Ya hemos hablado en otras ocasiones del inventor español Leonardo Torres Quevedo, que fue también el artífice del primer artilugio conocido como puntero proyectable. Consistía en aquel momento en un sistema articulado en el que el usuario podía desplazar uno o más puntos al lado de la placa de proyección, permitiendo de esta manera que el ponente señalara las zonas que quería destacar de una transparencia. El ingenio español una vez más al servicio de la educación en una herramienta que todavía hoy utilizamos y se hace imprescindible para cualquier conferencia o sesión formativa.