Educación

“Una clase para un alumno se hace eterna en comparación con ver TikTok”

Hablamos con Daniel Arias Aranda, profesor universitario que acaba de publicar ‘Querido alumno, te estamos engañando’, en la editorial Temas de hoy (Grupo Planeta). Una charla sincera y directa sobre los graves problemas del sistema educativo en España

Ezequiel García ezegarcia85 /
26 nov 2023 / 10:08 h - Actualizado: 26 nov 2023 / 11:55 h.
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  • Daniel Arias Aranda, profesor universitario
    Daniel Arias Aranda, profesor universitario

Hace ya un tiempo se hizo viral una carta de un profesor universitario dirigida a sus alumnos que decía: “Hoy me dedico a engañar más que a enseñar”. Su autor fue Daniel Arias Aranda y provocó en las redes un gran debate sobre nuestros jóvenes y nuestro sistema educativo, tan denostado, tan maltratado. Hoy, en este domingo en el que muchos docentes estarán entre exámenes y trabajos cuando el primer trimestre va tocando a su fin, hemos hablado con él, pues este granadino de Padul afincado en Granada acaba de publicar Querido alumno, te estamos engañando en la editorial Temas de hoy (Grupo Planeta).

Su libro, en cambio, no engaña a nadie. Tras veinte años de experiencia docente, el catedrático andaluz es claro , aunque inquietante: la actitud antiuniversitaria de muchos estudiantes, apresados por las redes sociales, los móviles inteligentes y demás herramientas digitales, hace que sea “el ciber” quien rige sus vidas y no al revés. E incluso se atreve a afirmar que donde mejor pueden estar los niños y niñas de 0 a 3 años es con sus padres.

“Una clase para un alumno se hace eterna en comparación con ver TikTok”
Querido alumno te estamos engañando

Con un mensaje sencillo, directo y práctico, capaz de conectar toda la comunidad educativa —estudiantes incluidos—, el autor propone acciones “incómodas” para romper el paradigma actual. ¿Seremos lo bastante valientes como para llevarlas a cabo?

Un título demoledor, Daniel. ¿Tanto le estamos engañando a los alumnos?

En el momento en que les hacemos creer que están más preparados de lo que realmente están, les engañamos, yo diría que de manera vil e incluso capciosa.

¿Cómo se tomaron sus alumnos aquella carta viral que dio título posteriormente a este libro?

Sólo obtuve el silencio como respuesta. Tampoco ninguno me ha comentado nada sobre el libro. Sí lo han hecho alumnos de otros centros y de otros niveles educativos. De hecho, uno de los testimonios más interesantes del libro es el de un alumno que plantea que ojalá le hubieran limitado el móvil de pequeño.

Comencemos por la base. ¿Son las escuelas infantiles un lugar apto para los más pequeños?

Personalmente creo que el mejor sitio en el que puede estar un niño de 0 a 3 años es con sus padres. No obstante, la política actual no se caracteriza por apoyar a las parejas que tienen hijos, lo cual empuja a los padres a hacer uso de las escuelas infantiles, que son aptas, pero no la opción ideal sobre todo para los bebés que necesitan un contacto continuado con sus progenitores, especialmente con su madre.

¿Y no sería más lógico aumentar los permisos de maternidad?

Sin ninguna duda. Como muestra un botón: En países como Noruega las bajas maternales son de 392 días (56 semanas) con el 80% del sueldo o de 322 días (46 semanas) con el 100%. El planteamiento es radicalmente distinto. Eso es apoyar a las familias.

Llega la etapa de primaria y, curiosamente, muchos niños acceden sin saber leer ni escribir. Ni siquiera contar. ¿Por qué?

Es triste que evadamos a los niños de la realidad poniéndoles una tablet o un móvil en sus manos para que no nos molesten. Pasamos poco tiempo con nuestros hijos pequeños y preferimos entretenerles a enseñarles. Eso es lo que erróneamente llamamos “tiempo de calidad”. A mí me enseñó a leer mi padre y también a sumar y restar. La familia también debe educar y transmitir conocimientos básicos, más aún en los primeros años de vida.

¿Qué papel ha jugado la pedagogía en el aula?

La palabra pedagogía deriva del griego pais (niño), y de agogos (el que conduce). Por tanto, es “el arte de educar a los niños”. Sin embargo, la implantación de determinadas metodologías relacionadas con la necesidad de dotar a los estudiantes de edades tempranas con dispositivos electrónicos o de obviar todo aprendizaje que implique memorización ha hecho que surjan múltiples críticas. Si a esto le sumamos una pléyade de “modas pedagógicas”, muchas de ellas pasajeras, cuya filosofía va más orientada al entretenimiento que al aprendizaje, nos encontramos ante una perspectiva desoladora fundamentada en técnicas de escasa o nula base científica.

Y tras esta, la etapa secundaria. ¿Han sido un fracaso para España la LOGSE y todas las leyes que han venido después?

Los resultados hablan por sí solos. España puntúa por debajo de la media de la OCDE en Ciencias y Matemáticas, según el informe PISA, y así lleva desde 2003 con pequeñas fluctuaciones. En ese informe de 2018, los mismos estudiantes valoran que el clima disciplinario está por debajo del ideal y la falta a clase está por encima de la media de la OCDE. Pronto tendremos el nuevo informe con datos actualizados.

¿Cuál sería para usted el mejor sistema educativo? En Polonia, hace unos años, volvieron al sistema de una Primaria de 8-9 años y un Bachillerato más amplio. ¿Lo volveremos a ver en España?

Necesitamos un sistema educativo flexible. Si la edad legal para trabajar es España son los 16 años, no tiene ningún tipo de sentido obligar a un alumno que no quiere estudiar a permanecer en la ESO hasta esa edad. La FP debería estar disponible desde los 12 años, de manera que un alumno con 16 años ya pudiera tener completado un ciclo de grado superior. Por supuesto, este alumno debería poder acceder al bachillerato después si quisiese. Por otro lado, es fundamental abandonar la idea de que las etapas educativas son compartimentos estancos. ¿Por qué un chaval de bachillerato no puede cursar una asignatura de primero de carrera? Estas son algunas de las amplias propuestas que se incluyen en el libro.

¿Y qué opina de los horarios españoles?

Hay que respetar las horas de sueño necesarias. Para ello, lo primero es evitar que los chicos se queden hasta las tantas viendo el móvil. Por otro lado, seis horas de clase seguidas puede ser agotador en edades tempranas. Quizás en estos casos, el horario partido de cuatro horas por la mañana y dos por la tarde pueda ser más apropiado.

¿Son las nuevas tecnologías una ayuda para el alumnado español o contraproducentes?

Las nuevas tecnologías y, en particular, las inteligencias artificiales pueden ser una magnífica fuente de conocimiento e incluso de material didáctico. Sin embargo, la evidencia nos dice que no se están utilizando de manera mayoritaria para ese fin, sino más bien para la evasión, sobre todo en redes sociales. Es fundamental educar en el uso de estas tecnologías haciendo saber a los estudiantes que hay empresas invirtiendo millones de euros en algoritmos para captar su atención y que ellos mismos son su producto. De este modo podremos reorientar en el uso adecuado de los dispositivos electrónicos.

¿Por qué nuestro alumnado se aburre en nuestras aulas?

El lapso de atención ha disminuido en la última década debido a que los chavales han acostumbrado a su cerebro a recibir muchísimos estímulos en periodos cortos de tiempo. Tengo alumnos que no pueden estar más de tres minutos sin consultar su móvil. Una clase de 50 minutos se hace eterna en comparación con pasar tres horas seguidas viendo videos de TikTok.

La Formación Profesional, esa desconocida necesitada. ¿Por qué sigue estando tan denostada por la sociedad?

La FP tiene una demanda superior a la oferta. Faltan centros públicos de FP, la cual ha demostrado grandes éxitos en empleabilidad. Es necesaria una inversión mayor, pues ha demostrado ser una opción excelente.

Y pasamos a la universidad. ¿Qué le ocurre a la educación superior en España?

La problemática es múltiple. El nivel del alumnado que accede a la universidad ha bajado y, con el fin de no incurrir en altos niveles de fracaso universitario, los profesores nos tenemos que adaptar a ese nivel. Por otro lado, la alta burocracia impide la actualización rápida de los planes de estudio en un mundo de constante cambio. Tenemos una generación de profesores muy preparados, que han tenido que pasar por acreditaciones muy duras, que centran sus esfuerzos en la investigación, pues el sistema la valora mucho más de la docencia. Estos son algunos de los aspectos que se tratan en el libro.

Hoy en día los propios doctorados están completamente devaluados y la burocracia ralentiza todo intento de modernizarla. ¿Cómo lo cambiaría?

En el mundo académico, un doctorado es condición sine qua non para el acceso a una carrera docente e investigadora. Sin embargo, en el ámbito empresarial y de las administraciones públicas siguen estando devaluados. España necesita incrementar su inversión en I+D+i por varios motivos. Entre otros, disminuir su dependencia de tecnologías y empresas extranjeras y convertirse en la potencia científica que puede llegar a ser. De este modo, el sistema podría absorber a grandes investigadores que se nos han ido al extranjero y poner en valor el grado de doctor.

¿Está la universidad española politizada? ¿Hacia qué ideología?

La política lo percola todo y la universidad no es una excepción. Los candidatos a rector suelen ser categorizados hacia una tendencia u otra y, en ocasiones, se valoran estas tendencias por encima de los méritos o las capacidades. Las ideologías varían por Comunidades Autónomas. No es lo mismo País Vasco o Cataluña que Andalucía o Madrid.

¿Por qué la privada está comiéndole la tostada a la pública?

La privada busca aquellos huecos o nichos de mercado que la pública no cubre. Estos huecos en ocasiones se crean por la lentitud de reacción de la pública debida a la burocracia que supone cambiar algo. Las matriculaciones en la privada tienen tasas de crecimiento muy por encima de la pública a través de políticas de grupos menos numerosos, flexibilidad, orientación al empleo y mayor oferta de prácticas, entre otros. En todo caso, la coexistencia de la universidad pública y la privada es muy positiva en el sentido de la mejora de una puede influir en la mejora de la otra.

Aquí le hablo de profesor a profesor. Mis compañeros y yo estamos agotados del exceso de programas, protocolos y burocracia. ¿Qué le pasa a la administración?

Los procesos de normalización y estandarización empezaron a aplicarse de manera masiva en los años 90 y la educación no pudo escapar a esa política. La vigilancia constante sobre determinados parámetros para que no se salgan de un rango preestablecido requiere de una información continuada que los profesores han de facilitar. Cada vez que se produce una desviación de esos parámetros, se dispara un protocolo de actuación. Las bondades de este sistema se ven neutralizadas por la excesiva carga burocrática que recae sobre las espaldas de los docentes, los cuales, además, rehúyen cualquier atisbo de cambio o iniciativa para no tener que enfrentarse al sistema. Al final, esto empobrece al sistema. En el libro se trata en el capítulo relativo a la MacDonalización de la educación.

¿Llegará un gran pacto de estado por la Educación en nuestro país?

Necesitaríamos una democracia muy madura para llegar a ese gran pacto. Mientras los partidos traten a la población como si fuesen idiotas y se dediquen a atacarse los unos a los otros en lugar de consensuar soluciones, será imposible avanzar. Si a eso le sumamos una población joven infantilizada y fácilmente manipulable hacia la polarización, tenemos un cóctel perfecto para la precarización de la educación. No olvidemos además que tenemos una población envejecida, que son la mayoría de los votantes, cuya prioridad no es mejorar la calidad de la educación. Necesitamos políticos que se atrevan a llevar a cabo acciones valientes pensando en la sociedad que tendremos dentro de 20 años en lugar de en la seguridad de su escaño.

Por último, ¿Cómo podemos desengañarnos?

Principalmente pensando en el largo plazo. Los jóvenes que formemos ahora serán los futuros arquitectos, médicos, ingenieros... Se enfrentarán a una sociedad compleja y requieren la mejor preparación. Necesitamos un sistema educativo que los prepare, no que les entretenga y les haga creer que siempre estarán protegidos y que alguien se encargará de solucionar sus problemas. Cuando eres consciente de ello, te desengañas.