Crónicas dominicales

¿Quién mata a Ucrania y a todos nosotros?

Yo creo que entre la OTAN y Rusia van a matar a Ucrania y puede que a todos nosotros que solitos nos moriremos

20 mar 2022 / 04:00 h - Actualizado: 20 mar 2022 / 04:00 h.
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  • Felipe González. / EFE
    Felipe González. / EFE

Felipe González llamó de todo a Putin y añade a Bolsonaro, Maduro y Daniel Ortega, los “hijos de Putin”. Menudas potencias mundiales, Brasil, Nicaragua y Venezuela, ojo, que de un momento a otro van a invadir América toda. Qué va a decir González si él nos metió en la OTAN y dejó que su ministro Javier Solana, siendo secretario general de la Alianza, ordenara bombardear a la antigua Yugoslavia. Fue un acto de estado y de realismo, sí, pero al mismo tiempo González se ve obligado a defender su orden que es también el mío, lo que sucede es que yo no soy nadie, únicamente un profesor que “a mi trabajo acudo, con mi dinero pago”, no tengo muertos en el armario, que yo sepa, y me puedo permitir el lujo -por ahora- de opinar libremente y sacudirme el miedo que atenaza a otras personas, y a mí, arriesgándome a que me introduzcan en las filas del arcaico y medroso Vox -que le tiene miedo a la libertad- o en las del incoherente, despistado, ingenuo y novato Podemos.

Autocrítica Occidental y muerte en Europa

Verán ustedes, lo que yo quiero, desde mi insignificancia, es mirarme por dentro y hacer autocrítica de mis actos como miembro de la cultura occidental a la que pertenezco, en lugar de seguir la corriente y entregarme a los intereses exclusivos de Estados Unidos, un país muy relevante que está tan nervioso ante su pérdida de hegemonía que, al igual que Putin, pero por lo bajini, nos puede llevar a la muerte. Y si hay muerte general por culpa de esta guerra empezaremos muriendo en Europa mientras, de nuevo, EEUU queda a salvo, al menos en principio. Hay que ser servil para permitir esto. Y se está permitiendo.

Hay poderes europeos influyentes que se sienten a gusto con el paraguas militar norteamericano y no les gustó nada que Trump les dijera que se espabilaran e invirtieran más en guerra. Al final se está invirtiendo en belicismo al tiempo que permitimos que la Rusia europea se aleje de nosotros y se acerque a China y a todos sus aliados; esta guerra de Ucrania es el principio de un nuevo equilibrio del terror peor que el que existía cuando el tándem USA-URSS estaba ahí y evitaba la confrontación final de la humanidad. Ahora otros protagonistas han entrado en el litigio y poseen armas nucleares. No sé si estamos demasiado atentos a lo que ocurre en el Mar de China, donde las escaramuzas militares entre China y USA son habituales. No sé si sabemos que Rusia no está sola en esta guerra, hay un pacto postsoviético que contiene acuerdos de defensa mutua legalmente vinculantes. En primer lugar, se trata de los miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza intergubernamental creada en 1992 que ahora une a seis Estados postsoviéticos: Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Las fuerzas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva nunca han sido llamadas a combate, pero la organización lleva a cabo ejercicios regulares de entrenamiento militar.

Añadamos a otros dos países que tienen acuerdos legalmente vinculantes con Rusia: Abjasia y Osetia del Sur. Y completemos el grupo con la citada China, Irán, Siria, Corea del Norte. El Ejército ruso realiza regularmente ejercicios militares conjuntos con sus colegas chinos. Rusia no quiere ser una potencia secundaria de China ni al revés, pero en caso de tensiones extremas nunca se sabe lo que puede ocurrir. Incluso una parte de India mantiene colaboraciones con Rusia y en América Latina al menos cuatro países no le hacen ascos.

¿Quién empezó esta barbaridad?

Por supuesto, para Occidente fue la Rusia de Putin, para Rusia la OTAN de los EEUU con la UE de comparsa. Lo que me obligan a pensar a mí so pena de excomulgación democrática es que fue Putin. Punto. Bien, si fue Putin y Putin ha perdido la cabeza tal y como afirman los análisis de medios tan distintos como Javier Ansorena en Abc y Javier Gallego en Eldiario.es, ¿por qué no se ha hecho un esfuerzo mayor por parte de nosotros los cuerdos para frenar al loco? Igualmente, se nos ha colocado a un mártir, Zelenski, presidente de Ucrania, el capitán de las víctimas y el héroe de la resistencia a los embates de Lucifer.

Discrepo. Los datos que manejo se han podido comprobar por quienes lo han querido. El Acuerdo de Minsk firmado en diciembre de 1991 entre Ucrania, Rusia y Bielorrusia, que ponía fin a la existencia de la URSS no cumplió sus fines. En él se llamaba a respetar fronteras y además se consignaba: “Los Estados miembros de la Comunidad conservarán y apoyarán un espacio militar y estratégico común, bajo un mando unido, incluido el control unificado del armamento nuclear. La realización del control mencionado se regulará por un convenio independiente. Las Partes también garantizarán las condiciones necesarias para el despliegue, abastecimiento material y social de las fuerzas armadas estratégicas. Las partes se comprometerán a llevar a cabo una política acordada en las esferas de Seguridad Social y prestaciones por jubilación de los militares y sus familias”.

Como se sabe, el papel es muy sufrido. Luego llegó el deseo expansionista del mercado. Gorbachov y Reagan lograron un acercamiento considerable pero se rompió cuando EEUU dejó fuera de los tratados de mermas de armamento a la llamada “Guerra de las Galaxias” que tanto Reagan como George W. Bush padre pensaron y utilizaron para destruir a la URSS. Su heredera, Rusia, iba a tomar buena nota. Y China también, hoy el poder militar de ambas es inmenso y más que lo será, si salimos de ésta.

El analista político José Enrique de Ayala ha escrito en La Voz de Galicia, bajo el título “Rusia, ¿amenaza o amenazada?”: “Mijaíl Gorbachov, último presidente de la Unión Soviética, ha asegurado en repetidas ocasiones que James Baker, secretario de Estado de EE.UU., le prometió en 1990 que, si no se oponía a la reunificación alemana, la OTAN no se expandiría hacia el este. Pero nada se puso por escrito, nada se firmó. En 1999, Polonia, Hungría y la República Checa se unieron a la Alianza Atlántica, y en el 2004 lo hicieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, a los que seguirían Albania y Croacia, en el 2009, Montenegro en el 2017 y Macedonia del Norte en el 2020. Es decir, junto con cuatro países de la ex Yugoslavia, todos los que habían pertenecido al pacto de Varsovia pasaron a formar parte de la OTAN, además de los tres estados bálticos, que habían sido parte integrante de la URSS”.

El citado autor añade: “Cuando en la cumbre de Bucarest, en el 2008, la OTAN declaró que admitiría como miembros a Ucrania y Georgia (sin fecha), Rusia ya no era el país débil e inerme de los años 90 bajo la presidencia de Borís Yeltsin. Putin estaba reconstruyendo el poder militar de Rusia y lo demostró pocos meses después defendiendo la independencia de facto de las regiones de Osetia del Sur y Abjasia frente al intento de recuperarlas del presidente georgiano Mijeil Saakashvili, y cuatro años más tarde al enfrentarse al régimen que instauró en Ucrania el golpe de estado del Maidán, recuperando Crimea y Sebastopol —que habían sido rusas hasta 1954— y apoyando a los separatistas del Donbás, aunque Moscú nunca aceptó su integración en la Federación Rusa, que los separatistas solicitaron”.

Ahora resulta que, como antes Sadam Husein, Putin está loco. No lo sé, pero sí sé que su ministro de asuntos exteriores, Lavrov, y él mismo, intentaron que la OTAN dejara de añadir también a Ucrania a la lista de la OTAN y coquetearan para que Suecia y Finlandia se incorporaran. Si Putin es un dictador maloliente y asesino, ¿tantos guardias armados hasta los dientes se necesitan para detenerlo? Y el señor Zelenski, en lugar de tener que ir por ahí gimiendo y llorando, ¿por qué no ha evitado o evita la muerte de tantos inocentes declarando, incluso antes de la invasión, zona neutral militar pero de la UE, si la admiten, a Ucrania? ¿Les ha ocurrido algo a Suiza y Austria por ir a su bola en lo militar? ¿Por qué pisarle tanto el rabo al oso ruso y al supuestamente tarambana de Putin? Voy a dejarme de simplezas, el señor Zelenski desciende de un golpe de estado perpetrado en 2014 y no es un hombre de Europa sino de EEUU apoyado por quienes no desean que exista Europa como potencia autónoma si no es alimentada por hamburguesas y perritos calientes. A mí esto me duele, no puedo permanecer callado porque soy europeo y no estadounidense por más que admire determinados aspectos de aquel país como por ejemplo sus avances en Inteligencia Artificial, Medicina y en Física Cuántica.

La mayoría de los rusos creen que EEUU es el culpable de las tensiones con Ucrania. Lo publicada el diario conservador español La Razón en enero pasado con firma de Eduardo Bajo. Según una encuesta realizada por el Centro Levada, un 50 por ciento de rusos culpan a Washington y otros países de la OTAN de la reciente tensión, frente al 16 por ciento que acusa del problema a Ucrania. Según los resultados, el 37% de los rusos sí creen probable una guerra con Ucrania y el 20% de los encuestados piensa que de haber guerra sería con Occidente y las tropas de la OTAN. Claro, pero estos datos no valen porque como los rusos tienen el coco lavado por la propaganda rusa... ¿Y nosotros no por la Occidental? ¿Aquí todo el mundo se expresa libremente, sin miedos? Además, el Centro Levada fue creado por el prestigioso sociólogo Yuri Levada que enseñó a jóvenes desengañados con la Rusia comunista que lo expulsó de la universidad en represalia por sus enseñanzas y el contenido de sus manuales de sociología.

Al final la guerra estalló, el desnivel entre Ucrania y Rusia es tremendo, y Zelenski ha hecho llorar al mundo con las víctimas de “mujeres y niños”. ¿Cuántas de estas muertes, esperadas, ha necesitado para reconocer que no debe entrar en la OTAN?

El fondo comercial

Michael Hudson, economista estadounidense, exasesor de Wall Street, afirma: “Las sanciones de hoy están dirigidas a evitar que sus aliados occidentales abran más el comercio y las inversiones con Rusia y China. El objetivo no es tanto aislar a Rusia y China sino mantener a sus “aliados” firmemente dentro de la órbita económica de Estados Unidos. Para eso sus aliados deben renunciar a los beneficios de importar gas ruso y productos chinos, y deberían comprar gas licuado (GNL) estadounidense a precios mucho más altos”. Este experto añade: “Lo que preocupa a los estadounidenses, y a su brazo armado, la OTAN, es que Alemania, y muchas naciones comprendan que puedan obtener grandes ganancias al abrirse al comercio y la inversión pacífica. Estas son las preocupaciones que han llevado al primer ministro francés, Macron, a invocar al fantasma de Charles de Gaulle e instar a Europa a alejarse de lo que él llama la Guerra Fría de la OTAN y su «muerte cerebral». Por esta razón, Macron critica los acuerdos comerciales favorables a Estados Unidos que imponen costos crecientes a Europa mientras se les niega las ganancias de un comercio con Eurasia. Por esta misma razón Alemania se resiste a que se prescinda el gas ruso bloqueando el gasoducto Nord Stream 2”.

“Estados Unidos -sigue diciendo Hudson- ya no tiene el poder monetario y el superávit comercial que le permitió elaborar las reglas de comercio e inversión del mundo desde 1945. La amenaza para el dominio estadounidense es que China, Rusia (el corazón del mundo según Mackinder) ofrecen mejores oportunidades comerciales y de inversión que las que ofrece Estados Unidos. El ejemplo más evidente es la campaña de EEUU para impedir que Alemania autorice el gasoducto Nord Stream 2”.

En definitiva, según este autor: “Europa tendrá que aceptar el aumento de los precios de la energía y de los productos agrícolas al dar prioridad a las importaciones desde los Estados Unidos y al renunciar a los vínculos con rusos, bielorrusos y otras naciones fuera del área del dólar. Para el Ministro de Relaciones Ruso, Sergey Lavrov: “Cuando Estados Unidos piensa que algo conviene a sus intereses, puede traicionar a aquellos que hasta ayer eran sus amigos, traicionan a quienes atendieron a sus posiciones en todo el mundo. Estados Unidos daña las economías de sus aliados, no las de Rusia y China”.

Desde El Norte de Castilla, el analista Armando Giménez San Vicente, Director Máster Geopolítica, Competitividad y Desarrollo Sostenible IUIOG, Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset, sostiene que la guerra económico-financiera ya se utilizó con éxito en el siglo pasado contra Rusia, causando el colapso económico de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El fin de la era comunista fue resultado de la incapacidad de la URSS para mantener el pulso económico con Estados Unidos. Simplemente no pudo mantener la competencia en gasto militar y el aislamiento comercial internacional del país. A pesar de que a finales de los 80 del siglo pasado también era una potencia económica por el valor de su PIB (aunque en clara desventaja frente al PIB estadounidense). Su análisis lo completa afirmando que Rusia será la perdedora de esta guerra: “Esta batalla es asimétrica y, en el largo plazo, insostenible para Rusia. En el pasado, las sanciones económicas probaron ser más eficaces que las acciones militares. Ahora, con múltiples frentes económicos occidentales abiertos, no será la excepción. En la nueva realidad bélica, las sanciones económico-financieras son mucho más rápidas y efectivas que las armas convencionales a la hora de causar daño al enemigo”.

¿Putin a la desesperada?

Si Putin ha perdido sus facultades mentales -yo no lo creo, lo que creo es que ha sido educado para la resistencia por encima de todo- y se ha sentido provocado y aislado como un escorpión rodeado de fuego, todos estamos en peligro, por obra y gracia del provocador y del provocado. Siempre debe existir espacio para el diálogo. Si no lo hay o se rompen del todo las negociaciones, Putin no va a regresar a casa con el rabo entre las piernas. Cualquier cosa puede pasar entonces. Ya estamos viendo claras señales de ello. Espero que desaparezcan.