Elecciones municipales 2023

Una jornada electoral de 32 segundos y 25 céntesimas

26 may 2023 / 09:04 h - Actualizado: 26 may 2023 / 09:06 h.
"Elecciones municipales 2023"
  • Salvador «Salva» Pérez, alcalde de la pequeña localidad riojana de Villarroya, en el que viven siete vecinos.
    Salvador «Salva» Pérez, alcalde de la pequeña localidad riojana de Villarroya, en el que viven siete vecinos.

En 32 segundos y 25 centésimas está el récord en el que las urnas han permanecido menos tiempo abiertas durante una jornada electoral. Estas situaciones son las habituales en algunos pequeños municipios en los que los pocos vecinos se organizan para votar al principio del día, cerrar los colegios electorales y, después, tener un día de fiesta e irse a comer juntos.

El censo electoral incluye a una veintena de pueblos, principalmente en Castilla y León y Castilla-La Mancha, en los que están llamados a votar menos de 10 personas, pero no en todos ellos es posible cerrar las urnas antes de las ocho de la tarde porque hay quien se abstiene o no acude a votar a primera hora por diferentes motivos.

VOTAR EN 32 SEGUNDOS

El municipio riojano de Villarroya, con 7 votantes, es el mejor ejemplo de cerrar las urnas rápidamente, y el 28 de mayo tratará de superar su propio récord, que estableció en las elecciones generales de 2019, cuando su secretaria, Clara Martínez, «paró» el cronómetro de la votación en 32 segundos.

El proceso para lograr esa rapidez se basa en la coordinación y en la puntualidad, ya que la totalidad de los vecinos están citados en el Ayuntamiento a las ocho de la mañana porque prácticamente todos son miembros de la mesa electoral o suplentes.

«Dejamos todo preparado desde el día anterior para que, cuando llegue la gente, solo tengamos que organizarnos», ha explicado a EFE la secretaria de Villarroya, que es la encargada de llamar a la Junta Electoral para dar por finalizadas las votaciones y el cierre del colegio electoral.

Lleva más de dos décadas en el cargo y, «al principio, esto era algo que nos tomábamos a broma porque nos parecía divertido ser los primeros de España en cerrar», pero, «poco a poco, la expectación creció y ya lo hacemos con toda la intención: queremos superarnos cada vez».

Pero, «además del número, esta rapidez es cuestión de organizarse y de tener este objetivo porque queremos que, al menos por un día, Villarroya sea un lugar conocido» y «seguro que vamos a volver a lograrlo», ha recalcado su alcalde, Salvador Pérez, a EFE.

Admite que «todo comenzó de casualidad» porque «ni siquiera era algo buscado, solo que hace unos años vimos que todos éramos miembros de la mesa electoral, suplentes o familiares» y «nos juntamos a primera hora, lo hicimos rápido y nos dijeron que habíamos sido los primeros».

Después «sí que ha sido algo buscado», ha reconocido, «porque nos alegra que un pueblo tan pequeño como este salga en todos los lados», ya que hay más medios de comunicación que votantes y «pasamos un rato divertido».

Villarroya lleva varios comicios siendo noticia nacional por su rapidez al votar y «eso ha llamado la atención» tanto que «sabemos que hay otros pueblos que nos quieren quitar el récord», ha asegurado el alcalde, quien aspira a un mandato más, con lo que cumpliría medio siglo al frente de este municipio, a unos 60 kilómetros de Logroño.

UN DÍA DE FIESTA

«Abriremos el colegio electoral a las ocho, pondremos las urnas, votaremos, llamaremos al juez, diremos que hemos votado todos y cerraremos a las ocho y cinco», ha asegurado a EFE Javier Bollaín, alcalde de Illán de Vacas, en Toledo, que es el pueblo más pequeño de España, con un censo de tres votantes.

Tiene claro que no dejarán el colegio electoral abierto todo la jornada y para los votantes de Illán de Vacas «es un tema más que nada festivo», en el que aprovechan para comer con algunos amigos de la zona o de Madrid, que después de votar se trasladan a este municipio.

Ana Belén Izquierdo, alcaldesa de Arrancacepas, en Cuenca, con 19 habitantes censados, ha explicado que durante la jornada toca mantener la mesa abierta, aunque se sepa de antemano qué vecinos no acudirán a votar por diferentes motivos.

Y aunque haya pasado todo el censo electoral, en ocasiones, los miembros de la mesa electoral tampoco pueden irse a casa, como sucedió, en las elecciones de 2019, en el municipio conquense de Vindel, también con una veintena de vecinos.

Su alcalde, David Asenjo, ha relatado a EFE que «a las dos había votado todo el mundo, pero llamamos a la Junta Electoral y dijeron que el colegio tenía que estar abierto, por lo que la tarde se hizo un poco larga”.

Por su parte, en Cantabria siempre hay «una guerra interna» para ver qué mesas se cierran antes, si las de Tresviso, con 79 habitantes, o las de Pesquera, donde hay censados 54 vecinos.

¿PODEMOS CERRAR YA?

Castillonuevo, con 15 personas censadas, es la localidad con menos habitantes de Navarra y es habitual que algún rezagado impida cerrar las urnas al poco de abrir.

En una ocasión, ha recordado a EFE su alcalde, José Hernández, para mediodía ya habían cerrado y, después de comunicarlo a la Junta de Aoiz, se fueron todos a comer a una fonda, aunque «eso ha ocurrido un año nada más, ya que los demás siempre falta alguno y no se puede cerrar».

Pero no pierden el tiempo y para «no aburrirse», ha asegurado, aprovechan para «hacer algún acuerdo (municipal) porque muchos (censados) viven en Pamplona y cuando vienen a votar hablamos un poco en otra sala porque mirando las paredes no haces nada».

BARCO, COCHE O AUTOBÚS PARA IR A VOTAR

En el otro extremo, los cerca de 70 vecinos de Tabarca, la isla habitada más pequeña de España y situada en la Comunidad Valenciana, con 0,3 kilómetros de superficie, pueden ser de los que más tarden en ejercitar su derecho al voto.

Para votar, tienen el periplo de salvar en barco los 4 kilómetros que les separan de la península, a la altura de Santa Pola, entre 20 y 30 minutos; antes de dirigirse, durante un mínimo de media hora más, en coche, taxi o autobús, «cada uno buscándose la vida como puede», hasta su colegio electoral, en el barrio de Urbanova, en el término municipal de Alicante.

Carmen Martí y Ana Valera, de la asociación de vecinos Isla Plana de Tabarca, han señalado a EFE que durante las primeras elecciones sí se ponían urnas en la cofradía de pescadores, pero los propios vecinos pidieron votar en la península para evitar que se supiera «quien votaba qué».