La aventura del misterio

Fantasmas en la Escuela de Artes y Oficios

16 may 2021 / 08:29 h - Actualizado: 15 may 2021 / 08:31 h.
"La aventura del misterio"
  • Fantasmas en la Escuela de Artes y Oficios

Como una leyenda, moderna y no exenta de belleza, quise conocer un poco más de una presunta aparición que se estaría produciendo, a decir de los testigos, en la Escuela de Artes y Oficios.

Debía ir con cuidado y no entrar en otras valoraciones del mundo de la investigación paranormal y menos a nivel social en Sevilla debido al peso específico y cariño que se le tiene a Santa Ángela de la Cruz protagonista de nuestro relato.

Había escrito antes de ello y sabía que podría agradar más o menos pero que reflejaba con exactitud las vivencias de una persona, surgen nuevas experiencias narrando testimonios similares o corrigiendo a la protagonista de nuestra historia, una monja pero quizás no fuera la querida santa sevillana, al menos para estos otros nuevos testigos.

Fantasmas en la Escuela de Artes y Oficios

Así un nuevo relato nos llega de la mano de Isidro quién se mostró muy interesado y le agradó nuestro relato pero que quiso añadir más información a lo ya publicado, en nuestro contacto el testigo me decía:

«Yo estudié en el Pabellón de Chile y siempre se ha hablado de la aparición de una monja e incluso había personas que la habían visto. Se que algún conserje pidió el traslado por ese mismo motivo. Aunque en las vivencias que recuerdo no la identificaban con Santa Ángela de la Cruz. Era una religiosa con un hábito diferente y llevaba una especie de tocado en forma de teja».

Evidentemente otros testigos, otras percepciones y otras formas de interpretar lo visto. Nuestro testigo proseguía:

«Lo de la aparición es absolutamente cierto pero si te comentaré que la aparición tiene relación con el olor a comida recién cocinada. Donde más se percibe es en el taller de ebanistería».

En todo esto comienza a surgir el pasado del edificio, un pasado muy vinculado a la historia de la ciudad, Isidro nos decía:

«Todo tiene que ver con lo que era antes el edificio, se dice que en la Guerra Civil fue utilizado para atender a enfermos precisamente la zona que hoy es el taller de ebanistería era por entonces la cocina. Es allí donde se puede oler a potaje y a la monja que lleva un tocado blanco y un «babi» azul».

Y nuevamente nos recuerda a la indumentaria, al hábito, de las hermanas de la orden de la Caridad que tanta relación tiene con Sevilla y con algunos otros edificios con fama de estar encantados tales como el Hospital de las Cinco Llagas (hoy Parlamento de Andalucía) o el Hogar Virgen de los Reyes.

Seguimos investigando este caso que parece cruzar la frontera de la leyenda y ubicarse en la realidad de los testigos que afirman haberse encontrado con tan singular aparición y olores.

Antecedente

Puede que sólo sea producto de la sugestión, un hecho confundido con la realidad o el delirio de alguien que quiso ver aquello que sólo existía en su imaginación.

La figura de Santa Ángela de la Cruz en Sevilla y, por añadidura, en toda Andalucía, es motivo de devoción y admiración a su abnegada obra y vida. Tal vez conocedor de ello es la explicación que tiene el siguiente caso que les voy a narrar

Fantasmas en la Escuela de Artes y Oficios

Cuenta la leyenda que se trataba de un estudiante del hoy Instituto de Bellas Artes que tiene su sede en este pabellón del 29. Una mañana estando en el edificio se preparaba, como hacía siempre, para iniciar un nuevo trabajo, un nuevo proyecto artístico.

Se dirigió a un lugar determinado y por el pasillo sintió el resonar de unos pies, un andar menudo, al doblar la esquina que bordeaba aquel patio se cruzó con una monja que vestía los hábitos de las Hermanas de la Cruz, tan habituales en la capital hispalense. Aquella monjita de baja estatura lo miró fijamente y sonrió de forma vehemente.

El estudiante se sintió sobrecogido, no sabía explicar la sensación que había recorrido su cuerpo, fue muy extraño máxime cuando en el viejo edificio donde se produjo el singular encuentro no había monjas y menos aún de la orden de las Hermanas de la Cruz.

Narró su experiencia a un compañero de clase que, devoto él, al escuchar le descripción le dijo: «anda, esa monja el Sor Ángela» y de su cartera sacó una estampita de la hoy santa sevillana.

El joven al ver la imagen reconoció a la monja: «si es esta», y su amigo exclamó: «Es imposible, Sor Ángela de la Cruz murió hace tiempo, es imposible».

Tremendamente impactado por la experiencia vivida comenzó a crear un busto de la monja que él había visto hasta dejarlo casi acabado. Entonces, una vez concluido, miró la fotografía y recordó a aquella religiosa que le sonrió por el pasillo. Era ella, no había dudas.

Hoy el busto de Santa Ángela de la Cruz está en un recóndito lugar en el antiguo pabellón de Chile (de la Exposición del 29 en Sevilla), entre pasillos y cajas, abandonado y olvidado.

Quizás sea un hecho sacado de contexto, un simple ensayo no exitoso que duerme el sueño de los justos en aquel rincón, yo no me he podido resistir a contárselo como una de esas bellas historias que siempre cabalgan entre la leyenda y la realidad.