La temporada del caqui se inicia con la entrada del otoño en el mes de octubre. Aunque en la mayoría de las ocasiones es reconocido como caqui, en algunas zonas suele denominarse “palosanto” porque su periodo de maduración comienza en noviembre y suele empezar a venderse cerca de la fecha de “Todos los santos”.
Este fruto pertenece a la familia de las Ebanáceas y es originario de China y Japón, donde se cultiva desde el siglo VIII. Con el paso del tiempo, se introdujo en países occidentales como Estados Unidos, Francia, España e Italia. Existen varias especies que se diferencian por su tamaño y sabor de fruto. Algunas de las más comercializadas son el caqui de China (D.Kaki), el americano (D. Virginiana) y el de Japón (D.Lotus).
El caqui es de color naranja o rojizo y su pulpa cuenta con un sabor muy dulce y una textura gelatinosa. El palosanto puede consumirse con la pulpa madura o aún dura, por lo que, en este último caso, pasaría a denominarse “persimón”. Esta variedad más rojiza y firme recibe el nombre de persimón porque son recolectados aún sin madurar y sometidos a una conservación de unos 20ºC en torno a unos 4 días en cámaras con una atmosfera controlada. Este genuino color hace que algunos consumidores no se vean tentados a probarla, pero cada vez más personas se inician con esta fruta que aporta grandes beneficios en la alimentación de quien la consume.
El palosanto cuenta con un alto contenido en agua, lo que hace favorable la eliminación de toxinas. Además, cuenta con una gran cantidad de fibra que ayuda a aliviar el estreñimiento y mejorar el tránsito intestinal. Por su elevado contenido en potasio es muy beneficiosa para personas con hipertensión arterial ya que cuida el sistema cardiovascular.
Esta fruta aporta altos niveles de betacarotenos que se convierten en vitamina A en el organismo y potencian el perfecto estado de los huesos y dientes, del sistema inmunológico, la piel, el pelo y la vista. También favorece la absorción del hierro del resto de alimentos que se consumen, algo muy beneficioso para las personas que sufren de anemia.
Igualmente contiene vitamina C, vitamina B1 y B2. La vitamina C favorece la formación de colágeno, mientras que las vitaminas B1 y B2 favorecen el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Como anexo, el caqui es un gran antioxidante, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Este fruto es tan completo y saludable que con una sola pieza se cumple la recomendación de consumo de 3 frutas diarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero, lo más curioso del caqui es que puede consumirse tal cual o puede utilizarse para gran variedad de platos y zumos. Algunos reposteros más naturalistas suelen utilizar el caqui maduro como sustituto del azúcar en sus pasteles y dulces, ya que aporta el dulzor necesario sin sumar calorías vacías o dañinas para el organismo. A pesar de esto, no solo podemos encontrar el caqui en sus versiones más dulces, este producto puede usarse para ensaladas, guisos, gazpachos, purés y hasta burratas.