Periodismo

70 aniversario de la aparición en 1952 del mítico semanario de sucesos El Caso

Eugenio Suárez, su fundador, creo el periódico de mayor popularidad entre los lectores españoles del siglo XX

11 may 2022 / 04:00 h - Actualizado: 11 may 2022 / 04:00 h.
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  • Una de las portadas de El caso.
    Una de las portadas de El caso.

El 11 de mayo de 1952 nació en España El Caso, el semanario de sucesos de mayor éxito ininterrumpido durante 35 años. Se cumple el 70 aniversario del periódico español con mayor popularidad entre los lectores del siglo XX. Durante décadas (1952-1987) informó y plasmó en fotos impactantes la crónica delictiva de España. Con el enigmático “Crimen en El Plantío” abrió su primera portada, ilustrada con un dibujo de Pinédo, que mostraba a los dos asesinos huyendo de la casa donde habían estrangulado a una mujer. Se vendía a 2 pesetas, salía los domingos y su éxito fue enorme. Tuvo una primera etapa, de 1952 a 1976, y otra segunda, de 1976 a 1987. Su fundador, director y editor, el periodista y empresario Eugenio Suárez (Daimiel, 1919-Aviles, 2014), forjó un estilo propio en la información de sucesos y en la historia del periodismo español

70 aniversario de la aparición en 1952 del mítico semanario de sucesos El Caso
Portada del número uno de El Caso.

El Caso salía a la calle por primera vez el 11 de mayo de 1952. Su redacción y administración estaban en Madrid (calle Jordán Nº 1) y posteriormente abrirían una delegación en Cataluña, a cargo de Enrique Rubio. Tras su éxito de ventas, creó una red de corresponsalías por España, entre ellas la de Andalucía, de la que fue responsable entre los años 1982 a 1985 Juan Carlos Arias, colaborador de El Correo de Andalucía. El editorial del primer número señalaba su ideario, propósitos e intenciones. Recogemos un extracto de sus principales ideas: “Ante ti lector una nueva revista que busca llegar a complacer, a rellenar esa afición tan extendida en todas las clases sociales y que se llama curiosidad por la vida de los otros. Ahora bien; nada de morbosas curiosidades, sino el humano interés por lo que ha sucedido fuera de nuestro portal, quizá en la casa de al lado, quizá en el otro hemisferio. Las Comisarías, las Brigadas, los Juzgados, el Equipo, el Depósito, los bomberos nos conocen ya, y siempre que ocurra algo de alguna importancia, crimen, robo, estafa, incendio, etcétera, allí estará un representante de EL CASO. Y no sólo en los momentos trágicos, sino en aquellos otros en los que informemos de algo grato, algún servicio de la Policía que redunde en general beneficio, el rescate de algún prisionero, el salvamento de gentes en peligro, etcétera».

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Número 1 de El Caso.

En sus inicios la sede de este periódico estaba ubicada en un pequeño piso de Madrid y se imprimía en los talleres del diario Informaciones. En su contraportada se anunciaba una marca suiza de relojes, que sirvió de apoyo económico a El Caso en sus comienzos. Un producto periodístico que, de la nada, fue emergiendo y logró convertirse en uno de los periódicos de mayor tirada nacional durante casi cuatro décadas. El célebre editor, Eugenio Suárez, lanzó El Caso sin un duro, financió la compra de papel y la impresión de su semanario con el adelanto de pago de seis páginas de publicidad de un fabricante de relojes. Su equipo redaccional estaba compuesto por los periodistas José María de Vega, Enrique Rubio (quien fue delegado en Barcelona), José Quílez y Margarita Landi; así como los fotógrafos Isidro Cortina y Manuel de Mora y el dibujante Josechu Pinédo.

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El caso de la mano cortada.

El Caso simboliza, sin duda, una época reciente del periodismo español, un estilo periodístico cercano a los lectores, popular, donde primaba el “reporterismo de calle”, la investigación y la búsqueda de la noticia en su vertiente más extrema y sorprendente: el crimen, la delincuencia o los hechos curiosos o extraordinarios.

Las primeras portadas tenían un diseño más cercano al folletín y a las publicaciones que aparecieron en España a principios de los años XX, donde un determinado suceso ocupaba toda la primera página, representado mediante un elaborado dibujo y un título, a modo de cubierta de una novela, en la parte inferior.

Se convirtió en uno de los periódicos que contaba con mayores índices de lectura. De los 13.000 ejemplares de tirada del número 1, pasó, al cumplirse su primer aniversario, a los 150.000 de venta. Diez años más tarde, según el control de OJD de septiembre de 1972, El Caso alcanzaba una tirada de 208.535 ejemplares.

Casos como el «Misterio de la mano cortada” (1954) y especialmente el “Jarabo” (1959), llevaron al semanario a vender 400.000 ejemplares. El caso de “El Lute”, entre los años sesenta y setenta, también despertó el interés nacional. Por ejemplo, la portada del periódico del 9 de junio de 1973 estuvo por completo dedicada a la captura en Sevilla del delincuente Eleuterio Sánchez, apodado El Lute. Una amplia fotografía mostraba al malhechor junto a sus aprehensores, en la Jefatura de la Policía de Sevilla. El semanario publicó un amplio reportaje literario y gráfico en sus páginas interiores.

70 aniversario de la aparición en 1952 del mítico semanario de sucesos El Caso
Capturado El Lute.

El contenido fundamental de sus noticias estaba relacionado con el mundo de la delincuencia, aunque también publicaba en sus páginas siniestros, catástrofes y sucesos sorprendentes relacionados con los extraterrestres. La Dirección General de Prensa de la época le tenía advertido al periódico que no podía publicarse en sus páginas violaciones y temas escabrosos sexuales, por lo que daba permiso para cubrir un solo crimen por semana. Si se les prohibía usar el vocablo ‘apareció el cuerpo semidesnudo’, pues se las ingeniaban y decían ‘semivestido’.

Juan Carlos Arias, colaborador de El Correo de Andalucía, fue corresponsal en Andalucía de El Caso durante los años 1982 a 1985. Señala que enviaba semanalmente un tema a la Redacción de Madrid, pero los reportajes eran muy variados y no tenían que ser necesariamente de contenido sangriento: “Yo era reportero de calle e iba acompañado por mi fotógrafo, Fernando Crespo. Mandaba mi colaboración todos los jueves, a través de carta urgente en el Expreso para que llegara a tiempo a Madrid. Cubría temas de todo tipo, tanto hechos curiosos como criminales: la compra de La Cartuja de Cazalla por el Papa Clemente; el ‘Caso Torreblanca’, de pederastia donde estaban implicados en Sevilla tres jesuitas; El Palmar de Troya, homicidios, violaciones o casos extraordinarios como una entrevista que le hice a un señor que tenía 118 años”.

70 aniversario de la aparición en 1952 del mítico semanario de sucesos El Caso
Redacción año 1954.

Arias explica que «en mi condición de corresponsal en Andalucía, desde Madrid los encargos que me pedían eran sobre todo asesinatos, temas de corrupción policial o casos insólitos. Los llamados antes crímenes pasionales eran siempre portadas en El Caso y los casos insólitos. Me publicaron unas ocho portadas, con sucesos como ‘Los Quintillizos de Huelva’, ‘El Palmar’, un loco que mató a su madre en el barrio sevillano de Nervión, policías corruptos que fueron detenidos en Sevilla por narcotráfico o el ‘Caso Torreblanca”.

Su venta y éxito popular dependían de los acontecimientos luctuosos de la época. Por este motivo disfrutó de una fuerte difusión y de unos lectores fieles. Eugenio Suárez cuenta, como una de sus anécdotas preferidas, la protagonizada por la gente analfabeta de los pueblos y pequeñas pedanías que aprendió a leer simplemente para poder enterarse de lo que decía El Caso. Gracias a esta publicación se convirtió en propietario de una cadena de revistas, como el semanario de información gráfica Sábado Gráfico, así como los magazines Velocidad, Discóbolo, La Bota, Cine en 7 Días y el satírico El Cocodrilo.

El Caso se encargó de recoger y difundir una parte de la historia de España, la crónica delictiva de nuestro país. Semana a semana informaba del lado más sangriento, feo y oscuro de la sociedad; pero también el más humano, inédito, extraordinario, sorprendente y, en síntesis, el periodismo más puro. El propio contenido truculento de muchas de sus informaciones, sus portadas espectaculares y la exageración intencionada de las noticias publicadas, no favorecían la seriedad del periódico. Sin embargo, también cumplió con un objetivo básico del periodismo: perseguir la actualidad y reflejar todo lo que pasa e interesa a los lectores.

Sin duda, dentro de la plantilla de este periódico, la persona más conocida por sus crónicas fue Margarita Landi (1922-2004). Su verdadero nombre era Encarnación Margarita Isabel Verdugo Díaz y empezó a trabajar en El Caso en 1953, donde permaneció durante 28 años seguidos. Eugenio Suárez fue quien la introdujo en el mundo de los confidentes y de la policía, donde fue muy bien acogida, hasta el punto de que la Policía le mandaba un coche para recogerla cuando ocurría algún suceso espeluznante o la utilizaban como gancho. Landi era, ante todo, una reportera de calle, ya que siempre informaba desde el mismo lugar en que habían acontecido los sucesos, como así hizo con sus reportajes sobre el crimen de Los Galindos, ocurrido en Paradas el 22 de julio de 1975. Esta periodista autodidacta era conocida en la profesión como Subinspectora Pedrito o la Rubia del deportivo. En opinión de Juan Carlos Arias, transformó el periodismo de sucesos, “otorgándole categoría literaria y sólida base criminológica”.

Como indica Juan Rada en su libro 60 Aniversario El Caso (2011), este periódico marcó un antes y un después en la historia reciente del periodismo español, al divulgar noticias sobre crímenes y hechos delictivos que ningún otro medio se atrevía a publicar durante el régimen de Franco. Supo zafarse hábilmente de la censura, aunque no sin problemas, y rompió con el silencio existente en torno a la difusión de los sucesos.

Dentro de la primera etapa de El Caso, podemos establecer dos períodos históricos: el primero (1952-1975), coincidiendo con el régimen del general Francisco Franco; y otro segundo período (1976-1987), que comprende la transición y la democracia. El primero de estos, que duró 23 años, fue probablemente el de mayor importancia desde el punto de vista periodístico, económico y social; es decir, como fenómeno comunicativo hasta la fecha desconocido, por su éxito de ventas y por su repercusión social.

En la década de los cincuenta, fue el ministro de Información y Turismo, Gabriel Arias- Salgado, el que estuvo a punto de conseguir que El Caso no volviera a publicarse, ya que estimaba que algunos de sus contenidos y tratamientos informativos eran inmorales. Afortunadamente, fue el Obispado de Madrid quien concedió la autorización para que siguiera editándose, al reconsiderarse que debía ser la Iglesia quien pasara la censura eclesiástica. Por tanto, durante esta primera etapa, el semanario sólo pudo publicar un delito de sangre por número. A pesar de todo ello, se interpusieron escasas demandas al semanario, de las cuales no se perdió ninguna.

En la década de los sesenta, El Caso continuó con el estilo que tan buenos resultados había cosechado. La censura continuaba siendo un freno para poder publicar más de un crimen a la semana, aunque la aparición de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 (la “Ley Fraga”) suavizó, al menos aparentemente, la difusión de los hechos trágicos.

A partir de 1970, El Caso amplió sus contenidos informativos más allá de los sucesos e incorporó las denominadas “noticias del corazón”, la crónica social y los hechos pintorescos; también modernizó técnicamente el periódico. En su cabecera ya no figuraba la denominación “Semanario de sucesos”, sino “Semanario popular”. Fue un período de cambios, tanto de dirección y redacción, como técnicos y de diseño.

Fue en septiembre de 1976 cuando esta publicación anunciaba el inicio de una “nueva y pujante etapa, ampliando su redacción y sus colaboradores” El cambio más fehaciente se produjo con el nombramiento del periodista Juan Caño Díaz como director del semanario en sustitución de José María de Vega.

Los años ochenta fueron los últimos de la administración de Eugenio Suárez. Jesús Carlos Fernández Sedano fue director hasta 1985, aunque siempre figuraba como “director en funciones”. A principios de esta década, el semanario mantenía una buena salud, con tiradas importantes que llegaron a ser la más elevadas de revistas en papel. Según aclara Juan Carlos Arias, el periódico entró en los últimos años en crisis y bajaron las ventas; los corresponsales y colaboradores comenzaron a tener serios problemas con el cobro.

El sábado 29 de agosto de 1987 se publicaba en Madrid el último número de El Caso (en concreto el 1.843), con un precio de venta al público de 60 pesetas el ejemplar. Periódico que, desde inicios de ese año, estaba dirigido por Joaquín Abad y como director adjunto figuraba Juan Rada. Ya no volvió a editarse nunca más. Rada, quien ejerció en numerosas ocasiones de director en funciones, apunta que el cierre del semanario fue algo inesperado, pero se vio en la quiebra total. Las causas que motivaron esta situación fueron tanto económicas (la competencia de otras incipiente empresas periodísticas) como derivadas de problemas familiares de Suárez (el divorcio de su mujer) que supusieron un alto coste para sus arcas. Aunque gozaba de un público fiel y de una tirada que se elevaba a los 142.914 ejemplares, según la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), los gastos superaron a los ingresos y el negocio periodístico, antes rentable, acabó en la ruina. Aprovechando esta coyuntura, Joaquín Abad, empresario y periodista que había sido su último director, puso en marcha un nuevo semanario de sucesos, similar en apariencia al anterior en cuanto a cabecera, formato y contenidos: el 12 de septiembre de 1987 sacaba al mercado El Caso Mundial, posteriormente se denominaría El Caso Criminal y finalmente El Caso. Pero esto es ya otra historia diferente a la del mítico semanario El Caso de Eugenio Suárez... .

Archivos Juan Rada y Tomás Sastre Rubio.