Sánchez ratifica su lista para las generales con el silencio de Díaz

El Comité Federal del PSOE aprueba por una amplia mayoría las candidaturas al Congreso y Senado con el apoyo de los principales barones del partido

17 oct 2015 / 20:23 h - Actualizado: 17 oct 2015 / 22:18 h.
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  • El líder del PSOE y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, durante el discurso de ayer en el Comité Federal del partido. / Europa Press
    El líder del PSOE y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, durante el discurso de ayer en el Comité Federal del partido. / Europa Press

Pese al ruido interno que generó la incorporación al PSOE de la exdiputada de UPyD Irene Lozano, el partido aprobó este sábado por una amplísima mayoría sus candidaturas al Congreso y al Senado para las próximas generales. Lo hizo en un Comité Federal en el que algunos barones trataron de rebajar la tensión, destacando el gesto aperturista que supone esta inclusión, pero en el que llamó la atención el silencio de la federación andaluza, que se negó a respaldar la lista para el Congreso el pasado viernes.

No obstante, el secretario general Pedro Sánchez evitó la polémica y no aludió en ningún momento a la incorporación de Lozano como número cuatro en la lista del PSOE por Madrid, aunque en su primera intervención expresó su gratitud a todos los candidatos, a los «de dentro y fuera del partido».

El líder del PSOE y candidato a la Moncloa logró contener el malestar en su partido por el fichaje de Lozano, con ayuda de los principales barones, que volvieron a darle un voto de confianza, pese al silencio de Susana Díaz. El PSOE-A no ocultó su «enfado» con el federal por incluir a la exdiputada de UPYD, que «insultó» a los socialistas andaluces al asegurar que el Gobierno andaluz era una «dictadura perfecta» similar a la del PRI en México.

A dos meses de las elecciones, ningún miembro del Comité Federal del PSOE quiso criticar abiertamente la incorporación de Lozano como número cuatro de la lista al Congreso por Madrid, a excepción del madrileño Tomás Gómez, que aseguró que él no hubiese aceptado esa «ocurrencia». Sin embargo, algunas ausencias –como la del presidente asturiano, Javier Fernández–, numerosos silencios –sobre todo el de la delegación andaluza al completo–, pocas peticiones de palabra –apenas una decena– y algo más de tensión de lo esperado en un cónclave llamado únicamente a ratificar candidaturas evidenció el descontento.

Sánchez, sin nombrarla, se refirió a la incorporación de Lozano cuando defendió, en su intervención a puerta cerrada, que el PSOE «no es patrimonio exclusivo de los militantes, sino de la mayoría de los ciudadanos progresistas que quieren cambiar España». También agradeció la «generosidad» de su partido en Madrid, que le ha permitido la incorporación en los primeros puestos de tres mujeres que no militan en él: la número dos, Meritxell Batet (PSC); la número cuatro, Irene Lozano, y la seis, la excomandante Zaida Cantero (independiente).

A su llegada al cónclave –que ratificó las listas del PSOE al Congreso y el Senado para las elecciones del 20 de diciembre–, barones como el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellanomanchego Emiliano García-Page quisieron reconducir el descontento exculpando a Sánchez. «Si confiamos en él para que sea presidente del Gobierno, hay que confiar también para que elija las listas dentro de una España que está cambiando», argumentó Page, convencido de que la exdiputada de UPyD «va a poder decir en pocos días la cantidad de gente honrada y trabajadora que hay en el PSOE». Fernández Vara, que se ratificó en que lo primero que tendría que hacer Lozano es «pedir perdón» a los socialistas, recalcó que no tiene duda de que Sánchez la ha incorporado «pensando en lo mejor» para los resultados electorales. Quien más entusiasmo puso en la defensa de Lozano fue la secretaria general del PSOE de Madrid, Sara Hernández, para quien es la «prueba evidente» de que hay «muchas» personas que desean sumarse al proyecto «ilusionante» de Sánchez.