Pedro Sánchez se proclama candidato «de la militancia»

Ni más ni menos que «el corazón del socialismo andaluz», la federación más poderosa del PSOE liderada por su archienemiga y posible rival Susana Díaz, fue el escenario en el que Pedro Sánchez desveló finalmente que, tres meses después de dimitir como secretario general del PSOE, volverá a aspirar al puesto como candidato «de la militancia» para «recuperar» un partido «creíble, coherente, autónomo y de izquierdas». Lo anunció en un acto organizado en la localidad sevillana de Dos Hermanas por su alcalde, Francisco Toscano, enfrentado a Díaz y leal sanchista. Un escenario cargado de simbolismo que despertó todas las expectativas de que, tras el paso adelante de Patxi López, y mientras ayer mismo en Alcalá de los Gazules (Cádiz) Susana Díaz seguía jugando al despiste, Sánchez anunciara su candidatura.

Si tenía dudas, el propio Toscano y voces fieles como la de José Antonio Pérez Tapias dejaron claro antes del inicio del acto que era el momento y el lugar de ser «explícito». Le arropaban destacados sanchistas como Odón Elorza, Zaida Cantera, Adriana Lastra, José Luis Ábalos o Luz Martínez. Y en unos 15 autobuses y coches particulares se había desplazado militantes de Extremadura, Castilla y León o Asturias con la «esperanza» de oírle comprometerse.

«Veo que hay agua en la piscina» bromeó Sánchez aumentando las expectativas de que venía a mojarse ante el lago de la vida del parque tecnológico de Dos Hermanas. El edificio inicialmente previsto para los más de 1.500 asistentes se quedó pequeño aunque el plan B para trasladar el acto al aire libre _estaba sobradamente preparado. Previamente, Toscano y la portavoz de la plataforma crítica sevillana Nieves Hernández al precederle en el atril le habían pedido directamente «tirar del carro». Y aunque Sánchez jugó al despiste con un discurso pronunciado en plural mayestático sobre la «aventura y el camino que hoy emprendemos», ante la impaciencia de los asistentes que le gritaban «dilo ya», finalmente lo anunció:_«Seré vuestro candidato a la Secretaría General».

«Hay compañeros que legítimamente han dado el paso y estoy convencido de que quienes apoyan a la Gestora también lo van a dar. La militancia también va a presentar una candidatura», avanzó entre aplausos. Y tras aludir a sus meses de «silencio» y «reflexión» en los que «os he venido escuchando» dijo lo que todos estaban esperando: «Será un honor liderar vuestro proyecto».

El exsecretario general del PSOE planteó las primarias que el partido celebrará en mayo como un plebiscito en el que, sean cuantos sean los candidatos, «sólo hay dos opciones», la de un «PSOE autónomo, libre de toda injerencia, donde la militancia opine» impulsada por él y la de «un partido que se abstuvo ante el PP_y dejó al PSOE en tierra de nadie» en la que, por contraste, mete al resto.

Si en sus intervenciones Toscano y Hernández destacaron la «coherencia» y «lealtad» de Sánchez, al que se dirigieron aún como su secretario general hasta que las bases que lo eligieron vuelvan a votar, el propio Sánchez reivindicó su legado para la «democracia interna» y la «transparencia» del partido e incluso sus resultados electorales, los peores de la historia del PSOE con 85 diputados, porque «con más de 30 organizaciones a nuestra izquierda no hubo sorpasso y estuvimos a punto de gobernar nuestro país». También su firme «no es no a Rajoy» –lema coreado ayer reiteradamente– para pedir a los militantes que se movilicen y voten masivamente en las primarias. «Vamos a devolver al PSOE a la senda que nunca debió abandonar, un PSOE autónomo, de izquierdas, con decisiones compartidas, creíble, y si decimos no a Rajoy, votamos no a Rajoy», instó. De hecho pidió a la actual Gestora del partido que «no siga por ese camino» y no apoye los Presupuestos Generales del Estado porque esa decisión «le corresponde a la nueva dirección». «También le exijo que no debilite los lazos de hermandad entre el PSOE y el PSC, los socialistas catalanes tienen derecho a votar en las primarias», añadió en un guiño al que puede ser uno de sus principales graneros de votos en la contienda.

El proyecto de Sánchez se basa en reivindicarse como el candidato de unas bases que rechazan que la nueva dirección del partido se decida «a la vieja usanza», entre los barones territoriales y el aparato, y de un PSOE destinado «no a paliar o mitigar» las políticas de la derecha sino a ser su alternativa de izquierdas. Se comprometió asó a «unir al PSOE para luego unir a la izquierda y derrotar a la derecha», aunque dejó claro que la unidad sólo pasa por dejar hablar a la militancia. Y auguró que «van a intentar que nuestra voz no sea escuchada porque hay poderes que quieren un PSOE subalterno de la derecha».

Sánchez se encomendó así a las bases para recuperar el puesto que tuvo que dejar «por coherencia» y «dignidad» para serles fiel. «Llegó la hora de que con nuestro voto digamos alto y claro que la militancia es la única autoridad», concluyó parafraseando a la secretaria general del PSOE sevillano, Verónica Pérez –íntima de Díaz–, quien se autoproclamó la «máxima autoridad» del partido cuando la Ejecutiva de Sánchez se partió en dos forzando un Comité Federal cainita que le apeó de un liderazgo que busca reconquistar. «Y no soy el mismo de hace tres meses. Tengo más experiencia», avisa.

Miles de militantes del @Psoe arropan a @sanchezcastejon en #Doshermanas #SomosSocialistas #YoConPedro pic.twitter.com/YcQ3nQWewl

— David (@davidcar2) 28 de enero de 2017

.@sanchezcastejon cómo en #Xirivella y las #CuencasMineras, hoy en #DosHermanas, desborda las previsiones #Impresionante #SomosSocialistas pic.twitter.com/hXPePkhkeO

— Adrián Calonge (@Adrimira) 28 de enero de 2017