CROACIA-ALBANIA (2-2)

Una valiente Albania sitúa a Croacia al borde del abismo

Transcurrida la primera media hora, los amigos de Modric estaban a punto de levantar la bandera blanca. Mucho dominio, mucho control, o supuesto control, pero poco veneno

Kramaric anota el 1-1 en la segunda parte de Croacia ante Albania.

Kramaric anota el 1-1 en la segunda parte de Croacia ante Albania. / @UEFA.COM

Marcos López

Se está apagando Croacia. Tal vez se haya apagado ya para siempre vista su derrota inicial contra España y el sufrimiento que mostró para empatar con Albania un partido que tenía perdido, luego ganado y, al final, acabó con un dramático empate. En el tiempo añadido, el fútbol le dio a Gsajula, el veterano jugador albanés del Dartmstad 98 alemán, lo que había estropeado antes.

Justo cuando se había rebelado Croacia en apenas os minutos que abatieron a la valiente Albania. O eso creían. Ingenuos ellos. No marcó Budimir, el delantero de Osasuna, ninguno de esos tantos, pero no se entiende el 1-1 ni tampoco el 2-1 sin su valiosa aportación. Eran dos minutos que parecían sacar a Croacia del abismo al que se asomaba, a punto como estaba de hacer las maleta para volver a casa cuando la selección de Sylvinho completó una excelente primera parte.

Excelente pero no tuvo continuidad en la segunda cuando Dalic agitó a su equipo, consciente de que iban camino de la perdición. Se sentían ganadores, pero en unos volcánicos instantes finales de la segunda parte se levantó Albania gracias a ese 2-2 de Gsajula, que terminó con un desolado Modric, abatido y desconcertado porque no entendió nada de lo que había pasado en Hamburgo.

Apeló Croacia a Budimir (entró en el minuto 69) y tuvo un impacto brutal en el partido. Ni 10 minutos necesitó. Aturdió a la pareja de centrales albaneses con movimientos que no supieron descodificar. A los cinco minutos de pisar el césped estaba ya el 1-1 en el marcador. Y a los siete ejerció de salvador peleando un balón que desencadenó la tormenta, que parecía definitiva en el autogol de Gjasula. Lo definitivo fue el tanto de Gjasula.

Gran primera mitad albanesa

Y todo lo construido por esa divertida la selección de Sylvinho y Zabaleta, dos antiguos laterales que han fusionado sus ideas al servicio de un país, daba la sensación de desmoronarse en el tramo final del encuentro. Pero si los croatas tuvieron rebeldía y espíritu, pero no demasiado fútbol, los albaneses más aún.

Transcurrida la primera media hora, los amigos de Modric estaban a punto de levantar la bandera blanca. Mucho dominio, mucho control, o supuesto control, pero poco veneno, zarandeados como quedaron todos por ese delicado pie izquierdo de Jasir Asani, ese zurdo que se mueve por el flanco derecho que luce botas tuneadas con dibujos de Super Mario. Un talento oculto en el lejano fútbol surcoreano ya que milita en el Gwangju.

Laci cabecea el centro de Asani para fimar el 0-1 de Albania ante Croacia.

Laci cabecea el centro de Asani para fimar el 0-1 de Albania ante Croacia. / @UEFA.COM

Suya fue la asistencia del 0-1, un precioso regalo a la oportuna cabeza de Laci que llegando Suyas fueron las acciones de una atrevida Albania. Atrevida y con tanta ambición que desnudó a la vieja Croacia. Aún pudo sentirse feliz porque al descanso el partido terminó con ese ajustado triunfo albanés, que exhibió una fiereza ofensiva inusual: ocho tiros, tres a puerta, el gol de Laci y dos paradas de Livakovic, una a Asllani (m.31), que era muy difícil, y otra sencilla al tímido cabezazo de Rey Manaj (m. 45+1), el exdelantero del Barça B.

Terminados los primeros 45 minutos, Croacia andaba al borde del abismo porque las novedades tácticas introducidas por Dalic con el retorno de Gvardiol a la posición de central zurdo -la suya- y de Perisic llenando desde atrás todo el flanco izquierdo: o sea, un lateral con vuelo. 

Cambios que cambian

El famoso trío del centro del campo (Modric, Brozovic y Kovacic) no apareció. No estaba a la altura de sus nombres, por lo que en el descanso requirió de una intervención urgente del seleccionador croata. Dos cambios para arrancar la segunda mitad con el objetivo de dinamizar a un equipo alicaído. No le quedaba otra salida.

Entraron Pasalic y Sucic, cuyo disparo, venenoso y potente (m. 51), topó con las manos de Strakosha, el meta del Brentford. Y mejoró Croacia en ese segundo capítulo del partido. Tampoco era demasiado difícil. Tras el tiro de Sucic llegó el extraño cabezazo de Sutalo, el central del Ajax, a la salida de un córner lanzado por Modric. Debía rematar a la portería albanesa y, en realidad, lo que hizo fue despejar el balón, sin abandonar en momento alguno su instinto defensivo.

Kovacic se lamenta de una jugada durante el Croacia-Albania.

Kovacic se lamenta de una jugada durante el Croacia-Albania. / @UEFA.COM

Albania se arrinconó tanto en su área que estaba firmando, y sin saberlo, su propia condena. Una jugada de ataque mal resuelta por la selección de Sylvinho precipitó el empate tras una gran acción colectiva teniendo a Budimir como eslabón fundamental para el tanto del empate. Lleva la firma de Kramaric, pero la autoría intelectual pertenece al delantero de Osasuna. Capital estuvo también en el 2-1 con una remontada que castigó la debilidad de la defensa albanesa simbolizada en el autogol de Gjasula.

Los cambios de Dralic cambiaron a Croacia, aunque termina, cumplida la segunda jornada del Grupo B, como última clasificada con un mísero punto. Pero los cambios de Sylvinho también modificaron la piel de Albania, que terminó con grandeza. Y era mucho más allá del empate porque terminaron atacando, sintiéndose con fuerza para completar una tarde de ensueño.

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