Inmigración

Trabajar y trabajar... y morir tras más de 20 años al filo de lo invisible

«No conozco a ningún hombre que haya trabajado tanto como mi padre. Da igual que tuviese fiebre, mareos, fuese domingo o estuviese lloviendo», afirma el hijo de Héctor Abioseh

31 dic 2022 / 04:00 h - Actualizado: 31 dic 2022 / 04:00 h.
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  • En la imagen, la hija de Hector Abioseh Ibowu consuela a su hermano pequeño durante el entierro del ciudadano de Sierra Leona. EFE/Ángel Medina G.
    En la imagen, la hija de Hector Abioseh Ibowu consuela a su hermano pequeño durante el entierro del ciudadano de Sierra Leona. EFE/Ángel Medina G.

Cuando Héctor Abioseh se cayó de unas escaleras mientras pintaba una fachada «en b» en un barrio de Las Palmas de Gran Canaria, había hecho una cosa por encima de todo durante toda su vida: trabajar, trabajar y trabajar, según relata a EFE su hijo mayor, Nelson.

«No conozco a ningún hombre que haya trabajado tanto como mi padre. Da igual que tuviese fiebre, mareos, fuese domingo o estuviese lloviendo: iba a trabajar en cualquier condición», apunta tras el funeral su hijo, que explica que su padre llegó a Canarias procedente de Sierra Leona, cuando se ganaba la vida como pescador.

Y fue así, trabajando mientras pintaba la casa de un vecino, como murió al filo de la invisibilidad burocrática, sin documento de residencia o pasaporte en regla, pese a llevar más de 20 años en España y haber tenido cuatro hijos, dos con una mujer española y otros dos, aún menores, con una mujer extranjera.

Son los más pequeños, de 16 y 12 años, los que se enfrentan ahora a un escenario burocrático muy complejo, ya que ninguno de los dos cuenta con pasaporte o tarjeta de residencia.

«Uno de los problemas es que aquí no hay consulado de Sierra Leona y los trámites con este país suelen ser complicados y costosos», explica Mame Cheikh Mbaye, presidente de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias (FAAC), que a partir de ahora asesorá a la familia y a los menores sobre la mejor manera de poner en regla sus documentos.

Trabajar y trabajar... y morir tras más de 20 años al filo de lo invisible
En la imagen, dos de los hijos del ciudadano de Sierra Leona Hector Abioseh Ibowu asisten a su entierro, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria este domingo. EFE/Ángel Medina G.

A lo costoso de los trámites también hace referencia Nelson, que sí cuenta con la nacionalidad porque su madre, de un primer matrimonio, es española, al contrario que la madre de los dos menores. «Hacer el trámite de conseguir y renovar un pasaporte con Sierra Leona es mucho dinero. Mi padre lo fue haciendo siempre que pudo con sus documentos, pero no solicitó el de mis hermanos, que ahora se quedan sin documentación, pese a que nacieron aquí».

«La falta de integración muchas veces provoca que tampoco se busque ayuda y esta persona llevaba aquí más de 20 años y no lo conocíamos», apunta Cheikh, que desde la FAAC mantiene un contacto frecuente con las comunidades africanas que residen en el archipiélago.

El portavoz de la comunidad africana en Canarias señala asimismo que el principal problema ahora respecto a los menores, especialmente la de 16 años, es que les exigen pasaporte para solicitar la residencia, y ambos niños carecen de este documento.

Trabajar y trabajar... y morir tras más de 20 años al filo de lo invisible
En la imagen, la hija de ciudadano de Sierra de Leona Hector Abioseh Ibowu (c) lo despide en su entierro, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria este domingo. EFE/Ángel Medina G.

Actualmente, la Ley de Extranjería no prevé que los menores nacidos en España de padres extranjeros obtengan automáticamente la nacionalidad, aunque al ser menores y residir en territorio español se les da un documento de identidad NIE sin requisitos, salvo el de contar con un pasaporte, premisa que los dos niños no cumplen.

Ahora mismo, solo cuentan con la partida de nacimiento que certifica que nacieron aquí.

«Desde la Federación la solución temporal que vemos es sentarnos con ellos, ver su certificado de nacimiento y comprobar si se pueden gestionar los pasaportes y, a partir de ahí, tramitar la residencia porque siendo menores es automático», explica el presidente de la FAAC.

«Héctor llevaba muchos años en España e incluso trabajaba en una empresa de manera irregular, aunque la muerte se produjo en otro ámbito. Si no, hubiesen tenido un problema grave», relata Cheikh.

Respecto a los menores, considera que su situación es todavía incierta ya que desde hace seis meses, antes del fallecimiento del padre, se encontraban en situación de acogida, con personas cercanas a la familia que tienen ahora la tutela.

En la comunidad africana no descartan, sin embargo, que sea la Dirección General de Infancia y Protección al Menor del Gobierno de Canarias la que asuma próximamente la tutela de los dos niños y es probable que en algún punto ingresen en un centro de menores de la Comunidad Autónoma, pese a que las personas que actualmente cuentan con la tutela se han mostrado interesadas en iniciar los trámites de adopción.