Cómo volver a la rutina y no morir en el intento

La falta de descanso en vacaciones o reajustar los horarios son las principales causas del estrés posvacacional y afecta al 67,91% de los españoles

Manuel Pérez manpercor2 /
04 sep 2017 / 23:00 h - Actualizado: 04 sep 2017 / 23:00 h.
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  • La mejor manera de afrontar la vuelta al trabajo es tomárselo con una actitud positiva y poner en marcha hábitos saludables de vida. / El Correo
    La mejor manera de afrontar la vuelta al trabajo es tomárselo con una actitud positiva y poner en marcha hábitos saludables de vida. / El Correo
  • La desgana es un factor que aumenta el estrés posvacacional.
    La desgana es un factor que aumenta el estrés posvacacional.

Los pueblos costeros están recuperando lentamente ese ritmo pausado y sosegado que les caracteriza. Las playas llenas de sombrillas y tumbonas dejan paso a orillas vacías y tranquilas en las que pasear y despejar la mente. El sol, aunque sigue picando, ya no transmite ese calor sofocante que vivíamos hace apenas unas semanas. Los días son más cortos, la noche llega antes, los vientos frescos comienzan a llegar y nuestras maletas regresan al altillo. Todo ello es síntoma de que el verano está llegando a su fin; el estío agoniza hasta llegar al otoño, para el que quedan unas dos semanas. Aunque las vacaciones deberían asegurar una vuelta al trabajo cómoda y llevadera –se supone que sirven para recargar las pilas– lo cierto y verdad es que no siempre es así. Según un estudio realizado por la empresa Aora Health a 850 personas, el 67,91 por ciento de los españoles sufre estrés posvacacional.

Los motivos son de lo más variopintos. Algunos son tan razonables como hilarantes. Ejemplo de lo primero podría ser el hecho de que el 31,16 por ciento de los encuestados se siente abrumado por no haber descansado lo suficiente durante las vacaciones. También hay quien padece estrés posvacacional por los kilos de más, como le sucede al 21,40 por ciento. Lo dicho; hay respuestas para todos los gustos.

No obstante, volver al trabajo se ha convertido en un trauma que provoca manifestaciones como la desgana –42,33 por ciento–, tristeza –14,42 por ciento– o apatía –10,70 por ciento–. Ante estos datos, también cabría preguntarse qué está pasando en nuestro país para que trabajar se convierta en un golpe emocional capaz de producir enfermedades como el estrés. ¿Vivimos o existimos? Buena pregunta que debería ser respondida en otro artículo diferente.

A pesar de la contundencia de los datos presentados hasta ahora, lo cierto y verdad es que estos efectos son, por lo general, de muy corta duración. En concreto, el estrés posvacacional viene a durar una semana para el 46,51 por ciento de los encuestados y un solo día para el 30,23 por ciento. Algo menos, el 15,81 por ciento, afirma necesitar 15 días para superar este bache y el 8,84 por ciento hasta un mes.

Seguramente, estimado lector, usted sea de los que piense que madrugar y cumplir los horarios sea lo más duro de volver de las vacaciones. Y no le falta razón. Al menos eso piensa el 37,63 por ciento de los encuestados por Aora Health. También aducen que el estrés posvacacional se debe a la rutina –18,1 por ciento–, la falta de tiempo –11,63 por ciento– o el trabajo acumulado –10,23 por ciento–. Y sí, la reducción de las horas de sol también afecta. ¿Acaso la luna nos afecta cual si fuéramos mares? Quién sabe.

Estas son las principales piedras en la cuesta de septiembre, cuyo primer tramo es volver al trabajo. Pero no todo está relacionado con los quehaceres laborales. Mirar la cartera también puede ser un factor de riesgo. «Por una vez no pasa nada», «las vacaciones están para disfrutarlas» o «no, a esta invito yo» son expresiones muy repetidas a lo largo de periodo estival que pueden costar un disgusto al volver a la rutina y darse de bruces con la realidad: hipotecas, préstamos... Para el 15,81 por ciento, los gastos realizados durante el verano es un motivo de estrés posvacacional y para un 8,37 por ciento, afrontar el pago de letras de seguros, coche, moto, hipotecas o préstamos también.

No se alarme, que no todo es tan malo como parece. A pesar de todo, las vacaciones son necesarias porque son buenas para las relaciones familiares. Al menos así lo piensa el 88,37 por ciento de los participantes en este estudio. Cabe recordar que la familia es uno de los pilares para mantener un buen nivel de felicidad, tal y como nos recordó hace unos días Francisco J. Cárceles en su trilogía Crónicas de la felicidad en España, publicada en estas páginas.

Reconocer los errores es el primer paso para solucionarlos o enmendarlo. Por ejemplo, el 6,98 por ciento de los encuestados afirma padecer estrés posvacacional por la pérdida de la forma física. No obstante, el 73,95 por ciento declara que va a cuidar y mejorar su alimentación que le permita una vuelta a la rutina más fácil y cómoda.

Una buena manera de volver a trabajo es abordar el regreso desde una perspectiva positiva, lo que conlleva poner en marcha otras rutinas como una alimentación saludable, practicar deporte o disfrutar de momentos de ocio con los seres queridos. Lo importante es marcarse pequeños objetivos a corto plazo que permitan mantener la ilusión con el día a día. Porque lo importante, al fin y al cabo, es sentirnos afortunados con lo que nos rodea y poner toda nuestra ilusión en todo lo que hacemos.

Como ha quedado patente en este artículo, volver a la rutina después de las vacaciones puede llegar a ser lo suficientemente problemático como para sufrir el llamado estrés posvacacional. Fundamentalmente, afecta a los menores de 45 años y a quienes se reincorporan a su puesto de trabajo sin una breve transición. Sea como fuere, volver a la normalidad después de las vacaciones confunde al organismo y comporta un altibajo emocional y físico. Los especialistas apuntan que el estrés posvacacional es un fenómeno psicoemocional que aparece como una reacción a la vuelta a la rutina. Una reacción que se ve multiplicada por la idealización de la vida vacacional. Para no sufrirlo, es necesario tener una rutina satisfactoria, que sea elegida por el individuo y que esté ilusionado por volver a ella. Cualquier otra solución, no es más que un parche que no resuelve nada y que solo sirve para tapar el problema de fondo durante un tiempo. Los expertos suelen rechazar el uso de somníferos o medicamentos y proponen una serie de consejos para volver a la normalidad de tal manera que no afecte a nuestro organismo:

1. Programar el regreso a casa

Para evitar sufrir el temido estrés posvacacional, los expertos aconsejan planificar la vuelta a casa para no tener que volver al trabajo justo el día después de regresar de las vacaciones, lo que ayuda a una transición positiva a la rutina.

2. Abordar las tareas más agradables

Para asegurar una transición positiva a la rutina es recomendable empezar con trabajos que resulten más sencillos o de menos concentración durante los primeros días, lo que mejorará la adaptación del trabajador.

3. Actitud positiva

Otro consejo que dan los especialistas es mantener una actitud proactiva y positiva, lo que ayuda a evitar caer en la negatividad y el negacionismo de la rutina.

4. Respetar los horarios de trabajo

Para asegurar una correcta transición, los expertos señalan que se deben respetar los horarios de trabajo, lo que ayuda a una mejor adaptación del organismo. Además, tampoco es aconsejable llevarse trabajo a casa. En definitiva, intentar adaptarse a la vuelta mediante un proceso escalonado y gradual es mucho más positivo que volver con niveles altos de estrés y mucha carga de trabajo.

5. Practicar ejercicio físico moderado

Tal y como indica el artículo, la actitud positiva con la que afrontar la vuelta a la rutina lleva consigo la práctica de actividades como el ejercicio físico que ayuden a mantener un estilo de vida saludable. Además, a través del deporte se liberan endorfinas, lo que ayuda a tener una mejor salud emocional y el cuerpo se deshace así del estrés acumulado.