Crónicas dominicales

El fraude del espectáculo chino-estadounidense Shen Yun

Se presentaron en Sevilla como espectáculo promotor de las tradiciones culturales chinas anteriores al comunismo, pero en realidad es un adoctrinamiento burdo adornado de colores muy atractivos para tapar su intencionalidad

12 mar 2023 / 04:00 h - Actualizado: 12 mar 2023 / 04:00 h.
"Crónicas dominicales"
  • El fraude del espectáculo chino-estadounidense Shen Yun

Fui a ver el espectáculo Shen Yun. Se presenta ante los públicos con el eslogan China before communism (China antes del comunismo). Es muy atractivo, desde luego, sus bailarines son impresionantes y su orquesta fuera de serie. Pero es en el fondo una publicidad engañosa, un fraude, una tapadera para adoctrinarnos no sólo en el anticomunismo sino en teorías pleistocenas procedentes de los puritanos y la derecha más miedosa y reaccionaria –y por eso peligrosa- de Estados Unidos.

Tras unos primeros números que cautivan a cualquiera por su estética y su simbiosis entre historia, leyenda, tradiciones, música y danza, llega el primer sablazo ideológico que destroza el eslogan del evento: ya no es la China antes del comunismo, ahora es la representación de una represión comunista en la actualidad contra una pareja. Los “malos” aparecen en escena vestidos de negro y con la hoz y el martillo insertados en la espalda. El color negro sólo se utiliza para eso, el resto es un colorido fascinante y sosegador.

Los presentadores que conducen el espectáculo –una presentadora china y un presentador occidental- puntualizan que ese número no se puede exhibir en China. La representación sigue, brillante, con una magnífica combinación entre seres humanos y nuevas tecnologías que cobran vida y se funden con los actores de la obra en un fondo de escenario en forma de pantalla que lo ocupa todo y nos lleva mucho más allá del escenario mismo.

Luego irrumpe el otro gran mensaje adoctrinador que es peor aún que el anticomunista de antes. Un tenor y una soprano –en actuaciones separadas- entonan una especie de aria con una letra supuestamente espiritual en la que indican que el ateísmo y la teoría de la evolución de Darwin son obra de Satán. Pase lo del ateísmo no por mi parte sino pensando en que se supone que en el mundo hay más personas creyentes que ateas que pueden pensar que no creer en Dios es inspiración demoníaca. Pero lo de la negación del evolucionismo nos lleva al siglo XIX y a las condenas que el gran científico británico sufrió por parte de la religión de todo tipo hasta el punto de que en 2008 la Iglesia de Inglaterra, en gesto simbólico, pidió disculpas a Charles Darwin por haberse opuesto de manera “excesivamente emocional” a su teoría de la evolución, publicada en 1859 bajo el título El origen de las especies por medio de la selección natural.

Claro que cualquiera que esté al tanto de la actualidad en Estados Unidos conoce que en el sur del país aún hoy se prohíbe en escuelas públicas explicar a Darwin o, si se explica, no se pueden poner preguntas en los exámenes sobre el tema. Hay una magnífica película sobre este asunto, ya clásica, que en España conocemos por el título La herencia del viento, que cuenta, basándose en hechos reales, la persecución judicial de que fue objeto un profesor de escuela por narrar a sus alumnos las teorías de Darwin.

A poco que se bucee en la Red, no hace falta ir más lejos de Wikipedia para comprender el engaño de Shen Yun. Se trata de una conexión con una creencia supuestamente espiritual que en China está muy perseguida por el comunismo, en efecto, y se ha refugiado en gran medida en Estados Unidos. Ya los presentadores de Shen Yun nos hacen saber que los danzarines y bailarines del espectáculo se forman en Nueva York. Eso y un gran letrero en el telón del escenario prohibiendo tomar fotos o videos alegando derechos de autor hace sospechar de una actividad comercial occidental.

Así es, Shen Yun tiene detrás a la “religión” Falun Gong que administra una variedad de extensiones en los Estados Unidos y en otros lugares, que han recibido una notable atención de los medios de comunicación por su participación política y sus mensajes ideológicos, en particular desde la participación de estas extensiones en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016. Las extensiones de Falun Gong incluyen The Epoch Times, una entidad mediática políticamente de extrema derecha​ que ha recibido una atención significativa por promover teorías conspirativas, como QAnon –una conspiración de poderes profundos contra Trump- y la desinformación antivacunas, y por producir anuncios para el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump. Shen Yun también ha recibido una cobertura mediática significativa por su énfasis en, por ejemplo, las declaraciones antievolución y la promoción de la doctrina de Falun Gong, mientras se presenta como una tradición antigua.

El fundador de Falun Gong, Li Hongzhi, ha vivido en los Estados Unidos desde el año 1996, y Falun Gong tiene un gran número de seguidores a nivel mundial. Dentro de China, algunas fuentes estiman que decenas de millones de personas continúan practicando a pesar de la persecución. ​ Se estima que cientos de miles de personas practican Falun Gong fuera de China en más de setenta países a nivel mundial.

Al final del espectáculo, creí ver y oír unos aplausos no demasiado calurosos, tal vez por la excesiva duración de la obra, tal vez porque la mayoría de las personas no son comunistas pero tampoco les gusta que las adoctrinen de esa forma tan descarada, tal vez porque somos europeos y la representación está pensada para almas ingenuas, ignorantes y temerosas del progreso mental, made in USA.