«El coronavirus ha hecho necesaria una reorientación de prioridades de la actividad en prevención de riesgos laborales»

Entrevista a Lola Jariego Oyola. Directora Provincial de Fraternidad Muprespa y Presidenta de Aedipe Andalucía

31 ene 2021 / 05:00 h - Actualizado: 31 ene 2021 / 05:00 h.
"Accidentes laborales"
  •  Lola Jariego Oyola
    Lola Jariego Oyola

En los últimos años, parece que las empresas se han tomado más en serio la prevención de riesgos laborales. ¿En qué punto estamos actualmente?

Actualmente todo ha sido fagocitado por el COVID-19, también las consultas y requerimientos de asesoramiento dentro de la prevención de riesgos laborales.

Esta situación ha hecho necesaria una reorientación de prioridades de la actividad en prevención de riesgos laborales. Se ha puesto de manifiesto, más que nunca, la necesidad de aplicar los principios básicos de la prevención, estableciendo protocolos que incluyan los pasos a seguir para organizar un retorno al trabajo seguro y saludable.

Debemos ser conscientes de que la pandemia no puede paralizar el resto de actividades de la prevención de riesgos laborales, debemos seguir avanzando, como en el resto de actividades de este país. La PRL ha cobrado mayor relevancia por los costes de los accidentes, pero aún debe adquirir más protagonismo en la gestión empresarial.

Esta pandemia, al menos, ha supuesto situar a la prevención de riesgos laborales en un primer nivel de atención social y empresarial. Así debe de mantenerse para avanzar hacia una cultura preventiva real, en la que participen todos los estamentos de la empresa.

-Todas las semanas, por desgracia, hay un par de accidentes laborales. ¿Quién suele tener la culpa, la empresa o el trabajador?

A nosotros no nos gusta hablar de culpables, sino de actuaciones que debemos impulsar para evitar que se vuelvan a producir. Nos parece más importante descubrir “qué deberíamos hacer de diferente manera para prevenir un accidente similar”, “cómo podemos limitar el peligro”, o “qué debemos cambiar en nuestra gestión para estar en mejores condiciones para evitar accidentes” y a partir de aquí proponer medidas preventivas para que no vuelva a ocurrir.

Son numerosos los motivos por los que suceden los accidentes de trabajo. A modo de resumen podemos señalar:

- Concurrencia simultánea de varios factores que materializan el riesgo aunque exista una creencia generalizada y humana de que “no va a pasar nada”.

- Falta de información y conocimiento del riesgo por parte de la empresa y de los trabajadores. En ocasiones, puede deberse a una “cultura del riesgo” y a una formación en prevención de riesgos laborales inexistente o insuficiente y/o a la temporalidad e inexperiencia en el trabajo.

- Exceso de confianza durante el desempeño de las tareas encomendadas.

- Improvisación, tanto en la planificación de los trabajos como en su realización.

- Ausencia de estudio de los factores psicosociales, la tensión psíquica y el estrés pueden disminuir la atención o fomentar las actuaciones rutinarias.

-¿Qué riesgos laborales podemos sufrir teletrabajando?

Tenemos claras algunas ventajas del teletrabajo; posibilidad de conciliar con nuestra vida personal, ahorro de tiempo en desplazamientos para el trabajador, disminución de costes para empresa y empresario y la reducción de accidentes in itinere.

Pero debemos conocer también que los riesgos laborales del teletrabajo a los que nos enfrentamos y las medidas preventivas que debemos tomar para garantizar nuestra seguridad y salud, como los trastornos musculoesqueléticos, como síndrome del túnel carpiano, cervicalgias, etc. van a ser un factor a tener en cuenta en el teletrabajo porque el mobiliario que tenemos en casa es diferente al que tenemos en la oficina.

La fatiga visual, ya que las jornadas en teletrabajo suelen prolongarse y debemos asegurarnos de tener una adecuada iluminación, a ser posible natural, y evitar reflejos y deslumbramientos en las pantallas, de manera que nuestros ojos no estén situados frente a una ventana o a un punto de luz artificial.

Los Riesgos psicosociales con problemas de organización del trabajo y comunicación entre otros. También dependiendo de si el teletrabajo ha sido una opción tomada desde la libertad de elección o bien ha sido forzada por la situación que ha generado la pandemia, los riesgos psicosociales serán distintos.

-¿Cómo ha afectado el coronavirus a las empresas?

Desde que el 14 de marzo se decretó el Estado de Alarma dejando parada toda actividad laboral que no fuera esencial para el país (personal sanitario, sector alimenticio, transportes, etc.) o que no se pudiera realizar mediante el teletrabajo, empezó una lógica preocupación por la rentabilidad y sostenibilidad de todas las empresas, la salud es lo primero, sin duda alguna, pero la sostenibilidad económica también es vital.

Desde la visión de una mutua colaboradora con la seguridad social, las medidas que han tenido que adoptar para reducir el riesgo de contagio ha supuesto un coste muy importante, ERTES, caída de cotizaciones, aplazamientos, exoneraciones, millones de euros en prestaciones extras, bajas, confinamientos, retrasos en operaciones quirúrgicas y tratamientos en la sanidad... empresa pública y privada ha luchado y sufrido, y lo seguiremos haciendo juntos para levantar este país.

-Con el confinamiento y el teletrabajo, ¿se han incrementado los problemas psicológicos? Depresión, ansiedad etc.

Lo vivido durante este confinamiento no ha sido un teletrabajo al uso, por lo que no vincularía este, con el incremento de los problemas psicológicos.

En la revisión publicada en The Lancet, titulada “El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirla”, se analizan las conclusiones de varios estudios realizados con personas que han tenido que vivir confinadas. La mayoría de ellos hablan de efectos psicológicos negativos, si bien y aunque todo es muy nuevo y dependerá de cada persona y de sus circunstancias podemos resumir algunos de los trastornos que los expertos comentan:

- Estrés post-traumático: insomnio, pesadillas, miedo, angustia, mayor consumo de comida, etc. Es una reacción normal del organismo ante una situación estresante.

- Ansiedad: puede manifestarse en forma de palpitaciones, opresión, miedo, preocupación, desconfianza, deambulación, etc. Son reacciones que pueden estar provocadas principalmente por la incertidumbre del futuro.

- Depresión: puede ser leve, de unas semanas, o convertirse en un estado de incapacitación prolongada. Los expertos recuerdan que no se trata de una "tristeza muy intensa", sino de un estado paralizante, de negatividad, falta de autoestima, percepción de no ser entendido por el entorno y, al final, desvinculación de las responsabilidades y vínculos. La gravedad dependerá también de factores externos como problemas de salud añadidos.

- Duelo: esta reacción psicológica compleja suele estar causada por una pérdida. Es posible que algunas personas desarrollen algún factor de riesgo que complique este proceso, como no poder despedirse de un familiar o amigo; una muerte inesperada, la combinación de distintas pérdidas, un despido laboral, etc.

- Manías, tics, aprensiones, etc.

En general, la incertidumbre que estamos viviendo, genera inseguridad, pero tenemos que aprender a vivir con ella, debemos aprender a ser flexibles, vivir con equilibrio los cambios, practicar técnicas de relajación mental, ser pacientes. Practicar la resiliencia y el pensamiento positivo, y en esto Fraternidad-Muprespa y su Rincón de la Salud es una ventana estupenda a la que asomarse y tomar ideas, aprender a vivir cada momento con lo que toca sin dramatizar más allá de lo normal, sin “rumiar” la negatividad, ni mantenerlo tampoco más allá del tiempo normal de un duelo.

-¿Son las empresas un lugar seguro para no contagiarse de Covid-19?

Difícil pregunta, como generalizar en un sentido u otro. La mayor parte de las empresas están preocupadas por serlo. El papel que desempeñan las empresas en la lucha contra el COVID-19 es fundamental para evitar contagios. Debe mantenerse una constante actitud de vigilancia del cumplimiento de las medidas implantadas en la empresa, y que estas sean suficientes y adecuadas en todo momento, y siempre en función de la evolución de la situación, adaptándolas al protocolo que la empresa haya realizado frente al COVID-19.

Debemos concienciar a los trabajadores para que tengan un comportamiento adecuado a la situación y frenar el alarmismo, adoptando las medidas que los expertos nos han especificado y vigilando que se cumplan. De esta forma seguro que podemos trabajar en un entorno tranquilo y confiado. La palabra clave es responsabilidad, por parte de empresas y de los trabajadores.

-¿Qué tienen que hacer las empresas y los trabajadores para llegar a la tasa 0 de accidentes laborales?

En Fraternidad-Muprespa, dentro de nuestros programas de reducción de siniestralidad, promovemos entre nuestras empresas asociadas Visión Zero, que es la nueva campaña mundial de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) a favor de cero accidentes, enfermedades y daños en el trabajo. También, se ha unido la EU-OSHA, Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo, que busca fomentar la cultura preventiva en las organizaciones mediante una nueva manera de entender la prevención, colocando a las personas en el eje central de la estrategia encaminada a diseñar y sostener el trabajo con cero daños para la salud.

Visión Zero pone en primer plano la integración mediante la movilización de todas las personas en favor de la prevención, a favor de crear seguridad, mediante el liderazgo de la dirección ejerciendo un compromiso visible con la seguridad y salud y una comunicación efectiva entre el trabajador, supervisor y directivo, para actuar como facilitadores de seguridad.

Se asienta en tres pilares fundamentales:

· La vida y la salud de las personas no son negociables.

· Las personas cometen errores, pero la organización y el sistema deben amortiguarlos para no generar daño .

· Una cultura organizativa de salud es la mejor garantía para evitar daños a las personas.

Se genera así en la empresa un clima de seguridad que reduce la siniestralidad o que los accidentes que, lamentablemente sucedan, sean menos graves.