Casado, el líder que se equivocó de enemigo

Casado ha apostado todo a una carta, con unas candidaturas hechas a su imagen y semejanza y un partido «renovado» para volver a defender los «principios y valores de siempre»

29 abr 2019 / 08:00 h - Actualizado: 29 abr 2019 / 11:58 h.
"Elecciones Generales 2019"
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"Si yo gano, nadie pierde". Este fue uno de los mantras de Pablo Casado en las primarias para convertirse en el líder de los populares. Nueve meses después, la realidad ha venido a desmontar esta máxima, tras cosechar el partido al peor resultado de su historia.

En esta campaña ha insistido en que su adversario era Pedro Sánchez y que Ciudadanos se equivocaba de contrincante al atacarle, pero las urnas ha demostrado que fue él quien se equivocó de enemigo al apuntar hacia la extrema derecha de Vox más que al centro.

Casado ha apostado todo a una carta, con unas candidaturas hechas a su imagen y semejanza y un partido "renovado" para volver a defender los "principios y valores de siempre", aquellos que propugnó en su momento el expresidente Jose María Aznar, y que dejaron en el olvido la etapa de Mariano Rajoy.

Él ha sido el gran perdedor de la partida que se jugaba hoy en las urnas, tras intentar competir con un Ciudadanos y Vox por el espacio de centro derecha y situar la fragmentación de voto como su principal ariete de los últimos días.

Una batalla que lo ha llevado a defender la caza y la tauromaquia, rechazar la eutanasia, o propugnar una vuelta atrás en la ley del aborto. Pero también medidas liberales en el ámbito educativo y sanitario o una revolución fiscal, con un rebaja generalizada de impuestos.

Durante esta campaña se ha mostrado siempre como un hombre de familia, uno de los pilares de su programa electoral y para cuya defensa ha propuesto una ley de maternidad. Su mujer, Isabel Torres, lo ha acompañado a numerosos actos, a algunos de los cuales ha acudido con los niños.

Ahora, finalizada la contienda electoral tendrá que decirles a sus hijos que ha perdido el concurso en el que les dijo que estaba participando para explicar sus ausencias. Un concurso del que llegó a verse ganador en algún momento, porque empezó la campaña con un gran ímpetu que le llegó hasta la recta final.

Casado inició la campaña electoral eufórico, y a mitad de la semana confiaba en que comenzaba la remontada, pero el último día, tras el cierre de campaña se le vio más prudente, ante unos resultados que el partido sabía que serían "imprevisibles".

Hasta ahora uno de los peores momentos de su trayectoria política, había sido la polémica por supuestas irregularidades en su máster de Derecho Autonómico y Local cursado en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, que saltó a los medios de comunicación en mayo de 2018.

Ya entonces inició una continua presencia en los medios de comunicación para defender su inocencia y meses después dio el asunto por zanjado, cuando en agosto, siendo ya presidente del PP, la jueza del caso Máster elevó la causa al Supremo, que rechazó abrir una investigación aunque si descartar que pudo haber "un trato de favor".

Casado (Palencia, 1981) ha tenido una meteórica carrera en el PP, donde empezó de la mano de Esperanza Aguirre y de Aznar, fue uno de los miembros de la última dirección del partido liderado por Mariano Rajoy, antes de pasar a ocupar su lugar en julio del año pasado.

Diputado en la Asamblea de Madrid entre 2007 y 2009, con Aguirre de presidenta de la Comunidad, Casado dejó su escaño para ser director del gabinete del expresidente Aznar.

En el PP había entrado en 2003 y solo dos años después, en 2005, fue elegido presidente de Nuevas Generaciones, cargo que ocupó durante ocho años, hasta 2013.

Dos años después, en 2015, dio el salto a la cúpula del PP, primero como portavoz de la campaña de las elecciones de mayo y luego como vicesecretario de Comunicación, puesto desde el que dio el salto a la dirección tras vencer, contra todo pronóstico, a Soraya Sáenz de Santamaría.

Para estas elecciones Casado también confiaba en dar un vuelco a las encuestas, pero esta vez no pudo ser.