FÚTBOL (EUROCOPA)
Los héroes de la 'España Z': 26 jugadores, 26 historias
Un mes de convivencia da para saber muchas cosas, como que Pedri tira pellizcos, que la risa de Unai es la más contagiosa, que Zubimendi es el Magnus Carlsen de la selección, que Vivian echa de menos la lasagna de su madre o que los rondos los deciden 'los abogados'
Lamine Yamal, a quien Kylian Mbappé le pidió la camiseta al final de la semifinal con Francia, y Nico Williams, 17 y 22 años respectivamente, presumen de ser tan desequilibrantes en la videoconsola como en el césped. Se han encargado de contarlo en las entrevistas que han concedido este mes en Alemania entre risas. Pero poco se habla del otro frente de la selección, el de los ajedrecistas.
Martín Zubimendi, Dani Olmo y Unai Simón, entre otros, se han sentado delante del tablero unas cuantas veces este mes en Donaueschingen. El donostiarra, que fue campeón alevín de Guipúzcoa de ajedrez en 2011, se ha batido en la Selva Negra con un Dani Olmo que utiliza el tablero para “mejorar la concentración y la táctica”. El del Leipzig lo aplica en el césped con los peones rivales. El tercero en discordia, el portero del Athletic, hijo de una Ertzaina y un Guardia Civil, también es aficionado a enredar en el tablero. No tiene problema a la hora de jugar con unos u otros, e incluso se deja ver solo batiéndose en partidas con rivales virtuales. Le hace pensar y mejora su percepción táctica, e incluso le vale para sacar a relucir en las tandas de penaltis ese instinto ajedrecístico.
Unai, que tiene una de las risas más contagiosas del equipo, es uno de los que más se escucha en los entrenamientos. Es un grupo de perfil discreto sin machos alfa como los Camacho, Sergio Ramos o Puyol de otras épocas. Pero la voz de Unai es muy reconocible en partidillos y sesiones de trabajo. No es la única. Aymeric Laporte es otro de los ‘coroneles’. El de Agen ordena y manda desde atrás, sin elevar el tono, pero con jerarquía. Si ‘Carva’ sube, él se lo canta a Rodri, si es ‘Cucu’, Fabián recibel aviso.
Sin embargo, hay un jugador que habla poco y manda mucho: Mikel Oyarzabal. El capitán de la Real forma junto a Mikel Merino la dupla de ‘los abogados’, que es como les llaman el resto de compañeros porque cuando hay polémica en los rondos, ellos lo resuelven rápido. Si repasan la cuenta de redes sociales de la Federación día a día verán que Oyarzabal aparece en el 80% de las fotos del equipo ganador de las pruebas. Si además de tocarte en su equipo, también está Carvajal, entonces no hay dudas que has elegido bien. Nadie ‘mete’ más, corre más y quiere ganar más que el de la Real y el madridista. O quizás sí, pero nadie gana más que ellos.
Rodri es un líder silencioso, habla con todos, pero no levanta la voz. Hasta cuando te tira de las orejas, y a Lamine y Nico les ha tirado alguna vez en esta concentración, lo hace con discreción. ‘A ver, esos del fondo que son los últimos que han llegado y los que más enredan’, se le ha escuchado. El madrileño es el más futbolero y siempre tiene un apunte o un consejo a mano para resolver cualquier problema.
Por su parte, Morata es “un capitán moderno”. Bajo esa enigmática definición que han dado varios de sus compañeros se esconde un líder sensible, vulnerable, empático y generoso. Alguien que está pendiente de cada detalle en el grupo, de que no falte nada a nadie, y mucho menos a los nuevos. Él presionó en la negociación de las primas para que hubiera 27 partes en lugar de 26, como el número de jugadores, y repartir esa última entre utilleros, gente de comunicación y demás empleados que les ayudan en el día a día. Le hemos visto llorar en el banquillo y dejarse la piel en el campo. Si no llega el gol, Morata suma muchas cosas antes de irse del campo. Álvaro es el primer defensa y Unai, el primer atacante. Y no es un eslogan gratuito. Ante Francia, al descanso, Morata sumaba más kilómetros que Kanté. Pero también es vulnerable. Le afectan las críticas y está muy pendiente, demasiado incluso, de las redes sociales. Lo que le lleva a tener patinazos como las declaraciones que realizó 24 horas antes del partido ante Francia, alterando el equilibrio del grupo.
Por contra, Joselu está de vuelta de todo. Esta última temporada ha sido un regalo inesperado para él en su carrera. No esperaba acabar siendo un héroe del madridismo y llegando a una final de la Eurocopa con su cuñado. El gallego de Stuttgart es la antítesis de Morata, tiene piel de cocodrilo y las críticas se la traen al pairo. El ya exmadridista es una de las ‘urracas’ como llaman en broma a los tres jugadores que coincidieron en el Newcastle de Rafa Benítez allá por 2017: Joselu, Ayoze y Mikel Merino.
Cucurella ha sido uno de los descubrimientos de la concentración. Un tío “divertido en el campo e intenso en el césped”. Marc tiene preparada una celebración por si marca, o si ganan, que le ha encargado su chica para TikTok. Asegura, no obstante, que si España gana en Berlín, “mi pelo se queda donde está”. Es curioso ver cómo ‘Cucu’ y Grimaldo, los dos jugadores que pugnan por el lateral zurdo, se han hecho inseparables. “Esto va de competir y creo que ningún rival me va a apretar más que Grimaldo para quitarme el puesto”, confiesa entre risas Cucurella.
Pasa algo parecido con David Raya y el ‘tardón’ de Remiro. Raya es de los que más está disfrutando en Alemania. El Guante de Oro de la Premier 2024 respeta mucho a Unai Simón y salió feliz del partido ante Albania, en el que pudo ser nombrado mejor jugador por sus cuatro paradas. Raya se confiesa “creyente de la ley de la atracción”, como contó en la zona mixta de Düsseldorf esa noche. La teoría sostiene que “los pensamientos positivos atraen a resultados positivos”. Y este grupo es ejemplo de ello. Cuentan que Raya “es tan bueno con los pies que podría ser jugador de campo en 2ª”. Su colega Álex Remiro se pone primero la bota izquierda, aunque luego pise primero el campo con la derecha. Si pudiera recuperaría a Odegaard para la Real y sigue sumando tatuajes a su cuerpo, donde ya lucen más de quince.
A Vivian le hicieron una “trastada” al convocarlo para la Eurocopa. “Compré entradas para Springsteen hace un año y pensé, ojalá no pueda ir porque tenga la Eurocopa”. Dicho y hecho, el del Athletic se ha quedado sin ver al Boss y sin la lasaña de carne y verduras de la jefa, su madre. Que es lo que más echa de menos en Donaueschingen. Nacho echa más en falta a sus cuatro hijos, con los que irá a vivir a Arabia cuando pasen las vacaciones. Aún se acuerda de aquella doctora que le dijo con 12 años que no volvería a jugar al fútbol tras diagnosticarle diabetes 1. Le Normand, por su parte, es el más tranquilo. Cuando no se está echando la siesta, ojea la serie ‘Outer Banks’ o se deja ver en el piano del hotel. Es de los que se apunta tras las comidas a la sobremesa de charleta con la cuadrilla de la Real y algún athletizale.
Jesús Navas se enfrentará a una Inglaterra que dirige alguien contra el que jugó, Gary Southgate. “Ni me acuerdo. He jugado contra tanta gente”, dice. Y tanto, lleva ¡21 temporadas en la élite! Cuando empezó a jugar no había nacido ni Lamine ni Nico. Sí lo había hecho Fabián, que quitó a Chari, su madre, de fregar tan pronto como pudo, y hoy vive en París acompañado de un amigo de Nápoles. Estos días no toma mate porque su agente, Rodolfo Orife, no está. Es como su padre y ha venido a los partidos con la familia.
Pedri va repartiendo pellizcos, así que cuando aparece alguno se quita del medio. Los mismos que le daba en el campo Rudiger al canario. Pedri ha encontrado mucho apoyo estos días posteriores a la lesión en Ferran. ‘El Tiburón’ es uno de los futbolistas que más ha madurado. Ya no le afectan las críticas y ha trabajado con su psicólogo “cómo gestionar cuando las cosas van bien y cuando no”. De la Fuente le tiene mucha fe y hay quien dice en el grupo que es lo más parecido a David Villa que hay en esta selección.
El grupo se cierra con Baena y Fermín. Baena espera vengarse de Cole Palmer el domingo. El del Chelsea anotó en descuento de la primera parte de la final del Europeo Sub-21 un gol de falta frente a España. Y lo celebró dirigiéndose al banquillo rival y desafiando a los españoles. Baena saltó a por él y se formó una trifulca. Ese gol decidió la final y este domingo Baena y Palmer volverán a verse las caras en Berlín. Y al que verán en Linares será a Fermín, que jugaba allí hace apenas año y medio y dejará en sus arcas 136.530 euros por su presencia en Alemania, gracias al Programa de Beneficios para los Clubes. Así que Fermín ya ha metido su gol.
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