Coronavirus

La nueva cepa del coronavirus: ¿A qué nos enfrentamos?

Mientras que el verdadero alcance de esta nueva cepa está aún por determinar, hay algunas preguntas a las que ya puede responderse

Julio Mármol julmarand /
21 dic 2020 / 15:58 h - Actualizado: 21 dic 2020 / 16:27 h.
"Sanidad","Universidad","Vacunas","Gripe","Coronavirus"
  • El primer Ministro británico, Boris Johnson. / EFE
    El primer Ministro británico, Boris Johnson. / EFE

Desde que el 19 de diciembre el Primer Ministro británico anunciase un confinamiento total de Londres y del sureste del país debido a que una nueva cepa de COVID-19 había surgido en la capital británica, lo que parecía el último tramo de una pesadilla ha amenazado con convertirse en el inicio de otra distinta. La mutación londinense del coronavirus, según se cree, es capaz de propagarse con un 70% más de éxito que el virus original. A partir de aquí, se plantean una serie de preguntas. ¿Pone esto en peligro la efectividad de las vacunas? ¿Es habitual que un virus mute? ¿Hasta qué punto debemos preocuparnos?

La nueva cepa: Cómo apareció y por qué

En septiembre, los científicos detectaron una nueva cepa de coronavirus en el condado de Kent, al sureste de Reino Unido. Desde entonces, esta ha ido aumentando su porcentaje de infección respecto al virus original desde una fracción mínima a principios de octubre hasta llegar, a mediados de diciembre, a reunir a dos tercios de la población contagiada de COVID. Es decir: de cada tres personas que se infectan hoy de coronavirus en Londres, dos lo hacen con la nueva cepa.

Según la BBC, esta variante de COVID está “inusual y altamente mutada”, y es probable que proceda de un paciente cuyo sistema inmunitario se encontrase en mal estado, lo que ha provocado que su cuerpo no sólo no fuese capaz de combatir al virus, sino que se transformase en un caldo de cultivo a partir del cual se ha originado la nueva cepa. Pero esto, de momento, es mera conjetura.

¿Es normal que un virus mute?

Sí. De hecho, el coronavirus, sólo en España, cuenta con hasta 62 variantes distintas, detectadas a lo largo de los tres primeros meses de pandemia. El virus identificado en Wuhan (perteneciente a la cepa L) ha mutado a medida que se propagaba por el mundo. Esto ha arrojado, según los científicos de la Universidad de Bolonia, 6 cepas distintas de SARS-CoV-2. Hasta ahora, eso sí, todas tenían el mismo potencial infectante. La gripe, por poner un ejemplo, es capaz de mutar hasta el doble de veces de lo que le alcanza al coronavirus. Las mutaciones se deben a la necesidad del virus de defenderse ante un medio hostil: Nuestro sistema inmune, al fortalecerse ante la amenaza que constituye el virus, lo obliga a “cambiar”, modificando las proteínas que lo componen para seguir con vida.

¿Ha llegado ya a España la nueva cepa?

Según el Ministro de Sanidad, no hay constancia de ello. Hasta ahora, se han registrado en torno a un millar de casos en todo Reino Unido, excepto en Irlanda del Norte, y hay una alta probabilidad, según Nextstrain, de que la nueva cepa también se haya trasladado a Australia y Dinamarca. En los Países Bajos se han identificado casos de esta nueva cepa y en Sudáfrica se ha detectado una variante similar genéticamente a esta, pero que no pertenece a la misma cepa. De estos países, sólo Países Bajos y Dinamarca han cerrado fronteras con Reino Unido, mientras que algunos de ellos, como Sudáfrica y Dinamarca por parte de Israel y Turquía, han sido sumados a la lista de regiones a las que no se permitirá viajar.

¿Qué peligros presenta?

Según estudios aún por publicar, la nueva cepa es capaz de contagiar con un 70% más de efectividad que el virus original. Sin embargo, aún no hay evidencias suficientes que sostengan esta sospecha. Algunos expertos han llegado, incluso, a criticar las declaraciones de Boris Johnson sobre el aumento en el ritmo productivo básico que ha supuesto la nueva cepa (el número de casos que, por promedio, provoca a un virus) por considerarlas precipitadas. Tampoco hay pruebas que apoyen el miedo a que la nueva cepa sea más mortífera. Sí se teme, en cambio, que un mayor número de contagios sature los hospitales, lo que sí podría, de manera indirecta, saldarse con un aumento porcentual en el número de muertes.

La nueva cepa y las vacunas

Desde que se detectase, se está investigando si la nueva cepa puede suponer algún problema para las vacunas que, en muchos lugares del mundo, están suministrándose. Y según todo parece apuntar, la respuesta es que no. Ewan Birney, miembro del Instituto Europeo de Bioinformática, aseguraba a The Guardian que las vacunas, en su proceso de fabricación, han sido enfrentadas contra múltiples variaciones del virus, con lo que “no existe razón para pensar que las vacunas no funcionarán contra la nueva cepa, aunque esto aún necesita ser comprobado minuciosamente”. En todo caso, el director del Centro de Vacunas de Oxford ha determinado que, aun si la vacuna no sirviese contra la nueva cepa, sería muy sencillo elaborar una nueva partiendo de las actuales. Así que, hasta nuevo aviso, el programa de vacunación seguirá sin cambios y tal y como se tenía previsto.