Las apariciones marinas son aquellas en las que se dice que la Virgen María se aparece a una persona o grupo de personas, a menudo tienen un profundo impacto en los creyentes y pueden dar lugar a la creación de santuarios y lugares de peregrinación. Sevilla, capital de Andalucía, no es ajena a este fenómeno, y ha sido el escenario de varias apariciones marianas a lo largo de su historia.
Una de las apariciones más desconocidas de la Virgen María en Sevilla ocurrió en 1385, cuando una imagen de la Virgen fue encontrada flotando en el río Guadalquivir. La imagen se la llamó, en aquellos días, como la “Virgen del Agua” y tuvo más un carácter popular que devocional. Hay nulas referencias a este hecho pero en su día causó un hondo impacto pensándose que podría haber sido una talla que desechó su imaginero, su autor, o que, tal vez, había caído de uno de los barcos que entraban en el puerto de la ciudad.
Otra aparición mariana con la calificación de olvidada se produjo en Sevilla en 1599, una época terrible por la gran epidemia de “peste atlántica”. En este marco se dice que la Virgen se apareció a un joven llamado Juan Núñez, en un monasterio sevillano. Según la leyenda, la historia popular, la Virgen le mostró a Juan una imagen de la Inmaculada Concepción y le dijo que la hiciera esculpir, aunque nunca se supo si cumplió con el deseo de la Virgen o no, lo cierto es que pasaba por ser un tipo ateo cuyo encuentro celestial cambió su vida. La leyenda indica que hizo tallar la imagen y llevó a una iglesia donde se perdería en la Guerra de la Independencia contra los franceses.
Igualmente es conocida la imagen de la Inmaculada de Murillo, se convirtió en el eje de una de las obras maestras del famoso pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo y cuentan que era tal su fijación con la Virgen María que el cuadro lo vio en sueños y lo plasmó tal y como hoy se puede contemplar esta obra en la ciudad.
Otra aparición mariana desconocida ocurrió en 1692 cuando se dice que la Virgen se apareció a un joven pastor llamado Juan en un monte cercano a la ciudad. El chico corrió a contar lo que le había ocurrido a la autoridad eclesiástica pero no se tuvo en cuenta su testimonio y se tildó de una ensoñación, de un sueño.
Igualmente desconocida en Sevilla es la aparición mariana ocurrió en 1918, una mujer llamada Consuelo García, en el barrio de Triana, vio a la Virgen María, la mujer casi muere del susto y corrió por la calle diciendo, a los vecinos, lo que le había ocurrido. Nadie la tomó en cuenta, pensaban que había perdido la cabeza y prefirió callar su experiencia. Quizás con más comprensión hubiéramos podido saber que vio Consuelo aquel caluroso mes de agosto.
Son apariciones marianas desconocidas o entroncadas en la leyenda secreta de la ciudad que tienen el la Virgen a su absoluta protagonista y donde, a buen seguro, hay otras muchas experiencias similares que siguen silenciadas.