Twitter y su servicio de consultas lingüísticas ha sido para la Real Academia Española (RAE) un campo de ensayo que en los últimos años se ha saldado con éxito. Por eso, ahora que acaba de presentar su nueva identidad digital, aunque la dirección siga siendo la misma (www.rae.es), una de las principales novedades es la creación de un portal lingüístico en el que los hispanohablantes, que ya superan los 580 millones en todo el mundo, puedan resolver rápidamente sus dudas a través de un buscador de las mismas. Además, el portal incluye un observatorio de palabras en el que se ofrece información sobre términos y expresiones que, a día de hoy, no aparezcan en el diccionario y que han generado dudas en los hablantes: neologismos de reciente uso, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, etc. El portal ofrece también juegos y retos con los que los usuarios pueden poner a prueba sus conocimientos.
La nueva web de la RAE se convertirá, asimismo, en el campo de pruebas del ambicioso proyecto LEIA, siglas de Lengua Española e Inteligencia Artificial, con el que la Academia se sitúa al frente del compromiso por el uso de un correcto español en las máquinas. La RAE sigue así los planes oficiales impulsados por el Gobierno de España y los organismos internacionales en materia de transformación digital, con el propósito de convertir la tecnología en la base y condición necesaria de todos los proyectos de la institución.
En un momento en el que las conexiones se han demostrado más necesarias y presentes que nunca, la RAE ha facilitado el acceso virtual a los rincones de la RAE o podrá conocer a todos y cada uno de los 476 académicos que en los más de 300 años de vida de la institución han trabajado o continúan haciéndolo para fijar, limpiar y dar esplendor a la lengua española, tal y como reza su lema dieciochesco. Los usuarios pueden conocer ahora las piezas históricas que alberga el Archivo de la RAE, aproximarse a los tesoros que reposan sobre las baldas de sus bibliotecas o acercarse a los clásicos de la mano de las publicaciones que la institución lleva realizando en sus tres siglos de historia, según anunciaron este pasado viernes el director de la institución, Santiago Muñoz Machado, y la directora de Comunicación de la RAE, Olivia Piquero, en la presentación de la nueva identidad digital, precisamente a través del canal de YouTube que tiene la Academia.
La RAE, desde 1713
El pleno de la Real Academia Española está formado por miembros de número, de los que ha habido, desde su fundación en 1713 (y hasta mayo del año pasado), un total de 485 académicos. Los primeros estatutos de la corporación, que datan de 1715, fijaron en 24 las plazas de esta, designadas con letras mayúsculas del alfabeto. Las minúsculas vinieron luego, con la ampliación de las sillas en años posteriores. Actualmente, la institución cuenta con 46 académicos de número, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales, de acuerdo con lo establecido en los estatutos. Las plazas académicas son vitalicias y solo ocho letras del alfabeto no tienen —ni han tenido en el pasado— representación en los sillones de la RAE: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y.
El académico que más tiempo tuvo tal condición fue Ramón Menéndez Pidal, que lo fue durante 66 años (entre 1902 y 1968), y hasta fue su presidente en dos ocasiones. Actualmente, el académico más antiguo es Manuel Seco, que tomó posesión de su silla el 23 de noviembre de 1980, con lo cual lleva ya casi 40 años. En una institución cuyos miembros tienen una edad media de 75 años, el académico actual más joven, desde 2018, es el dramaturgo madrileño Juan Mayorga, de 55 años.