De conato a extinguido, fases y grados para entender los incendios forestales

25 ago 2022 / 13:28 h - Actualizado: 25 ago 2022 / 10:30 h.
  • De conato a extinguido, fases y grados para entender los incendios forestales

Desde el momento en que un fuego comienza a propagarse, hasta que consigue ser extinguido, los incendios forestales pasan por diferentes etapas -como activo, estabilizado o controlado- y grados, que es preciso conocer y cuyas claves explica un experto en la lucha contra el fuego.

Y es que todos los fuegos comienzan siendo un «conato», esto es, la etapa inicial en la que el fuego es “totalmente controlable”, recuerda a Efe el vicepresidente de la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF), Juan Carlos González.

Si no se consigue sofocar el fuego, comienza a extenderse a una superficie mayor y pasa a ser considerado un «incendio forestal activo», cuando las llamas comienzan a propagarse libremente y sin control, y el área afectada continúa creciendo.

A partir de ahí, se suceden distintas etapas durante el proceso de extinción.

ESTABILIZADO, CONTROLADO O EXTINGUIDO

Estabilizado: Se considera que un incendio está estabilizado cuando, sin estar controlado, el fuego avanza favorablemente dentro de las previsiones de control. Aunque sigue quemando, su evolución es menor que la capacidad de las tareas de extinción, ha señalado González.

Controlado: Cuando la totalidad del perímetro del incendio se encuentra rodeado por una línea de control, formada por una franja de terreno sin vegetación o con vegetación ya quemada, el incendio está controlado, aunque pueden quedar en su interior algunos “puntos calientes”.

Extinguido: Por último, cuando no quedan materiales en ignición dentro del perímetro, y se ha comprobado que no hay posibilidades de que se reavive, el incendio se da por extinguido.

NIVEL DE PELIGROSIDAD

Asimismo, el experto ha destacado que los incendios pueden distinguirse también por su nivel de peligrosidad, en una escala que va del 0 al 3, según si afectan únicamente a masas arboladas, o también a personas y bienes no forestales, como carreteras, casas, negocios... y para los que se requieren distintos marcos de actuación.

El problema al que nos estamos enfrentando este 2022, y que “no habíamos visto antes en España”, es, según el vicepresidente de BRIF, que los incendios están afectando “enormemente” a las poblaciones, pues son mucho más grandes y virulentos, “capaces de quemar más de diez mil hectáreas en apenas 24 horas”.

CAMBIO CLIMÁTICO Y DESPOBLACIÓN COMO CAUSAS

González ha apuntado como una de las causas fundamentales al cambio climático, que ha reducido significativamente los ciclos de sequías -coincidentes con los “peores años” de incendios- que antes ocurrían cada 7 u 8 años, y ahora cada 3 o 5, y que además están siendo «mucho más prolongadas».

No obstante, considera que el factor “clave” es la despoblación del medio rural, ya que antes la gente vivía en los pueblos y hacía uso de los recursos del monte, por lo que “rara vez” un incendio afectaba a las poblaciones.

Según ha aseverado González, los incendios nos “avisan” de lo que puede venir en el futuro próximo, y ha recordado que, tras los “duros” incendios que tuvieron lugar en 2012, “podíamos esperar” que llegaran los incendios de quinta generación, que tenemos en España en la actualidad , con comportamientos muy agresivos y sobre los que es muy difícil trabajar.

INCENDIOS DE SEXTA GENERACIÓN

De seguir en esta dinámica, ha insistido, serán más habituales los incendios de sexta generación, y que se diferencian de los anteriores en que la energía liberada es capaz de modificar la meteorología y generar la suya “propia”, con el desplome de nubes convectivas que ocasionan tormentas muy fuertes en muy poco tiempo y vientos huracanados.

Se trata de fuegos “muy peligrosos y agresivos” por su comportamiento imprevisible, por lo que la labor de extinción es “prácticamente imposible”, y hay que sacar a todos los medios del incendio para evitar catástrofes, ha concluido.