Dalias para el verano

No son picajosas con el tipo de suelo, aunque obviamente se dan mejor si se les presta cierta atención y cuidados. Una recompensa que bien vale el esfuerzo

09 abr 2017 / 10:08 h - Actualizado: 09 abr 2017 / 10:09 h.
"En el jardín"
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Lejos de tu jardín quema la tarde, inciensos de oro en purpurina llamas, tras el bosque de cobre y de cenizas, en tu jardín hay dalias

Antonio Machado

Las dalias son flores de una belleza sin igual, sus brillantes colores y la delicadeza de sus pétalos apretados hace imposible que pasen desapercibidas. Las dalias, originarias de México –su flor nacional– y llevan en Europa más de doscientos años. En 1789 llegaron las primeras semillas al Real Jardín Botánico de Madrid y desde allí se enviaron a diferentes jardines botánicos de toda Europa, convirtiéndose así en una de las flores ornamentales más cultivadas y queridas en jardinería.

Las dalias son flores súper agradecidas y fáciles de cultivar para cualquier iniciado. No son picajosas con el tipo de suelo, aunque obviamente se dan mejor si se le presta cierta atención y cuidados. Una recompensa que bien vale el esfuerzo.

Hace exactamente dos años compré semillas de Dalias –no serán las más espectaculares y ornamentales pero eran baratas y en aquel momento era un detalle a tener en cuenta–. Los tubérculos son más caros que las semillas como es obvio y no podía gastarme unos 5–8€ por unidad –quería muchas–.

Cómo cultivar dalias en el jardín

Sea cual sea el lugar donde las plantes –un arriate o un parterre específico para ellas– es importante tener en cuenta que algunas de estas plantas puede crecer y formar masas arbustivas de hasta 100cm de anchura por 120–150cm de alto –las cuáles necesitarán ser entutoradas–, en cambio, otras son más modestas y pueden formar parte de una plantación en armonía con el resto.

Las dalias necesitan estar a plena sol –mínimo 8 horas al día– para desarrollarse y florecer abundantemente durante el verano. Ahora bien, los que las cultivamos más al sur necesitamos que tengan sombra por la tarde cuando las temperaturas son especialmente altas ó extremas. Las dalias son sensibles al frío y no deben plantarse hasta que el suelo se haya calentado por encima de los 16ºC y haya pasado el peligro de heladas.

Es preferible preparar bien el suelo, asegurarse de que drene bien y echar de 5 a 10cm de compost de calidad o estiércol bien descompuesto o humus –también se recomienda también harina de hueso así se añade fósforo y calcio– y un fertilizante orgánico equilibrado. Se debe mezclar bien y si se puede trabajar el suelo en profundidad con anterioridad al abonado mejor, pues tienen raíces fuertes y profundas que buscan el agua.

Si las vas a poner en maceta asegúrate de comprar una tierra vegetal buena –de las etiquetadas para flores– y si le puedes añadir humus mejor y también conviene hacerse con un fertilizante líquido para flores (que debería ser rico en potasio).

Para plantar –los tubérculos– haz un agujero de 10 a 15 cm de profundidad y coloca el tubérculo horizontal con la yema de crecimiento mirando hacia arriba. Una vez colocado rellena el agujero con tierra. Debes dejar al menos 30–45 cm entre cada planta para que crezcan con suficiente espacio –lo mejor es cerciorarse del mínimo investigando un poco sobre la variedad comprada–. Conviene hacer un alcorque para evitar que el agua se pierda y no vaya directamente a las raíces.

A las dalias les hace falta tener agua de manera consistente a lo largo de la primavera y el verano. Conviene pues tener un riego por goteo instalado mientras son jóvenes. Y no deben regarse hasta que salgan los primeros brotes a través de la tierra –esto es importante– pues los tubérculos se pueden pudrir. El agua es lo más importante durante la etapa de floración. Si las hojas están decaídas durante el día no es preocupante (es el calor de la mañana) pero si no se recupera por la noche entonces ha habido falta de agua, y lo mejor para revivirla es un buen riego en tierra –no pulverizar las hojas–, preferiblemente a última hora de la tarde o la noche.

Una vez que las plantas tengan 30/40cm de altura para ayudarlas a crecer y producir más merece la pena pinzarlas retirando los siete a diez primeros centímetros del brote principal –el central–. Esto provoca que haya más brotes laterales desde la base de la planta y crezcan más ramos aumentando la producción de flores y la longitud de los tallos –muy útil para luego hacer ramos o decorar jarrones–.

Las dalias una vez establecidas crecen rápidamente y pueden llegar fácilmente a tener un metro de altura por lo que es necesario entutorarlas para que no se doblen y rompan los tallos. En general con colocar un tutor ‘robusto’ o una caña por tubérculo (o planta) a la hora de plantar es suficiente. De esta manera uno puede ir atando los tallos al tutor a medida que crece sin dañar la planta.

Plagas

Las hojas de las dalias son un festín para babosas y caracoles que dañan rápidamente las plantas jóvenes. Esto se controla bien colocando cebo en forma de pellets nada más plantar. Es también probable que crezcan colonias de pulgones en las puntas de los brotes algo que debes tratar con prontitud con un insecticida específico. A comienzos del verano es probable que los pulgones ataquen de nuevo y es conveniente tratar cada 15 días. E incluso cambiar de insecticida cada vez para que no generen resistencia.

Las tijeretas pueden ser también un problema recurrente pues se comen los pétalos de las flores marchitándolos, en este caso lo mejor es colocar trampas bien con una maceta de plástico boca abajo llena de paja o en cada caña (increíble pero cierto) atar con cinta una cajita de cerillas.

A la hora de cortar las flores

Las dalias suelen florecer desde el verano hasta incluso entrado el otoño –hasta las primeras heladas–. Realmente no es una flor que cortada dure muchos días, tal vez de 5 a 7 días si se corta en el momento correcto. Además como las dalias no se abren mucho más después de cosecharlas, es importante cortarlas cuando estén prácticamente abiertas del todo, pero no pasadas. Por eso es preferible chequear la parte de atrás de la cabeza de la flor y buscar pétalos firmes y frescos/jugosos en vez de ligeramente deshidratados o de textura parecida al papel. Esto último es síntoma de envejecimiento. Y, por supuesto, es importante utilizar un conservante floral en el agua.

El mejor momento para cortar es bien a primera hora de la mañana o última hora de la tarde. El corte debe ser inclinado. El largo de los ramos lo puedes controlar pinzando los brotes laterales. Si quieres ramos largos deberás pinzar los brotes que salen por encima de las axilas de las hojas justo debajo del brote principal.

Si quieres flores gigantes entonces tendrás que controlar que sólo haya tres o cuatro ramos de flor en cada planta. Esto quiere decir que tienes que pinzar bastante –es decir eliminar brotes laterales y futuras flores–. Si no vas a cortar las flores para jarrones con que pinces al principio para hacer que espese en la base es suficiente para dar muchas flores y tener una planta sana todo el verano.

Por otro lado, y esto sirve para cualquier planta de flor generalmente, si quieres que se mantenga produciendo flores a lo largo de todo el verano deberás eliminar las flores muertas en seguida potenciando así que salgan más capullos de flor y extendiendo la floración semanas.

Marta Puig de la Bellacasa es ingeniera agrónoma y paisajista. Ha trabajado en

España y en el Reino Unido. Diseña

jardines y proyectos de paisajismo,

colabora con estudios de arquitectura

y escribe asiduamente en su Blog

Domingo en el Jardín