La amenaza menos esperada del cambio climático

El cambio climático es ya una amenaza para los árboles urbanos

20 sep 2022 / 06:30 h - Actualizado: 20 sep 2022 / 06:33 h.
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La amenaza del cambio climático afecta también a los árboles urbanos y en ciudades como Barcelona sus especies pueden estar actualmente experimentando condiciones que exceden sus márgenes de seguridad.

Una investigación que publica hoy Nature Climate Change ha analizado 164 ciudades de 78 países. En ellas, el 56 % de las especies de árboles y arbustos urbanos experimenta condiciones climáticas que superan sus márgenes de seguridad de temperatura media anual y el 65 % para las precipitaciones.

El equipo también realizó con modelos escenarios para 2050, cuando la proporción de especies en riesgo se prevé que sea del 76 % y el 70 % respecto a temperaturas medias y precipitaciones anuales, respectivamente.

El autor principal del estudio, Manuel Esperón-Rodríguez, de la Universidad de Sídney Occidental (Australia) precisa a Efe que “no quiere decir que esas especies vayan a morir”.

Lo que pronostican es que “podrían estar experimentando condiciones climáticas estresantes que pueden afectar su salud y desempeño, lo que pone en riesgo la provisión de los múltiples beneficios y servicios que proveen los bosques urbanos”.

El margen de seguridad describe la sensibilidad intrínseca de las especies al cambio climático e indica la tolerancia potencial a las condiciones climáticas cambiantes de las especies de árboles y arbustos en una ciudad determinada, escriben los autores, australianos y franceses, en el estudio.

El equipo examinó 3.129 especies de árboles y arbustos en 164 ciudades e identificaron algunas que “actualmente tienen todas sus especies superando sus márgenes de seguridad”, entre ellas Barcelona, Niamey (Níger) y Singapur.

En España se consideraron tres ciudades: Barcelona, Valencia y Santa Cruz de Tenerife. En ellas, la reducción de las precipitaciones será el estrés más común en los árboles urbanos, pero el aumento de las temperaturas también “será un factor importante, especialmente en Valencia”, dice Esperón-Rodríguez.

En promedio, la proporción de especies de árboles urbanos que podrían estar en riesgo por altas temperaturas en las ciudades españolas analizadas para 2050 “es muy alta”, destaca.

El investigador cita el 46 % en Santa Cruz de Tenerife, el 98% en Valencia y en Barcelona el 100 %. Es decir, estas especies “podrían estar experimentando condiciones climáticas estresantes por altas temperaturas predichas en 2050, lo que podría afectar a su salud y desempeño”.

Las especies que se encuentran en posible riesgo en España incluyen los álamos, olmos, pinos, el cedro blanco del norte, sauces, el abeto europeo y el abedul plateado, aunque “los efectos adversos del cambio climático podrían ser aminorados con acceso a agua u otras condiciones microclimáticas favorables”.

Las zonas urbanas abarcan aproximadamente el 3 % de la superficie terrestre del planeta y acogen al 55% de la población mundial. En ellas, los bosques de ciudad proporcionan servicios medioambientales y beneficios socioeconómicos, como la captura de carbono y la refrigeración natural, que cada vez será más importante para luchar contra las olas de calor.

Esperón-Rodríguez destaca que existe “un alto número de especies que actualmente están experimentando condiciones climáticas que podrían exceder su tolerancia natural a nivel mundial y para 2050, la cantidad de especies en riesgo aumentará en las 164 ciudades evaluadas”.

Los autores hicieron proyecciones para un escenario de emisiones medias, según el cual las emisiones alcanzan su punto máximo en torno a 2080 y luego disminuyen.

En ese caso, para 2050, se prevé que la proporción de especies en riesgo aumenten al 76 % y el 70 % dados los cambios pronosticados en temperaturas medias y precipitaciones anuales, respectivamente.

En promedio, las ciudades hacia el ecuador estarán expuestas a mayores disminuciones en precipitación y se ve “una tendencia a que el riesgo promedio aumente hacia el ecuador donde los recursos económicos para mitigar el cambio climático son generalmente más limitados, lo que incluye varias ciudades de Lationamérica”, indica Esperón-Rodríguez.

Estos resultados no quieren decir que las especies de árboles que hay en las ciudades “se hayan elegido mal, sino que probablemente el cambio climático de los últimos años ha sido muy rápido”.

En la actualidad, la selección de especies se ha basado en el clima pasado y actual y, “por lo general, no tiene en cuenta el cambio climático futuro, que puede no reflejar el clima pasado”.

El investigador dice que hay que proteger los árboles y arbustos de las ciudades, “pensar dos veces antes de cortar más, ya que están brindando muchos beneficios”, y seguir plantando, “lo que ayuda a mantener las temperaturas de la ciudad cómodas para ellos y para nosotros”.

El estudio, dice Esperón-Rodríguez, “enfatiza la necesidad de tomar mejor decisiones sobre qué especies y en qué lugares debemos plantar los árboles urbanos para asegurar que puedan crecer y permanecer sanos en el futuro”.