Gastronomía

Charlatán, la cocina desenfadada de El Arenal

Comer y hablar, dos de los mayores placeres de la vida

Carlos M. Montero monterogrove /
01 mar 2023 / 18:35 h - Actualizado: 01 mar 2023 / 18:38 h.
"Gastronomía"
  • Charlatán, la cocina desenfadada de El Arenal

Mi barrio es El Arenal. Allí es donde he pasado mi infancia y buena parte de mi juventud. De donde conservo a la mayor parte de mis amigos y por donde me gusta darme mi vueltecita de vez en cuando viendo con nostalgia, aunque también con cierto alivio, cómo va evolucionando el barrio. Recuerdo los comercios que estaban en la calle Arfe, que es la arteria principal. Desde el bar El Triángulo hasta la confitería Los Ángeles a la que hoy me une bastante más cosas que simples recuerdos. El mercado, Ventura con Ventura detrás de la barra. La frutería de Domingo, el bar de Tobías, las panaderías de Sebastián o la de Conchita, la churrería de Juana, que posteriormente heredara su sobrina Ángela, la lechería de Isabelita, la peluquería de Manuel o la farmacia formaban parte de unos cien metros de calle en pleno corazón de Sevilla que, a pesar de su cercanía a la catedral, ha soportado heroicamente la intrusión de turística.

Charlatán, la cocina desenfadada de El Arenal

La semana pasada, en una de esas intrusiones de la que les hablo, me di cuenta de que la antigua droguería de Julio ya no es una droguería y ahora hay un restaurante que se llama Charlatán. Y creo que ya hace años de esto. Curiosamente era la hora de comer y allí que me aventuré. La mezcla de lo moderno con lo clásico es sencillamente genial. Llama la atención nada más entrar la cantidad de platos que decoran sus estanterías y paredes con frases y firmas de clientes y amigos. Amplios ventanales a la calle, sillas de madera y mesas del mismo estilo le dan forma a un restaurante sin barra y con una cocina que me aventuro a suponer que es mínima por lo que pude ver desde fuera. Una carta completa y un agradable servicio completan un restaurante que le da vida a uno de los establecimientos más añejos del barrio.

Charlatán, la cocina desenfadada de El Arenal

Las raciones son variadas y generosas en cantidad y sus precios más que asequibles e incluso disponen de un menú diario por 12’95 euros. Ensaladilla, risotto, croquetas, ensalada, patatas bravas, pollo asado, solomillo al whisky... son solo algunos ejemplos de los platos que nos ofrecen. Los postres, una locura. Me pedí un tiramisú, pero la camarera me propuso que probara la torrija. Bendito momento en el que le hice caso. El restaurante abre todos los días de la semana, lo cual es un alivio infinito para los que trabajamos por la zona. Es recomendable reservar para garantizarse un sitio. El local no es muy grande y créanme que está cotizada una mesa a mediodía. Sin lugar a dudas, un restaurante al que volveré más de una vez porque es el recurso ideal para comer o cenar cualquier día en pleno corazón de Sevilla.


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