Un día decides mejorar tu situación y buscar trabajo en otro país para poder alimentar a tu familia y así tener una vida mejor. Al día siguiente, te das cuenta de que te han engañado, que el trabajo de peluquera que te habían prometido no existe. Cuando llegas al destino te lo quitan absolutamente todo, incluso tu documentación, y te obligan a pagar una deuda mediante la prostitución. Y si no te prostituyes, te amenazan con hacer daño a tu familia. «Utilizan todos los ingredientes para que te encuentres aislada, teniendo que ejercer la prostitución para pagar una deuda que lo único que hace es incrementarse. A esto se suma que, durante todo ese tiempo vas a seguir recibiendo amenazas y estarás sometida a los deseos de la red. La recuperación de las víctimas es bastante dura y es un proceso muy largo porque las amenazas, en muchas ocasiones, las suelen cumplir. Hay que ser muy valiente, estar segura y recibir mucho apoyo para salir de esa situación», explica Nuria López González, psicóloga del proyecto Adoratrices de Sevilla.
El confinamiento y el Estado de Alarma no han sido un problema para las redes de explotación sexual. Siguen operando y sigue habiendo víctimas de trata con fines de explotación sexual. Es una realidad que no ha dejado de existir. De hecho, Adoratrices, una entidad especializada en ofrecer apoyo integral a las víctimas de trata, cuenta a El Correo de Andalucía que han tenido una actividad muy intensa durante el confinamiento porque muchas mujeres han necesitado de sus recursos. En concreto, han realizado 2.000 intervenciones desde el 14 de octubre hasta la fecha actual.
Carmen Ynzenga Gimeno, coordinadora técnica de Adoratrices en España, manifiesta con preocupación que la situación para las víctimas de trata se ha agravado muchísimo. «Las mujeres realizan un proceso con nosotras en el que comienzan muy dañadas y terminan, después de mucho trabajo, con una situación de autonomía que les permite trabajar y tener una vida normal. Nosotras estamos preocupadas, sobre todo, por esas mujeres que ya habían ganado una cierta autonomía. Muchas de ellas han perdido su trabajo a nivel laboral y se han encontrado con un ERTE o con otras maneras de rescisión de contratos. Están en una situación en la que son incapaces de hacer frente a sus gastos y de acceder a los productos más básicos, mientras que antes eran totalmente autónomas».
Hay mujeres que se habían ido de los recursos de Adoratrices hace 20 años y se han vuelto a poner en contacto con ellas. «En Córdoba, me comentaban que ha acudido una mujer que estuvo allí hace 20 años, y ahora tiene hijos de 18 y 17 años, y ha vuelto a solicitar comida y a pedir ayuda. Esta situación nos la estamos encontrando todos los días», afirma Carmen Ynzenga. Volver a llamar para pedir ayuda después de tanto tiempo porque no tienes nada para comer, «es algo bastante doloroso por la dignidad y el proceso de autonomía que ya habían conseguido ellas», destaca López.
«Yo no soy capaz, yo no estoy preparada, yo no puedo» son algunos de los sentimientos que se les pasa por la cabeza a estas mujeres. Según Nuria López, «es un daño a una autoestima que ya estaba bastante desarrollada en su proceso. Aunque hay que decir que son mujeres bastante fuertes y resilientes, esta situación de estrés e incertidumbre las coloca de nuevo en una situación de vulnerabilidad. Por eso, estamos rescatando todas las capacidades que ellas tienen para que puedan salir adelante. Sabemos que pueden emocionalmente, aunque sea muy difícil».
Otra cuestión es la vivienda en la que viven estas mujeres. «Muchas consiguen habitaciones en casas sin contrato porque les cuesta mucho que se lo hagan. Eso provoca que, en la situación en la que estamos ahora, tengan mucho miedo porque piensan que les pueden echar a la calle en cualquier momento debido a la falta de regularización y la falta de contrato», cuenta Carmen Ynzenga.
Además, Carmen también nos cuenta que las gestiones administrativas están siendo una «locura». «La provisionalidad de sus documentos suele ser siempre un problema, y ahora que casi todo se hace online, sus documentos no están previstos y no les permiten entrar en la sede electrónica para seguir realizando las gestiones administrativas que quedan pendientes. Este es el caso de las solicitantes de asilo. Su tarjeta roja no permite el acceso a determinadas sedes electrónicas», añade.
«¿Dónde están todas las mujeres que no han pedido ayuda todavía?», pregunta la psicóloga López. La entidad Adoratrices está muy preocupada por todas esas mujeres víctima de trata que están invisibilizadas y que no han llamado todavía porque no saben a dónde acudir, porque no tienen documentación o porque tienen miedo a salir a la calle. «Se han quedado prácticamente aisladas sin contacto con nadie, no tienen ni dinero para recargar sus teléfonos móviles para solicitar ayuda ni conocen el idioma para dirigirse a nadie e incluso, a veces, están en manos de los proxenetas que se están aprovechando de esta situación», enfatiza López.
El confinamiento está dificultando que las organizaciones puedan detectar indicios de trata y buscar mecanismos para ir al encuentro de estas mujeres. «Nos preocupa que no tengan una salida que les garantice los derechos que deben tener, con oportunidades reales», agrega López.
La atención psicológica de Adoratrices a las víctimas de trata en Sevilla se ha incrementado mucho. La sociedad española está pasando por una situación muy complicada por la crisis sanitaria actual, pero las mujeres víctimas de trata, que están en un contexto muy vulnerable por todo lo que han vivido, tienen una situación todavía más difícil. Necesitan mucho apoyo psicológico. Por eso, el trabajo de Nuria López, psicóloga en Sevilla, se ha duplicado. «Estamos realizando un seguimiento tanto a las mujeres que no residen con nosotras, a través de medios telemáticos, como a las que podemos atender en las casas de acogida. Sobre todo, estamos haciendo un acompañamiento emocional y les estamos ofreciendo herramientas para gestionar todos los sentimientos de ansiedad, alteración del sueño, depresión, miedo, incertidumbre, ...», explica Nuria López.
De hecho, Adoratrices, una entidad especializada en trata, ha realizado un total de 281 intervenciones psicológicas. «Es un dato relevante para nosotras porque normalmente lo suele superar la atención jurídica, la educativa u otro tipo de servicios que ofrecemos y, sin embargo, en este periodo ha subido una barbaridad la intervención psicológica», agrega Carmen Ynzenga.
En Sevilla, las psicólogas de Adoratrices como Nuria López ya están empezando a realizar su trabajo de forma presencial. «Hemos querido respetar todas las normativas sanitarias que el Gobierno ha ido dando para protegerlas a ellas, que viven en centros sociosanitarios, por lo cual, debíamos tener muchísimo cuidado y tomar todas las precauciones necesarias. Poco a poco se están haciendo las intervenciones presencialmente».
Las redes de explotación sexual siguen operando durante el Estado de Alarma, según ha podido comprobar Adoratrices. El trabajo de estas redes siempre ha sido clandestino y, para ellos, la situación de confinamiento no supone un problema. Desde el punto de vista de Carmen Ynzenga, las redes de explotación se reinventan cada vez más para conseguir esquivar a la policía y seguir haciendo su actividad delictiva. De hecho, una prueba de ello son las redes de trata que han desarticulado en España durante el confinamiento. Una de ellas fue en Andalucía, cuyas mujeres víctimas de trata están ahora en Adoratrices.
Estas redes de trata están muy bien estructuradas a nivel internacional con muchas conexiones que facilitan que puedan localizar a las mujeres en cualquier sitio. Por eso, Nuria López piensa que «tiene que haber una coordinación internacional importante para desarticularlas». De ahí que Adoratrices cuente con varios proyectos dentro del territorio español, en concreto están en Madrid, Cataluña, Castilla y León, y Andalucía. «El despliegue territorial de Adoratrices es nuestro valor añadido y es muy importante para la seguridad de las mujeres. Nos permite protegerlas. Si una mujer es detectada en Sevilla, podemos enviarla a otra provincia lo más alejada posible de la red de trata y así nadie podrá localizarla. Todo ello en función del perfil de la mujer y su seguridad», da a conocer la coordinadora técnica Carmen Ynzenga.
El contexto de vulnerabilidad al que se están teniendo que enfrentar de nuevo estas mujeres está generando «un caldo de cultivo perfecto» para las redes de trata. Como afirma Carmen Ynzenga, «van a captar a todas las mujeres que no tienen más recursos ahora mismo que dejarse llevar por esta gente que les manipulan para ofrecerles explotación sexual o de otro tipo». En Andalucía, la mayoría de las mujeres que han sido víctimas de trata en Adoratrices y que están insertadas laboralmente, se dedican a puestos de trabajo relacionados con el turismo. «Ahora estas mujeres se preguntan qué es lo que va a suceder en esta situación. A nosotras nos preocupa porque las redes de trata van a ser las que primero van a sacar partido y van a aprovecharse de la vulnerabilidad de estas mujeres. Somos conscientes de que ya están recibiendo ofertas y solicitudes de trabajo bastante dudosas y no sabemos en qué condiciones pueden llegar a aceptar cualquier oferta de trabajo. Nos da miedo que vuelvan a caer en cualquier tipo de explotación, como la explotación laboral, después de toda la historia que tienen cada una de ellas. Además, el hecho de que tengan que desplazarse e irse a otro lugar para encontrar trabajo con la escasa red de apoyo que aquí tienen, las lleva a estar en una situación en las que se van a volver a encontrar todavía más solas. Esto nos preocupa mucho», argumenta la psicóloga Nuria López.
Las medidas que ha adoptado el Gobierno «no son suficientes» para Adoratrices. Según Carmen Ynzenga, «para nosotras, garantizar los derechos de las víctimas de trata es lo fundamental y, durante esta crisis, muchos de esos derechos se han visto vulnerados. En concreto, nuestro servicio jurídico ha realizado un escrito mostrando nuestra preocupación porque han prorrogado los permisos de papeles para prorrogar la estancia en el país, sin embargo, han dejado fuera a tres colectivos: víctimas de trata, víctimas de violencia de género y personas que están prestando colaboración con las redes criminales. Se encuentran en una situación totalmente desprotegida y sin papeles debido a que su situación migratoria es muy provisional». Por eso, Adoratrices y otras entidades están solicitando al Gobierno la regularización inmediata de las personas inmigrantes.
«Si no actuamos urgentemente para aliviar la grave situación en la que se encuentran las víctimas de trata, las redes van a aprovechar para captar y explotar a las mujeres; que son siempre las más perjudicadas en todas las situaciones de vulnerabilidad. La regularización de las personas inmigrantes salvaría a muchas mujeres de caer de nuevo en ser víctima de trata».