol Junqueras, después de que el expresident le exigiese aplicar la “amnistía política” con la rehabilitación de su figura a través de este tipo de encuentros personales. Sin fijar fecha, Sánchez ha ironizado con que ni tiene ningún problema porque “entendemos que a afectos políticos ya se aplica, incluso por parte del PP, que vuelve a votar conjuntamente con Junts”. El jefe del Ejecutivo abre así la puerta a celebrar esta reunión fuera de España antes de que se le aplique la amnistía al expresident, a espera de la decisión del Tribunal Constitucional. 

Sánchez ha lanzado un torrente de datos económicos para poner el foco en que “España avanza y progresa” e, incluso, se refuerza el “entendimiento” con las comunidades lideradas por el PP, en contraste con la debilidad parlamentaria, la falta de Presupuestos o el frente judicial que amenaza la estabilidad de la legislatura. El jefe del Ejecutivo se empeña así en ver el vaso medio lleno, con un balance del año realizado desde Moncloa en el que ha destacado un tono más triunfalista de lo habitual, pero destacando “los datos y no opiniones” frente al “tornado de crispación política y bulos para transmitir que España se rompe o se hunde”.

A sus socios les ha trasladado que cumplirá con los compromisos de investidura, imprescindibles para volver a articular el bloque de apoyos en el Congreso, y a la oposición liderada por Alberto Núñez Feijóo le ha repetido el mensaje de que llevará la legislatura a término. Hasta el “horizonte de 2027”, alejando cualquier intención de un adelanto electoral, precisamente para dar cumplimiento a los 197 hitos fijados para estos cuatro años de mandato. “Nos queda mucho por hacer”, ha añadido respecto a la hoja de ruta para los tres próximos años para concluir que "con esta oposición que tenemos, habrá una mayoría progresista de nuevo en las urnas y se continuará gobernando como creo que se tiene que gobernar".

Ante el acercamiento de Junts y PNV al bloque de PP y Vox, formando una mayoría alternativa para sacar adelante en el Congreso medidas fiscales, Sánchez ha señalado la "hipocresía de la oposición". "Movilizaron a sus votantes en las calles al grito de que la amnistía iba a romper España", mientras que ahora "sacan pecho por coincidir en el Parlamento". Con todo, en Moncloa descartan que estos acercamientos cuajen en forma de una moción de censura. En cualquier caso, ha apuntado que si Junts "junto con Vox y el PP la plantean, están en su derecho, es un instrumento constitucional".

Compromisos pendientes

El guiño de la hipotética foto con Puigdemont se produce en un contexto en el que Junts no solo ha sumado sus votos al bloque de PP y Vox en varias votaciones, sino que también ha exigido a Sánchez someterse en el Congreso a una cuestión de confianza. Todo ello sin que se haya abierto la carpeta de los Presupuestos, pues los posconvergentes reclaman cerrar antes compromisos pendientes. Desde la referida amnistía "política", hasta el uso del catalán en las instituciones europeas, pasando por el traspaso “integral” de las competencias en inmigración. En el Gobierno intentan rebajar el órdago considerándolo una estrategia de negociación a través de la habitual presión para partir de posiciones de máximos.

En este último Consejo de Ministros del año, el Gobierno ha aprobado varios decretos con medidas acordadas con sus socios, como la prórroga a las bonificaciones al transporte o el decreto con el impuesto a las energéticas. Unos acuerdos que sirven para allanar la negociación de los Presupuestos con sus socios del arco progresista, cuyas conversaciones formales prevén arrancarse este mes de enero. 

Sobre las diversas causas judiciales que desde el Gobierno se ha calificado de "acoso" y por las que, más recientemente, el ministro Óscar López llegó a acusar al juez Juan Carlos Peinado de "prevaricación", Sánchez ha evitado agitar el "lawfare" (guerra sucia judicial) para mantener perfil institucional durante esta comparecencia de balance tras el último Consejo de Ministros del año. Eso sí, insistió en que "dije que los ataques que íbamos a recibir no iban a parar". Tras ello, se refirió a que "la amplísima mayoría de jueces hace su labor con extraordinario rigor", dejando así fuera a determinados casos, aun sin mencionarlos.

Frente judicial

Una vez más ha subrayado su convencimiento de que "el tiempo pondrá las cosas en su sitio" para cargar contra una oposición, dijo, sin propuestas y centrada "en destruir e inundar el debate con bulos". Sánchez ha dicho desconocer el intercambio de correos electrónicos del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, que aparecen en la investigación sobre la supuesta filtración de datos confidenciales de la imputación por delitos fiscales de la pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.

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Como ya hizo el pasado jueves desde Bruselas, ha mostrado su confianza en el trabajo del fiscal general, más todavía después del informe de la UCO, que según ha sostenido "demuestra que el tiempo pone las cosas en su sitio". Tras desvelarse en dicho informe que en los teléfonos móviles de Álvaro García Ortiz hay "0 (cero) mensajes pertenecientes a cualquier tipo de aplicación de mensajería instantánea" entre los pasados 8 y 14 de marzo, Sánchez dio por cerrada la causa al considerar que estaba basada en una "acusación sin pruebas".

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