Desglosemos aquella letra compuesta por Rafael Balades Rocafull con música de mis queridos y admirados Pablo Herrero y José Luis Armenteros, miembros del impresionante grupo Los Relámpagos y autores de otros temas como Eva María y Cuéntame. Ahora bien, como la música de Los Relámpagos, ninguna de sus posteriores creaciones. El sonido Relámpagos sigue siendo clásico.
Dicen los viejos que en este país
Hubo una guerra
Que hay dos Españas que guardan aún
El rencor de viejas deudas
En efecto, los viejos eran los del partido Fuerza Nueva, aquellos inmovilistas de la caverna, del bunker, Blas Piñar, Girón de Velasco..., que le tenían miedo a la libertad que nos prometían porque ya no se podía seguir con la autarquía franquista en un mundo que pensaba desde hace décadas en clave mundializadora. La paradoja es que aquellos viejos -qué palabra tan prepotente y despectiva, usada así- pasaron, y ahora son sobre todo los jóvenes los que han desenterrado la guerra, encabezados por dos socialistas -ZP y Sánchez- que, como no tienen nada socialista que hacer, creen que forma parte del socialismo, como algo prioritario, ajustar cuentas en lugar de crear riqueza y combatir el paro y darse a respetar internacionalmente. Parece que no, pero esto último es más complicado de acometer que hurgar en tumbas. No es una memoria histórica -la Historia está olvidada y proscrita por estos “progres-, es una pose “progresista” a costa de los muertos de un solo bando. Por tanto, tampoco es una memoria democrática porque combatió mucha gente donde le tocó, no donde quería, si es que quería. Eso es la guerra.
Las dos Españas han vuelto, azuzadas por el PP y el PSOE que les han dado juego a los separatismos y se han servido de sus votos, han alimentado a la bestia por encima de España entera. Sánchez se ha aprovechado y les han proporcionado aún más carnaza a los racistas ignorantes (el racismo implica ignorancia). Son ellos los que en el fondo están gobernando y entonces han reaparecido unos viejos que antes no querían la democracia y ahora o la desprecian o la quieren ajustar a sus principios, igualmente derivados de sus emociones, no de su razón.
Dicen los viejos
Que este país necesita
Palo largo y mano dura
Para evitar lo peor
No hace mucho, en 2021, un nutrido grupo de militares en la reserva o jubilados pretendían fusilar a no sé cuántos ciudadanos para que volviera el orden a la patria. Creo que eran 26 millones. Eso es aligerar la población y no lo que dicen que pretende Bill Gates con las vacunas famosas. ¿Qué o quien originó este “palo largo y mano dura” para lo que ellos creían que era “evitar lo peor”, en una gente ya retirada que seguramente en sus domicilios bien acondicionados se limitaban a estar pendientes de su país, sus nietos y bisnietos y ver medios como 13 TV? Hubo una forma en 1976 y 77 de afrontar la tragedia de la guerra civil, ¿no había otra manera de haber consumado aquella ruptura que incluso el PCE aparcó? ¿Qué hicieron Felipe González y Aznar? Los jóvenes buscan señas de identidad determinados por sus hormonas. Y un grupo muy amplio agarró el banderín de enganche de ZP y de Sánchez. Hasta ahora. La guerra se ha reanudado ochenta años y un millón de muertos después.
Pero yo solo he visto gente
Que sufre y calla, dolor y miedo
Gente que solo desea
Su pan, su hembra y la fiesta en paz
Y ahí sigue esa gente, la mayoría silenciosa, que, a pesar de que se manifieste masivamente en Madrid, veremos lo que vota en las urnas porque también en la transición salimos miles a la calle y luego se hizo con el poder el franquismo con caras nuevas, inéditas, y se cambió todo para que todo siguiera igual. Y también miles de jóvenes desafiaron al orden instituido en las primaveras árabes para que después el personal votara fundamentalismo. Los que impulsaron a la multitud que se manifestó en Madrid ni siquiera tienen un programa común que termine con el miedo, el dolor, y a las hembras les roban su discurso femenino unas feministas de dodotis. La paz sólo llegará con millones de votos en una sola dirección que acalle tanta estupidez. Es la única forma de que tengamos esperanza de acercarnos al estribillo de la canción:
Libertad, libertad
Sin ira, libertad
Guárdate tu miedo y tu ira
Porque hay libertad
Sin ira, libertad
Y si no la hay, sin duda, la habrá
El futuro de España está mucho más allá del pasado, nunca he visto a una juventud que mire tanto para atrás. Tanto mira hacia atrás que se va tropezando con todas las farolas. Sospecho ya que es una juventud pija y apuesto por la que no olvida y sin embargo se esfuerza y rompe los cordones umbilicales del miedo y la ira. Los hay de todas las tendencias, culturas, ideologías. De ella es el futuro, de la que coloca el esfuerzo y la independencia paterna en primer lugar, aunque tengan que unirse cuatro a cinco personas para alquilar un piso que otras personas sin alma colocan a una altura inalcanzable. Sin sufrimiento no se valora la vida, el precio de la libertad y el saber es el sufrimiento y a veces la soledad que debe vencerse para unirse. La pose son los nuevos hippies del siglo XXI.
Dicen los viejos que hacemos
Lo que nos da la gana
Y no es posible que así pueda haber
Gobierno que gobierne nada
Viejos y fachas son ahora quienes no adopten el nuevo catecismo: el catecismo de la confrontación. Se combate el racismo y la xenofobia hacia los que vienen de fuera y se estimula el que hay dentro de la península ibérica. Todo debe ser fácil, el hombre español debe ser un varón modelo, sensible, tierno, pero se deja la puerta abierta a quienes proceden de culturas que tratan como meros objetos a las mujeres. No se sabe cómo salir de esta contradicción por meros prejuicios. Los logros que nos han hecho fuertes en la historia son leyenda negra, la estupidez provoca que tiremos piedras contra nuestros tejados. ¿Quién ha dicho que lograr algo relevante no conlleva sangre, sudor, lágrimas? ¿En qué nos diferenciamos de otros imperios que han existido en la Historia y nos han aplastado a nosotros? La vida no es noble ni bella, lo dijo el adorado Federico García Lorca. El progresismo no es debilidad de pensamiento ni apartamiento de lo real. Empieza precisamente por aceptar esta dura certeza.
Dicen los viejos
Que no se nos dé rienda suelta
Que todos aquí llevamos
La violencia a flor de piel
Pero yo solo he visto gente
Muy obediente, hasta en la cama
Gente que tan solo pide
Vivir su vida, sin más mentiras y en paz
Los viejos de ahora, en 2023, se llaman nada menos que “un total de 255 personalidades han firmado un manifiesto contra el Gobierno en el que cargan contra las recientes reformas que ha llevado a cabo del Código Penal o el intento de modificar el sistema de elección del Tribunal Constitucional, advirtiendo de que puede resultar fallido el régimen de libertades de seguir esta dinámica gubernamental y legislativa. Entre los firmantes están exministros socialistas y populares, escritores y periodistas que formaron parte de la cúpula de PRISA, como Juan Luis Cebrián, Agustín Valladolid o Augusto Delkader; o juristas como Clemente Auger o Elisa de la Nuez, empresarios y embajadores, entre otros” (El Español y otros medios).
Puede ser que todos sean fachas. ¡Cuidado! Sus currículums vitae no tienen importancia, son iguales o más cortos que los de ciertos ministros y ciertas ministras y mandamases del actual gobierno. Algunos nombres más de estos viejos fachas gracias a los cuales los pardillos mentales de ahora pueden expresarse y actuar como lo hacen: Javier y Fernando Múgica, Inocencio Arias, César Antonio Molina, Rafael Arias Salgado, Fernando Savater, Félix de Azúa, Andrés Trapiello, Soledad Becerril, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina. Todos chochean. Y Joaquín Sabina también, aunque no esté en la lista y haya dicho que no le gusta la izquierda que ve no sólo en España sino en el mundo.
Otra violencia se ha apoderado de España, ahora es la violencia de la venganza, del rencor, del pacto con los que llevan la violencia a flor de piel, con los que discriminan a alguien por hablar en castellano o ser andaluz, con los que no han visto un texto de izquierda ni en pintura y se informan y se forman por el picoteo constante en las redes sociales. La violencia real y mental de la ortodoxia de la ignorancia. Los viejos, ayer personas decisivas –“del viejo el consejo”- han tenido que salir a la palestra, unos viejos con miles de bofetadas encima contra quienes no tienen ni media, sólo bravuconería y avales bajo los que se ocultan.
Los viejos se resisten a obedecer, sin más, y muchos menos viejos también, acompañados por numerosos miembros de generaciones nuevas. Todos desean “Vivir su vida, sin más mentiras y en paz”. Difícil empeño, pero rendirse es morir.