La aventura del misterio

Casos imposibles y misteriosos de Sevilla

Los cementerios son lugares donde descansan cientos de cuerpos de fallecidos y donde a veces ocurren cosas inexplicables.

19 may 2019 / 08:31 h - Actualizado: 19 may 2019 / 07:31 h.
"La aventura del misterio"
  • Casos imposibles y misteriosos de Sevilla

Mairena del Aljarafe se encuentra en plena cornisa del Aljarafe sevillano, a apenas 4 kilómetros de la capital y en cuya localidad encontramos un nuevo misterio... Aquel que tiene el “don” o la facultad de ver el futuro... Nuestros inquietos compañeros Jesús Camacho y Fátima Barragán nos lo contaban así: “En muchas ocasiones hemos escuchado anuncios en revistas, periódicos, radio e incluso televisión sobre diferentes personas que se dedican al negocio de la videncia. Cierto es que en contadas ocasiones es verdad todo lo que se ve o se anuncia, puesto que por normal general suele ser un fraude. En esta ocasión vamos a hablar de una de estas personas que cuando hacen alguna predicción termina por ser verdad o por cumplirse sus palabras. Es el caso de Antonia Moncayo, la vidente del Aljarafe.

Antonia Moncayo nace en la localidad sevillana de Salteras. Desde muy pequeñita ha sido una persona con una cierta sensibilidad hacia cosas relacionadas con el mundo extrasensorial. Una chica bastante normal a parte de este aspecto, acudió al colegio hasta sacarse el título de bachiller. Como le ocurren a muchas personas, de niños ya se sabe que son extra sensibles a diferentes cosas que el resto de los mortales no podemos ser. Pero todo comenzaría en su adolescencia, una edad de cambios hormonales y propicios para adquirir, tal vez si querer, algún tipo de poder extraño o mejor dicho, un sexto sentido. Pero vamos a contarles algunos de los hechos más extraordinarios que esta mujer ha sido capaz de ver incluso de predecir.

Recuerdo cuando Antonia nos contaba una experiencia vivida dentro de su propia casa. Una vivencia que recordaba junto con nosotros con gran temor por lo vivido en aquel inmueble. Era una tarde de diciembre del año 1.996. Antonia se encontraba en su casa tomando un baño con agua bien caliente. Se encontraba recordando a su prima Oliva, fallecida días antes de una larga y grave enfermedad. Los momentos vividos con su propia prima era algo que Antonia no podía olvidar. De repente, nuestra protagonista escucha unos pasos justo en el pasillo detrás de la puerta del baño donde ella se encontraba. Pasos que no le sorprendieron puesto que podía ser su madre, su padre o su propia hermana llamada Brígida que en muchas ocasiones pasaba por aquel pequeño pasillo para acudir a su habitación. De repente unos golpes le extrañarían ahora sí, puesto que no eran muy normales... “Pon”... Así sonó el primero de los golpes. Un porrazo muy leve que lo escucho en la pared justo de atrás, donde estaba la habitación de matrimonio de aquella casa. Nuevamente volvería a escuchar otro porrazo aún más fuerte que el primero: “Pon”... Antonia comenzó a preguntar si había alguien ahí, más bien por si era algunos de sus padres o tal vez su hermana, pero nadie contestó. Acto seguido a tras pasar unos diez segundos escucho un tercer porrazo. Este sí que fue bastante fuerte, puesto que llegó a temblar hasta la cisterna del váter. De repente y tras escuchar este gran estruendo, Antonia, más conocida por todos como Toñi dio un salto de la bañera y rodeo su cuerpo con la toalla. Acto seguido salió del cuarto de baño muerta de frio y acudió al lugar de donde provenían los aquellos tres golpes. Nuestra protagonista se encontró con la habitación de sus padres completamente a oscuras. Tras observar durante unos segundos la gran habitación, decidió acudir al comedor de la casa donde se encontraba su hermana Brígida y sus padres José y Agustina. Lo primero que pregunto cuando llego a aquella estancia del lugar fue: ¿Alguno de ustedes ha estado en la habitación de matrimonio ahora mismo? La respuesta que obtuvo Toñi fue negativa total. Nadie se había movido del comedor hacia horas ya y por lo tanto aquellos golpes no habían sido provocados por ninguna de las otras personas de la casa. Toñi ya estaba acostumbrada a vivir experiencias extrañas, pero esta se llevaba la palma, tres golpes casi seguidos, en el mismo sitio y uno más fuerte que el otro. Había algo que no era normal en todo esto. Hasta media hora se llevó buscando en la habitación cada miembro de esta familia por si había algún tipo de animal o algo explicable, pero nada de nada...todo parecía tranquilo en aquella habitación.

Esa misma noche, Antonia tuvo una especia de visión o de premonición mientras estaba tumbada en la cama. Se le vino a la mente de buenas a primeras la imagen de su prima triste, aquella mujer que había fallecido hace algunos días. Enseguida otra imagen le hizo entender que aquellos golpes fueron provocados por el espíritu de su prima. ¿Pero que significaban los tres golpes? Enseguida la misteriosa vidente supo relacionar todo lo acontecido y las imágenes que ella estaba viendo. Acto seguido de ver la imagen de la prima vio la escena de una iglesia. Era evidente ya. La prima fallecida lo que quería era que le hiciesen tres misas puesto que no estaba descansando en paz. Así lo hizo días más tarde y ya nada volvió a sucederle respecto a los tres golpes escuchados en la habitación de matrimonio, lugar donde días antes de fallecer se despidió de ella su prima Oliva.

Otra de las vivencias de Antonia tuvo lugar en su propio coche, un Ford fiesta color verde botella. Toñi sabia de la existencia de un ser familiar fallecido en su propio vehículo, justo en la parte de atrás del coche. Ella sentía una vibración de abuela, con lo cual siempre imaginaba que era la abuela la que siempre viajaba junto a ella haciéndole compañía y protegiéndola de la carretera. Nuestra protagonista siempre le había dicho a su familia la existencia de una energía en el interior de su coche, el espíritu protector de su propia abuela. Incluso una madrugada, cuando se dirigía de camino a su casa, pudo ver la presencia de esta señora mayor, vestida con un traje negro y una estela de luz rosa que rodeaba todo su cuerpo. Esta aparición tuvo lugar durante la noche en la carretera que une el término municipal de Olivares con Sanlúcar la Mayor. Pero esta historia no va por este camino de la noche, todo lo contrario. Vamos a viajar un tiempo atrás, concretamente a una mañana del mes de enero del año 2001. Eran las ocho de las siete de la mañana, una hora punta en la que mucha gente iba de entrada a su trabajo. Toñi se dirigía al médico con su padre y una su hermana Brígida. Era una mañana rara, distinta a otras mañanas. Un mal tiempo y una niebla muy espesa hizo aparición durante el viaje desde Sanlúcar la Mayor hasta Sevilla por la autovía del Quinto Centenario Sevilla-Huelva. Antonia, conductora ese día, viajaba con mucha precaución, de hecho ese día no pasaba los sesenta kilómetros por hora, puesto que la visibilidad era muy reducida. Según nos contaba Antonia había coches que adelantaban por el lado izquierdo a una velocidad vertiginosa. De buenas a primeras comienza la vidente a escuchar sonidos de frenazos de coches e incluso colisiones. Parecía en ese momento que no había nada raro en la carretera, por ello Antonia continuó con su trayecto haciendo su camino tranquilamente y sin correr. De buenas a primera no le quedó más remedio que frenar bruscamente puesto que observo a tan solo pocos metros delante del coche en el que viajaban, un coche completamente boca abajo. A partir de este momento todo es un gran caos. Los coches que vienen rápidos por el carril de adelantamiento no pueden frenar a tiempo y comienzan a colisionar unos detrás de otros. Incluso un coche llego a volar literalmente por encima del Ford de Toñi cayendo justo en la cuneta a menos de un metro de la familia Moncayo. Más de una hora de caos entre un coche y otro. Todos los coches quedaron destrozados, según Antonia el accidente tuvo la friolera cifra de un total de 150 coches involucrados. Lo recordamos perfectamente puesto que todos los telediarios dieron la fatídica noticia de este accidente en cadena, que por suerte, no se cobró la vida de ninguna persona. Los primeros sorprendidos por que el Ford de Toñi no hubiera sufrido ni un rasguño fue el cuerpo de la Guardia Civil de tráfico, quién no daba crédito a lo que estaban viendo pos sus ojos. Recordáis ese sonido de coches chocando y los frenazos, pues fue una premonición de lo que les iba a suceder minutos más tardes a la altura justo del municipio de Bormujos. Y que me pensáis de aquel espíritu protector del coche, pues Toñi nos cuenta que está muy segura de que tuvo mucho que ver con que el coche no sufriera ni un arañazo. El misterio está vivo con esta chica.

Los cementerios son lugares donde descansan cientos de cuerpos de fallecidos y donde a veces ocurren cosas inexplicables. Evidentemente para una persona con un sexto sentido como Antonia son lugares muy propicios para tener algún tipo de visión o de experiencias. Todavía recuerda la mujer alguna que otra experiencia extraña vivida en el cementerio donde descansan los cuerpos de sus padres hoy día.

Vamos a trasladarnos hasta una tarde del mes de marzo de 2003 cuando Toñi se dirigía a ver el nicho de su padre fallecido dos años antes. Traspasa el umbral de aquel cementerio y se dirige con paso firme y directo hacia la calle donde se encuentra enterrado José. Justo al pasar por un nicho donde descansaban en paz los restos de un niño de tan solo dos añitos, observa como del propio nicho del chico sale un ángel. Para que después digan que los angelitos no existen. Según nos cuenta la protagonista de este artículo, lo vio vestido de blanco, rubio y con dos alas muy blancas y brillantes ascender hasta el cielo. Ella cuenta que fue visto y no visto, que fue cuestión de dos o tres segundos lo que duro esa visión, pero lo cierto es que vio lo que vio. No solo ha sido esa experiencia la vivida en aquel cementerio de Salteras. Todavía recordamos cuando Toñi nos contó la experiencia vivida justo en la tumba de una amiga fallecida meses antes como consecuencia de una grave enfermedad. Se encontraba viendo su tumba, rezándole y recordando algunos momentos, como solemos hacer todo el mundo cuando acude a visitar a un ser querido. De buenas a primeras, según nos relata Antonia, escuchó de nuevo, como en la vez del cuarto de baño, dos golpes, como si su amiga le hubiera agradecido el haber visitado su tumba. No terminaría ahí la cosa, puesto que cuando enfila la puerta del cementerio, ya montada en su coche en dirección a la carretera para salir de aquel recinto, fijo la mirada en el retrovisor del coche viendo la imagen de la que identifica como su amiga a la que acaba de visitar. Una imagen que recordará para siempre.

Hay muchas más experiencias para contarles, tal vez en otra ocasión deberíamos de hacer una segunda parte, incluso una tercera de la cantidad de vivencias que, incluso hoy día sigue teniendo en cualquier lugar que visite. Tal vez este sexto sentido que Toñi tiene desde su primer día de existencia jamás la abandonara hasta el final de sus días, ojala dentro de mucho tiempo.

Pedrera está a unos 120 kilómetros de Sevilla, este pueblo además de las ya famosas apariciones de la No-Virgen de la Bola, tiene un lugar mágico para aquellos que tienen mala salud. Se trata del Arroyo del Búho cuyas aguas son recomendadas para las afecciones de la piel. Sus aguas parece que tienen propiedades curativas muy recomendables para la salud humana y las afecciones de la piel.

Son muchas las apariciones que decoran con un halo de misterio nuestra geografía andaluza, en muchas de ellas –las más polémicas- con un denominador común: la tergiversación y el negocio. Lo más puro se convierte en desdicha para muchos incautos al creer con inocencia en los que dicen ser mensajeros del más allá, mensajero divinos, mensajeros de Dios. Eso les pasó a los creyentes de Pedrera, que como muy bien dice uno de los autores de ésta obra -José Manuel García Bautista-: “más que fieles, eran convencidos”. En plena década de los 90, entre estas convencidas, estuvieron Carmen Rodríguez y Carmen Borrego, quienes sugestionadas por la vidente Carmen López, donaron riquezas y halagos por petición expresa de la “Virgen de Pedrera” a través de la vidente para levantar una iglesia-ermita en un lugar determinado de la lejana, pero sevillana, localidad de Pedrera. Compraron el terreno a nombre de la vidente y pagaron la casa que pusieron a nombre de la “mística”. Pero como en tantos casos aparicionistas, de dudosa veracidad, la codicia y el engaño se escondían tras esta aparición y su vidente, así se puso de manifiesto en un programa de TV en Antena3 llamado “Al Descubierto”, en el año 1993, donde se destapaba la corruptela y que aquella supuesta “Virgen de La Bola” no era otra que Carmen López sumergida bajo unas sábanas de seda a modo de fantasma con un candil en su mano con filtro rojo... Los testigos sólo podían ver la aparición de la “virgen” desde una lejana distancia que unido a la nocturnidad hacían del crédulo una realidad de fe sobre lo visto. Así la vidente, la falsa vidente, se convertía en actriz protagonista más propia de una película de serie B que de un enclave aparicionista.


San Nicolás del Puerto está a una centena de kilómetros de Sevilla, en plena Sierra Norte. Sus orígenes se remontan al pueblo Celta, quien antes que los romanos que allí se asentaron, ya conocían la importancia minera de plata y hierro que encierra este paraje. Los árabes continuaron extrayendo el mineral y su explotación continua con la extracción de minerales hasta mediados del siglo XX bajo concesión a una empresa minera británica. Hoy en día sus minas se pueden visitar transportándonos a un lugar sin igual de gran belleza donde el reflejo del hierro aún se ve en las paredes de sus oquedades.


Para los ufólogos también se ha convertido en un lugar de estudio, donde se han presenciado y tomado testimonio de varios fenómenos de contacto ufológico y de avistamiento. Muchos especialistas en la materia aseguran que la extracción del mineral sigue produciéndose, pero esta vez sus explotadores no son de este planeta.


Junto al puente de piedra romano por el que discurre el río Galindón se levantó una compuerta que retiene el agua durante el verano, formando una zona de baño pública que se denomina “La Playa de San Nicolás”. No lejos de allí, se encuentra un lugar de corrientes telúricas que harán las delicias de los amantes de las cuevas; “Cuevas de los Tobales” llena de estalactitas y estalagmitas.

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