El sueño de los extutelados: una vida mejor para sus familias

06 jun 2022 / 05:44 h - Actualizado: 06 jun 2022 / 05:44 h.
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Una vida mejor para sus familias. Ese es el sueño de los jóvenes extutelados que llegan a España cuando son menores, todos con la misma ilusión: empezar una nueva vida y conseguir un trabajo para integrarse en la sociedad.

«Yo no necesito nada para mí, cuando trabajo aunque sea cinco o seis euros los mando a mi familia, aunque sea poco, ellos lo necesitan más que yo», ha explicado en una entrevista con EFE Salahdin El Ayoubi, de 21 años, y que estuvo en un centro de menores hasta que cumplió los 18 años.

Abandonó su casa cuando tenía 14 años. «Mi madre pasaba hambre, mi padre no trabajaba y pese a que yo trabajaba doce horas, no daba para comer toda la familia», por lo que pensó en irse lejos y buscar un buen trabajo. «Cogí una mochila y mi madre me dijo que me cuidara y no hiciera cosas malas», ha recordado con nostalgia.

Ha asegurado que tiene una unión muy especial con ella y que es la persona que mejores consejos le da: «Siempre que hablamos me pide que me cuide, que estudie y lleve una buena vida. Para mí ella es todo».

Otro menor extutelado, Abdelghani El Hand, 21 años, de Nador (Marruecos), coincide completamente con su compatriota, sueña con darle una vida mejor a los suyos, tener un trabajo e integrarse en la sociedad.

A El Hand le encanta el deporte, salió de su país para una entrevista y así dedicarse a lo que más le gustaba, el fútbol, pero no salió bien y acabó en un centro de menores donde asegura hay buena y mala gente.

El contacto con su familia es prioritario. «Mi madre es especial, me da buenos consejos y me cuida mucho, es quien me quiere más en el mundo y todo lo que me dice son cosas buenas».

REFORMA DEL REGLAMENTO DE EXTRANJERÍA

Gracias a la reforma del Reglamento de Extranjería, aprobado por el Gobierno a finales del pasado año, se han quitado obstáculos y trabas burocráticas y estos jóvenes extutelados, cuando cumplen 18 años, salen de los centros de menores con permiso de residencia y trabajo y por tanto pueden acceder más fácilmente al mundo laboral.

Pedro García, técnico del Área de Jóvenes de Málaga Acoge, ha explicado a EFE que con esta reforma se ha producido un cambio radical porque conseguir un permiso de residencia sin posibilidad de trabajar era crear personas dependientes, ahora pueden tener residencia y trabajo.

«Antes cumplían los 18 años y salían de los centros con un permiso de residencia, que en muchos casos se estaba agotando, pero no tenían permiso de trabajo, se buscaban la vida en el mundo laboral pero sin papeles, y eso era muy difícil», ha reiterado.

Ahora esos permisos de trabajo y residencia duran dos años y uno de los requisitos para poder renovarlo es que tengan un año cotizado, «por lo que tienen que espabilar», ha destacado, al tiempo que ha dicho que «ellos le dan la caña para que se vayan a pescar».

DOBLE PRESIÓN

Estos jóvenes suelen tener una doble presión, ayudar a sus familias y buscarse la vida, ya que muchas de ellas han invertido mucho para que los menores puedan venir a España y buscarse un futuro. «Es mucha presión para lo jóvenes que son».

Entre los obstáculos que se encuentran, el primero de ellos es el idioma, aunque suelen ser «muy espabilados» y lo aprenden rápido, pero son conscientes de que a la hora de buscar trabajo tienen limitaciones porque no suelen tener carreras universitarias.

Ellos piden visibilizar cómo salen adelante pese a las barreras que encuentran al salir de los centros de protección de menores, una vida dura pero con muchos sueños y esperanza.

CURSOS DE FORMACIÓN

Desde Málaga Acoge se les ayuda para que saquen sus estudios, la ESO e incluso Bachillerato, y además se les da la oportunidad de acceder a numerosos cursos para formarse en el mundo de la hostelería y mecánica, entre otros.

El sueño estrella de muchos de ellos es ser peluqueros, «les gusta mucho, pero nosotros intentamos que sean realistas y les explicamos que en Málaga sobre todo van a tener más salida en la hostelería, cocina, camareros de piso ... tienen que buscar estabilidad y oportunidad de trabajar».

También se les ayuda con pisos tutelados, donde aprenden a tener responsabilidades y autonomía, a sentirse integrados pero conscientes de que para ello necesitan un trabajo y así colaborar con la sociedad e integrarse en ella.