La aventura del misterio

Experiencia aterradora, con una “voz de nadie”, en el psiquiátrico de Miraflores

El psiquiátrico de Miraflores sigue dando muchas muestras de lo paranormal y de hechos impasibles que suceden en su interior, algunos de ellos realmente impresionantes como el que les quiere narrar.

30 oct 2022 / 05:26 h - Actualizado: 30 oct 2022 / 05:27 h.
"La aventura del misterio"
  • Experiencia aterradora, con una “voz de nadie”, en el psiquiátrico de Miraflores

No puedo ubicar en el tiempo cuando ha sucedido este hecho pero si les diré que no hace demasiado. Mi confidente es una persona que trabaja en su interior y que me contaba lo que había tenido la oportunidad de vivir y que no debe dejarnos indiferentes.

«En el psiquiátrico viví una experiencia que no puedes imaginar, sabes que había un pasillo que comunicaba la parte activa con la abandonada y que sólo la separaba una puerta que estaba cerrada”.

“El acceder a esa parte era para nada, allí no había nada. Era dos mundos diferentes, en una parte te encontrabas una zona pintura, con luz, ordenada, limpia, con pacientes y actividad. Si accedías a esa otra zona lo que había era oscuridad, las pantallas del techo, de los fluorescentes, descolgadas, suciedad, pintura descascarillada, expedientes por el suelo y las sillas de rueda por cualquier sitio, era otro mundo, era retroceder en el tiempo de una forma tremenda» decía esta persona que trabaja en el interior del edificio.

«Allí una noche cubría mi turno y tenía que ir a una habitación de materiales cercana a la puerta divisoria, al salir de la habitación sentí como si alguien llamara a la puerta desde el otro lado, era como si llamaran con los nudillos, una cosa muy extraña. Yo creí que sería algo de la instalación» decía por darle una explicación racional.

En la misma noche tuve volver ese pasillo y a esa habitación acoger cosas y al entrar escuché de nuevo como llamaban ala puta, esta vez de una forma más contundente, a mi me inquietó... Al salir allí seguía el ruido, la llamada, y pensé que era alguien que había entrado de forma ilegal. Así que fue al puesto y pedí al de seguridad que viniera, le dije lo que pasaba: «Mira, he escuchado como han llamado desde el otro lado, de forma seguida, creo que hay alguien que se ha quedado atrapado, habrá entrado y no sabe salir» “ recordaba.

“Entonces el seguridad cogió las llaves y fue a la puerta, sentimos como llamaban y al pegar la oreja, los dos, escuchamos lo mismo: «Pero abridme ya». Entonces él, hecho un manojo de nervios, buscó la llave y abrió la puerta y, la sorpresa es que no había absolutamente nadie allí, nadie. Estábamos solos. El chico dio una vuelta conmigo y allí estábamos solos. Nos volvimos, cerró la puerta y dijo que mejor ni una palabra a nadie para ahorrarnos problemas», y hasta el día de hoy.

Cuando escribí «Manicomios Malditos» referí diferentes incidentes que han podido vivirse en el interior de este edificio -más del que se derribó- no es mi tarea convencer a nadie de todo ello, siempre habrá personas a favor y personas en contra pero esto es una realidad innegable, allá cada uno con lo que quiera pensar en un edificio en el que aún, a día de hoy, pasan fenómenos que son del todo punto inexplicables.